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Jueves Septiembre 21, 2023

De aquí a finales de marzo, el gobierno Santos tendrá que definir si le extiende por otros diez años a Fedegan el millonario contrato para manejar los impuestos parafiscales de la carne y la leche.

Si lo hace, pasaría por encima de las advertencias que le han hecho los contralores Sandra Morelli y Edgardo Maya, su ex ministro de Agricultura Juan Camilo Restrepo y su propio secretario de Transparencia. Y si le niega esa prórroga, crecerá la tensión con el gremio ganadero liderado por José Félix Lafaurie, que insiste -en línea con lo que viene diciendo el uribismo- en que se trata de una persecución política por no ser santistas.

La pelea por el Fondo ganadero
De aquí a finales de marzo, el Ministro de Agricultura Aurelio Iragorri tendrá que decidir si le prorroga a Fedegan el contrato para administrar los parafiscales de carne y leche.
José Félix Lafaurie, el presidente de Fedegan, siente que las investigaciones por el manejo de los parafiscales ganaderos son parte de una persecución política del gobierno Santos.
La Contraloría, primero bajo Sandra Morelli y ahora con Edgardo Maya, le ha pedido al Gobierno que no renueve el contrato hasta que Fedegan no haga reformas internas.

En el centro de la pelea están los casi 100 mil millones de pesos que maneja cada año el Fondo Nacional del Ganado, una plata pública que aportan unos 450 mil ganaderos en todo el país y cuya finalidad es ser invertida en beneficio de todo el sector.

Esa decisión sobre si prorrogarlo o no se da en medio de muchos cuestionamientos -desde el Gobierno, la Contraloría y el propio sector ganadero- al manejo que le ha dado Fedegan al Fondo, que lleva 22 años administrando y decidiendo en qué se invierte.

El Gobierno y la Contraloría insisten, citando una sentencia de la Corte Constitucional de 1998 que mantuvo el fondo de Fedegan pero le hizo una serie de advertencias, que quienes administren fondos parafiscales deben tener una estructura democrática que permita a los que paguen tener voz en su manejo.

Esos cambios no se han hecho hasta ahora porque Fedegan argumenta que le corresponde manejar esa plata por derecho propio, ya que la ley que creó el Fondo en 1993 lleva su nombre.

Si el Gobierno sigue las advertencias de la Contraloría y la sentencia de la Corte, tendría que obligar a Fedegan -que es una entidad privada- a volverse más representativa de los 450 mil ganaderos y lecheros en el país ya que maneja recursos públicos (los segundos parafiscales agrarios más grandes, después de los del café).

A diferencia de la Federación de Cafeteros, Fedegan es un gremio paraguas que afilia a un centenar de asociaciones y empresas ganaderas, pero no a ganaderos individuales. Eso deja a miles de ganaderos -que pagan 16 mil pesos en parafiscales por cada res que va al matadero y el 0,75 por ciento de la leche que venden- sin voz ni voto en la junta del Fondo que maneja su plata.

Eso es lo que ha creado un frente amplio de opositores a Lafaurie, incluyendo a pesos pesados del sector lechero como Jenaro Pérez de Colanta y Carlos Enrique Cavelier de la Alquería, a ganaderos disidentes como los que agrupa Demogan y a pequeños gremios de productores como Analac.

“Fedegan es una entidad muy importante, pero no nos representa a todos los ganaderos. Y en el Fondo - que es el instrumento más importante de la política ganadera- no están muchos, como las plantas industriales que procesan la leche. Donde se decidan esos recursos -que aportamos todos- debemos estar todos”, le dijo a La Silla el cesarense Gustavo Castro Guerrero, que fue dos veces Ministro de Agricultura y que hoy lidera el gremio de industriales de la carne (Acinca).

“No pedimos que se acabe Fedegan, sino que todos los que contribuimos [con parafiscales] podamos ser socios. Que, como nos cobran plata, podamos participar en la orientación de esos recursos. Y que haya un sistema de un ganadero, un voto a la hora de escoger las juntas”, dice Benjamín Quiñones, que lleva cuatro décadas de ganadero en el norte del Cauca y que paga unos 8 millones de pesos anuales al fondo.

Quiñones es uno de los 200 ganaderos de Demogan, que nació hace cinco años en Agroexpo y que viene cuestionando la inversión de esa plata por parte de Fedegan en temas como las vacunas contra la aftosa o los frigoríficos de su propiedad, que para los ganaderos disidentes han beneficiado a muy pocos productores.

“Las tomas de decisiones no pueden ser demasiado colegiadas -eso lo sabe cualquier administrador- pero tiene que haber un sistema representativo. Si ya los cafeteros y los cacaoteros pueden votar y les funciona, ¿por qué acá no podemos hacerlo todos los que aportamos?”, dice Roberto Ramírez Ocampo, otra de las cabezas visibles de Demogan y hermano del ex Canciller Augusto Ramírez.

Los lecheros -que ponen unos 20 mil millones de pesos al año en parafiscales, o la sexta parte del total- están casi todos enfrentados a Fedegan, aunque no logran ponerse de acuerdo en cómo manejarían la plata en un nuevo escenario.

Algunos grandes industriales como Alquería y los pequeños lecheros como los reunidos en Analac esperan que el presidente Santos cumpla la promesa que les hizo hace un año de separar las cuentas y crear un Fondo Nacional Lácteo que invierta en temas como promover el consumo de leche, que ellos sienten nunca fue una prioridad para Fedegan.  

Colanta, que es la mayor cooperativa de lecheros del país, no quiere salirse del Fondo del Ganado -porque los recursos de la leche son tanto menores que los de la carne- pero sí que se reforme del todo.

Todos ellos han presionado al Gobierno para que tome cartas en el asunto. Pero es un tema políticamente sensible.

El pulso entre Lafaurie y el Gobierno

El enfrentamiento entre Fedegan y el gobierno Santos por los parafiscales arrancó en el Ministerio de Agricultura en 2012, cuando el entonces ministro Juan Camilo Restrepo ordenó una auditoría externa tras oír las quejas de lecheros y ganaderos disidentes.

Tras ese informe de la auditora BDO, la Contraloría de Sandra Morelli ordenó una actuación especial y encontró un centenar de presuntos hallazgos y malos manejos, tanto de Fedegan (como administrador del fondo) como del Ministerio (como cabeza, casi siempre ausente, de su junta), y también de otros gremios como el cacaotero y el de fruticultores. Restrepo publicó entonces un ‘libro verde’ presentando el caso.

Durante su discurso en los 50 años de Colanta, el presidente Juan Manuel Santos le prometió a los lecheros que les daría manejo de un fondo nuevo para sus parafiscales, separado de Fedegan. 
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El pulso con Fedegan por los parafiscales comenzó cuando el ex ministro Juan Camilo Restrepo contrató una auditoría externa al Fondo Nacional del Ganado.
La Secretaría de Transparencia de la Presidencia, que estuvo hasta hace poco bajo el mando de Rafael Merchán, ha pedido mayor democracia y representatividad en quienes manejan el fondo.

Tanto Morelli como el Secretario de Transparencia Rafael Merchán le pidieron al Ministerio, ya bajo la batuta de Rubén Darío Lizarralde, que no le extendiera el contrato a Fedegan hasta que no hiciera ajustes a la manera como maneja el fondo.

Lizarralde decidió prorrogar el contrato por poco tiempo, mientras Lafaurie respondía a los cuestionamientos y ponía en marcha las reformas. Primero lo hizo por dos meses y luego por seis, mientras Fedegan y la oficina de Transparencia de Casa de Nariño hacían unas mesas de trabajo que buscaban reformar los estatutos gremiales, que luego debían ser aprobados en el congreso ganadero de noviembre en Santa Marta.

Al final, según dos personas que siguieron el proceso, hubo un Código de Buen Gobierno pero no cambios significativos y Fedegan sigue estando cerrado a ganaderos individuales.

Al llegar Edgardo Maya a la Contraloría, desempolvó las investigaciones de su antecesora y le envió una carta al actual ministro Aurelio Iragorri el día de Nochebuena, diciéndole que Fedegan no hizo ningún cambio y que eso “impacta de manera significativa el manejo y la inversión de estos importantes recursos”.

Iragorri decidió prorrogar el contrato por solo tres meses, que vencen el 31 de marzo, mientras el Gobierno toma una decisión que todos -Fedegan, sus opositores, los entes de control- esperan ya sea definitiva y a diez años.

En Fedegan sienten que las críticas a su manejo del Fondo del Ganado son parte de una persecución por razones políticas, similar a la que en las últimas semanas han venido denunciando los uribistas por casos como el de María del Pilar Hurtado, Óscar Iván Zuluaga, Luis Alfonso Hoyos, Andrés Felipe Arias o Luis Carlos Restrepo.

“Acá no hay una razón técnica ni jurídica, sino unos hechos políticos”, le dijo a La Silla Lafaurie, que insiste en que “no ha habido un solo hecho que implique un mal manejo” y que no le habrían prorrogado el contrato temporalmente si hubiese sido así. Además señala que el desinterés del Gobierno por el Fondo ha sido tan grande que ni siquiera ha nombrado, desde hace dos décadas, al representante de los pequeños productores que debería ser el noveno integrante de su junta.

El jefe de Fedegan atribuye esa “cacería brutal” y “actitud hostil” a sus posturas críticas sobre el proceso de paz con las Farc. Y también a la visibilidad de su esposa, la representante uribista María Fernanda Cabal, que manejaba la fundación gremial para las 9 mil víctimas ganaderas y que desde el Congreso se ha convertido en una de las mayores contradictoras de las negociaciones en La Habana.

Lafaurie dice que el tema arrancó como una retaliación personal de Juan Camilo Restrepo tras un duro enfrentamiento entre ambos en el programa televisivo de Yamid Amat y que los cuestionamientos contra Fedegan han venido de aliados del ex ministro.

Más precisamente, el líder gremial interpreta la investigación en la Contraloría a que Sandra Morelli fue durante ocho años directora jurídica de la Federación de Cafeteros (un gremio donde Restrepo fue gerente comercial y que casi llega a dirigir durante el gobierno Uribe), y su continuación bajo Edgardo Maya a que el contralor delegado para el agro es Andrés Bernal, quien fue director jurídico de Restrepo en el Ministerio. Según el líder gremial, nunca había tenido un mal puntaje en una auditoría de la Contraloría hasta que Restrepo apareció.

“Restrepo, Merchán, Presidencia de la República, Santos, el proceso de paz”, concluye Lafaurie, que ha interpuesto una serie de quejas contra varios de esos funcionarios en la Procuraduría (que hasta ahora no han sido resueltas) y denunció a la auditora BDO ante la Junta Central de Contadores.

Aunque sus detractores en el sector ganadero no creen en una persecución por ser uribista, muchos sí resienten que Lafaurie haya asumido un protagonismo político que lo llevó a ser precandidato presidencial conservador en las pasadas elecciones.

Les molesta que desde el gremio se hable sobre temas de política nacional, en vez de estar discutiendo los problemas de un sector que no ha cumplido sus metas de cabezas de ganado, que aún no tiene muchos mercados de exportación por falta de admisibilidad sanitaria y cuya transformación es central en la lucha contra el cambio climático.

“Acá no queremos hablar de persecuciones, sino de los pequeños ganaderos a los que no les llegan los beneficios del Fondo. Que no tienen buen acceso a agua y que no saben en qué vamos con los casos de bruselosis. Los debates importantes son sobre ganadería, no política”, dice Ramírez Ocampo, añadiendo que hay muchos uribistas entre los ganaderos y lecheros críticos de Fedegan.

Ese rol político es uno de sus mayores puntos de discordia entre Lafaurie y el Gobierno, como se notó en el mensaje que Santos leyó ante el congreso de Fedegan hace dos meses.

“Si en estos últimos años (...) hubo algún distanciamiento, tengan la seguridad de que no fue con los ganaderos. Fue con la dirigencia, por algo que yo he considerado siempre muy nocivo. Los gremios no están para hacer política. Los gremios están para tener una comunicación fluida con los gobiernos, para representar a sus agremiados y para encontrarles solución a los problemas”, les dijo.

Hasta ahora el Gobierno y el ministro Iragorri han mantenido silencio sobre lo que sucederá con el Fondo en seis semanas, una decisión que en principio debería ser técnica pero que también se ha vuelto política en momentos en que está más crispado el ambiente entre santistas y uribistas.

Sin embargo, el Plan Nacional de Desarrollo que Simón Gaviria le presentó al Congreso el viernes claramente dice -en uno de sus 200 artículos- que los fondos parafiscales del campo deben reunir “condiciones de representatividad nacional de una actividad agropecuaria o pesquera determinada” y que las juntas que los manejen “deberán elegir sus miembros por medios democráticos”.

Eso muestra cuál es en principio la posición del Gobierno hoy y hacia dónde podría ir la pelea. Si no se la aplica a Fedegan, podría significar que el gremio ganadero convenció al Gobierno (algo que no se ve tan fácil dado que no hay mucho diálogo) o que éste último se asustó con la teoría uribista de la persecución política.

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Vie, 2015-03-13 09:52

Me gustaría saber de las 350.000 familias que habían de acuerdo a Fedegan, hace diez años, que vivían de la ganadería de leche, quedan en la actualidad. Para que ha servido el impuesto que maneja fedegan, sino ha sido para adelgazar la producción lechera y de carne bovina, y concentrar en pocas manos. Solo ha servido para los intereses que rodean al Sr. que maneja Fedegan. Desafortunadamente el no acepta los hechos, solo se riega en palabras y amenazas (revisemos sus entrevistas en diferentes medios de comunicación). Ha amenazado con meterse en la política. Mientras eso sucede los tratados TLC suscritos en estos 10 años le dan un entierro de tercera a la ganadería en Colombia. Igual ha sucedido con el arroz, y en el momento se advirtió sobre lo que podría suceder y esta sucediendo. Y la respuesta del Gobierno ha sido mas pie de fuerza, más dotación en armas y tecnologías para imponer a la fuerza lo que el ser humano por existir exige en lo elemental y fundamental.

Mié, 2015-02-18 12:56

Sin hacer parte de la disputa política entre Santos y Uribe, desde hace cinco años, hemos emprendido una tarea de organización de pequeños y medianos ganaderos que pretendemos buscar senderos de desarrollo de nuestra actividad. Nos organizamos en torno a la Confederación Nacional de Ganaderos, CONFEGAN, en la actualidad contamos con Federaciones Departamentales y unos Ocho Mil campesinos afiliados. Nuestro trabajo gremial se sustenta en la busqueda de medios de hacer de la actividad ganadera, un medio sostenible basado en lo que tenemos en la finca, como la tenemos y con quien lo tiene.Hemos hecho parte y sustentamos la necesidad de cambiar la Ley 89, norma que contempla el manejo del Fondo del Ganado, mediante contrato con la FEDEGAN, en la cual no nos sentimos representados y no vemos resultados tangibles, ni en el pasado ni en el presente.Presentamos al ministro de ministro de agricultura una iniciativa de desarrolo agrario,el proyecto RECONVERSION GANADERA lo castran por $$$$$$$$

Dom, 2015-02-15 01:37

Sobre el manejo del FG, se evidencia que el de mas argumentos tiene la razón sobre su esencia. Desde una lectura objetiva se ve claramente que existe es un comportamiento de exclusión. Se excluye inicialmente a los pequeños productores, no tienen quien los represente, han trascurrido dos décadas sin votos y voz en la junta directiva del fondo,por esta razón sus derechos son pisoteados . El gobierno con las políticas enfocadas al fondo, para que este ente sea viable no han sido concretas, su aporte es dilatar. Las propuestas que surjan de los pequeños ganaderos no serán tenidas en cuenta por no contar formalmente con una representación digna. Por todo esto es necesario que se le imprima los ajustes acorde con su esencia y objetivos. El FG, es un ente que debe estar al tanto con las innovaciones, los beneficios que esperan los asociados juntos con los ajustes requeridos no permiten ceder mas tiempo, ya basta seguir con las dilaciones por parte de los involucradas.

Sáb, 2015-02-14 18:01

El asunto es serio y el gobierno debe intervenir. Como lo proponen algunos ganaderos, no para acabar a Fedegán si no para hacerlo más democrático. Este fondo y el de los cafeteros son fuertes y eso es lo que necesita el país, pero ese manejo y la falta de representatividad, deja mucho que desear. Recuérdese que la Federación de Cafeteros derrochó los bienes que se adquirieon durante las vacas gordas: Bancafetero, Flota Mercante Grancolombiana, etc, etc. Aquí no hay persecusión política es asunto de poner todo en orden.

Sáb, 2015-02-14 15:30

Tiene huevo, o como dicen en la costa "manda cájcara" Lafaurie y su caterva de uribestias creyendo que, con esa brutal, desmesurada e irracional oposicion al proceso de paz (sobretodo por parte de la esposa), encima Santos le tiene que prorrogar ese jugoso contrato, que no es más que un "toíto pa mí". Ni pendejo que fuera Santos en darle otra vez esa teta.

Vie, 2015-02-13 19:57

Combinar proselitismo político con liderazgo gremial son excluyentes, porque lo primero afecta la coherencia de lo segundo y lo segundo se torna dislocado, tergiversado, perversamente orientado a una actividad electorera. Consideración aparte de la antidemocrática conformación de Fedegán y el omnímodo poder de quien no se caracteriza por pensamiento abierto.

Vie, 2015-02-13 08:19

lafourie no es mas que un corrupto con infulas de intelectual.ojala alguien investigara su paso por la superintendencia de notariado y veran lo que hizo y deshizo en materia de contratos, y lo mismo esta haciendo en fedegan, y razon tienen los ganaderos asociados a fedegan,este tipo se la pasa hablando de politica y metiendose en donde no lo llaman,en vez de estar solucionando los problemas de su gremio....y como tipico uribista,tirando cortinas de humo,aduciendo persecucion politica,para tapar sus fechorias.

Jue, 2015-02-12 11:10

"Los gremios no están para hacer política."

"Los gremios están para tener una comunicación fluida con los gobiernos, para representar a sus agremiados y para encontrarles solución a los problemas.” (Se parece mucho a "hacer política").

¿Qué es "hacer política"?

Si hacer política consiste en maniobrar con las razones técnicas y jurídicas para lograr un propósito técnico y jurídico conveniente al político, entonces Lafaurie tiene razón, pero se contradice en el señalamiento; pero no importa, porque él sabe que lo que por política viene, por política se va, algún día; y que lo importante es continuar maniobrando para postergar ese día. Y el argumento de la persecución política es la artimaña de moda, que sirve para todo.

Mié, 2015-02-11 18:33

“Acá no hay una razón técnica ni jurídica, sino unos hechos políticos”

Se están apropiando de un dinero que no les pertenece y a Lafaurie eso no le parece una razón técnica ni jurídica.

Para quién es semejante discurso?

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