Esa religión dominical del fútbol, como escribió Gabo, que en todo el planeta congrega a miles a los templos llamados estadios para ver héroes -ídolos de tantos- cuya mayor hazaña acaso es devolvernos algo de niñez por 90 o más minutos. Ese lenguaje universal capaz de unir a 500 millones de personas frente a la misma imagen de televisión. El entretenimiento mejor repartido en el mundo, dice Juan Villoro.
Sólo a la luz de esa influencia casi mágica sobre las emociones es posible entender que, a la vez, el fútbol sea un negocio que mueve cifras astronómicas de plata, cuyo cálculo se enfrenta a la opacidad por su carácter privado; y que dé a sus dueños poder, relaciones y en algunos casos hasta la capacidad de poner votos.
En este especial, compuesto por una base de datos y seis reportajes a profundidad, contamos cómo funciona esa relación de pasión, dinero y poder en los 20 equipos de la liga A del fútbol profesional colombiano.
Entre las conclusiones están que varios hacen parte del engranaje de políticos para conseguir votos y simpatías, que no termina de desaparecer la sombra del narcotráfico, que pocas mujeres mandan y que el billete corre sobre todo por cuenta de la compra y venta de jugadores y de los derechos de televisión.
La plata de estos últimos, por cierto, la administra la División Mayor del Fútbol Colombiano Dimayor, ese epicentro del poder que funciona como club privado y, entre otros, reúne a los equipos más importantes. Hoy revelamos las movidas por dentro de algunos de ellos.
*Nota metodológica: La información sobre los dueños la buscamos en Cámara de Comercio (actas con composición accionaria) y para los reportes de plata usamos tres fuentes: renovación en Cámara de Comercio, Supersociedades y los propios clubes. En la gráfica de los patrocinadores, el cálculo está hecho por número de patrocinios en cada equipo. Así, si un club tiene, por ejemplo, tres empresas de alimentos que lo patrocinan, sumamos tres patrocinios de ese sector.
Bajo la sombra de un Bueno
B/meja, 1990
Carlos Ferreira, empresario de patinaje y exconcejal de Cambio Radical en Bogotá.
Entre el cielo de los mecenas y la sequía de triunfos
Cali, 1927
Tulio Gómez, es el mecenas que pasó del negocio de supermercados al del fútbol.
La gasolina leoparda
Bucaramanga, 1949
Óscar Álvarez Ascanio, empresario de la gasolina que autopatrocina al equipo y no figura en medios.
El equipo de un contratista
Neiva, 1990
Juan Carlos Patarroyo, un contratista que se quedó con el equipo por prestarle plata.
Los reyes y el magnate
Medellín, 1947
Carlos Ardila Lülle, el tercer hombre más rico del país, es el dueño. Su hijo, Antonio José, estuvo al frente hasta que se volvió embajador. Ahora su nieta, Carolina, toma protagonismo.
Apetecido por políticos
Cúcuta, 1924
José Augusto Cadena, empresario bautizado por la prensa deportiva como el "mercenario del fútbol"
Las elecciones del fútbol
Cali, 1912
Depende de miles de asociados que cada cuatro años eligen a sus directivas.
El del dueño odiado y amado
Ibagué, 1954
Gabriel Camargo, el polémico excongresista que se expresó contra jugadoras mujeres.
La otra identidad nariñense
Pasto, 1949
Óscar Casabón, dueño de un equipo de microfútbol.
Fábrica de jugadores
Envigado, 1989
Luis Hernán Valero, abogado que llegó al club para sacarlo de la Lista Clinton y terminó quedándose con casi la mitad de sus acciones.
Un negocio cooperativo
Bogotá, 1982
La Equidad Seguros es dueña y tiene este equipo como su principal vehículo publicitario.
El de la hinchada fiel
Medellín, 1913
Raúl Giraldo, comerciante antioqueño conocido por la fortuna que hizo con los supermercados SúperInter
La ficha es el negocio, socio
Montería, 2012
Nelson Soto Duque, presidente y dueño del equipo al que ya le ha cambiado el nombre y la sede cuatro veces por negocio.
El tiburón del clan más poderoso
Barranquilla, 1924
El exsenador Fuad Char, patriarca de los Char, el clan político regional más poderoso de Colombia, es quien toma casi todas las decisiones grandes del equipo al que llegó en 1972.
Un equipo de fondo
Bogotá, 1946
El fondo gringo Amber Capital, cuyo representante en Colombia es Gustavo Serpa, es el principal dueño y el que toma las decisiones.
Mejor de plata, pero mal de triunfos
Manizales, 1959
"Jaime Pineda, empresario antioqueño y dueño mayoritario desde 2012.
Comprar jugadores baratos, para venderlos caros
Boyacá, 2003
César Guzmán, dueño del equipo Llaneros Fútbol Club S.A y exdirigente de Deportes Quindío.
Una franquicia para vender la imagen de un municipio
Rionegro, 2008
El exfutbolista Fernando Salazar es el dueño y el que toma las decisiones.
Al César lo que es del César
Bogotá, 1941
Lo controla el empresario caleño César Pastrana a través de su familia.
Un ciclón querido, pero con poderes cuestionados
Santa Marta, 1953
Eduardo Dávila, condenado por narcotráfico, y Luis Eduardo Méndez, condenado por obstrucción a la justicia en la extradición de un narco, toman las decisiones importantes..
créditos:
Coordinación y edición general: Laura Ardila y Daniela Amaya
Diseño y concepto: Adelaida Ávila
Investigación: Jineth Prieto, Tatiana Duque, Carlos Hernández, Jerson Ortiz, Sara Lopera, Éver Mejía, Felipe Posso, Daniel Valencia y Laura Ardila.
Edición del podcast: Eduardo Briceño
Edición de sonido: Dayanne Osorio (productora de Akorde)
Video de introducción: Marcela Becerra
Colaboración gráfica: Valentina Porras, Marcela Becerra, Lorena Perdomo y César Pachón.