Lo que inició como denuncias en Twitter, ya está en escenarios judiciales y ha encendido un debate público que vale la pena comentar. Al leer las cuentas de los protagonistas: @cristinaplazasm y @HELIODOPTERO encuentro lo siguiente:
- Gonzalo Guillen ha denunciado, desde hace tiempo, la muerte de niños Wayuu en la Guajira. Es muy importante y valiente, pues denuncia mafias de corrupción y narcotráfico que han dominado la región por muchos años.
- Cristina Plazas ha liderando la estrategia del gobierno para enfrentar esta situación. Ella argumenta logros: capturas y la cancelación de contratos con entidades cuestionadas. También es importante y valeroso.
- Guillen ha venido acusando a Cristina Plazas de pagar cuentas exorbitantes en un hotel, de haber estado borracha en una ocasión, y en este sentido, no estar cumpliendo cabalmente sus funciones como directora del ICBF.
- Plazas, decidió instaurar una tutela en contra del Twittero, con el fin de proteger su buen nombre y parar el “Matoneo” al que, según ella, está sometida.
De esto me surgen las siguientes reflexiones:
Primero, ambos parecen estar del mismo lado en el intento de evitar más muertes de niños en esta región y confrontar las mafias. Guillen denunciando e investigando lo que allí sucede y Plazas actuando como funcionaria.
Segundo, no se si lo denunciado sea cierto o no, pero las formas como se presentan las denuncias y el lenguaje usado no parece ser el más apropiado para desarrollar un debate público constructivo. Corresponde a otras instancias, como la Procuraduría y la Contraloría, determinar si las acusaciones son ciertas o no. Ese no es un proceso que se pueda o deba llevar a cabo en Twitter.
Tercero, Plazas tiene todo el derecho a controvertir las denuncias y defender su buen nombre, pero una tutela no es el mecanismo idóneo y menos cuando se trata de un alto funcionario del Estado que cuenta con otros mecanismos para hacerlo.
Cuarto, la Directora debería concentrar sus esfuerzos en contarle a la opinión pública el balance de sus actividades realizadas en este frente y con ello contestar las críticas del twittero; y Guillen, en su propósito de ayudar a los niños, debe seguir denunciado lo que considere pertinente y su libertad de expresión no debe ser coartada por ninguna decisión judicial, pero dada su importancia como líder de opinión (más de 56 mil seguidores) debería ser más cuidadoso en sus afirmaciones y en el leguaje.
Quinto, ambos deberían intentar desarrollar un debate público de mayor altura y recordar que Twitter es un canal con fortalezas y limitaciones. Entre las primeras está su inmediatez y concreción, y entre las segundas, la ligereza de muchas afirmaciones.
A mi me queda la duda d si el concepto d “ debate d altura “ va dirigido al estilo o al fondo d la discusión.
Lo primero q se me vino a la cabeza con la aberrante solicitud d La Plazas sobre el twitter d Guillén es, el punto 3 q Caballero enuncia. Muy mal la Plazas buscando el ahogado rio arriba, lo q aumenta considerablemente las sospechas d Guillen q x su insistencia, luce como probabilidad.
D otro lado la Plazas tampoco es q tenga mucho q mostrar, los niños d la Guajira, dl Chocó y las zonas marginales d las grandes ciudades, para no ir + lejos, siguen en las mismas; no vasta con llevar un pan y un vaso d leche rancia en cada coyuntura.
Lo q no es política d estado no tiene relevancia con resultados tangibles a corto y largo plazo.
El ICBF es un fortín burocrático- político q hace rato viene d agache, cumpliendo cuotas partidistas q no conducen a nada más q satisfacer ciertas ambiciones políticas.
Sra.Plazas, denuncie y defiendase con argumentos menos babosos