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Ayer el Ministro del Interior Juan Fernando Cristo se reunió con los ponentes de la reforma del equilibrio de poderes para discutir el texto que presentarán en quinto debate. Y voces académicas discutieron esta mañana las ventajas y desventajas del proyecto en un foro.
Pero la pregunta que ronda en el ambiente y que fue mencionada hoy por varios expertos es si vale la pena esta gesta titánica, si después de los acuerdos de la Habana será necesaria otra reforma electoral.
La Silla Vacía comparó el acuerdo 2 entre las FARC y el Gobierno, “Participación política y apertura democrática para construir la paz” y el el texto actual de la reforma del Equilibrio y encontró cuatro choques de trenes.
1. El umbral
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Pese a las insistencias de partidos como el Polo y el Mira, la reforma del Ministro del Interior Juan Fernando Cristo mantiene el umbral que se aplicó en las elecciones de 2014. Pero la terquedad del Gobierno puede ser en vano. El estado de las cosas es que los partidos que no obtengan al menos el 3 por ciento de los votos sufragados al Senado o 50 por ciento del cociente a la Cámara no alcanzan curules en esta corporación. Y más grave: pierden la personería jurídica y queda incapacitados para dar avales. En La Habana se acordó que después de las negociaciones el Gobierno impulsará una reforma para desligar la obtención y conservación de la personería jurídica del umbral. Habrá nuevos requisitos para avalar y uno será el número de afiliados. |
2. La lista cerrada
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Aunque la lista cerrada en principio puede ayudar a combatir algunos de los problemas de corrupción, falta de propuestas y personalismo del sistema político colombiano. Algo que sería bueno desde el punto de vista de la Habana, tiene un pero. La lista cerrada afecta a los partidos políticos de tendencias. Es decir, a partidos que agreguen organizaciones sociales muy disímiles y con liderazgos fragmentados a lo largo del territorio nacional les iría mejor con el mecanismo de voto preferente. Como lo ha mostrado la historia del Polo o la Alianza Verde. Es decir, la lista cerrada podría ser un golpe para el deseo de las Farc de que movimientos sociales como la Cumbre Agraria se consoliden como una verdadera opción electoral. Este movimiento, que -como ha contado La Silla- será clave en el posconflicto, aglutina a sectores campesinos, indígenas y afro de izquierda dura como la Marcha Patriótica y el movimiento de zonas de reservas campesinas y también a grupos más moderados (además de étnicamente perfilados) como la Onic indígena o el Proceso de Comunidades Negras (PCN). Y esto complica la concertación, más teniendo en cuenta que llegarían como primíparos a manejar los mecanismos de democracia interna. |
3. El futuro Consejo Nacional Electoral
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La reforma al equilibrio de poderes elimina la reelección de magistrados del Consejo Nacional Electoral. Esto pese a que en la Habana se acordó que después de las negociaciones se citará una comisión para revisar el rol de estos funcionarios y la misma existencia de este organismo. |
4. 11 senadores elegidos por circunscripciones departamentales
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El proyecto del Ministro Cristo quiere que de las 102 curules en el Senado, 11 puedan ser alcanzadas sólo por senadores nacidos o domiciliados hace dos años en departamento de menos de 500 mil habitantes. Es decir, quiere incentivar que los departamentos pequeños estén mejor representados. Sin embargo, si este cambio se hace y después se crean las Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz para la Cámara que se acordaron en la Habana habrá un choque de trenes. Interpretando el acuerdo de la Habana, habrá casos en que estas circunscripciones de paz le darán aún más curules y poder de decisión a departamentos grandes. Por ejemplo, Antioquia y Nariño pueden ser consideradas “zonas especialmente afectadas” y ganar extra peso. Revirtiendo el efecto de los que el Ministro Cristo está hoy defendiendo. Entre los 87 municipios que según la Fundación Paz y Reconciliación están en riesgo extremo de vulnerabilidad en el postconflicto 9 son en Antioquia (el 10 por ciento) y 13 por ciento están en Nariño (que es de 32, el octavo departamento más poblado). En el sur del país los departamentos de menos población sí son los más claves para el postconflicto.
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Increible lo que ha ganado la guerrilla sin siquiera ir a elecciones. El concepto expuesto por LSV es correcto, nada vale haqcer esta reforma si los acuerdos de La Habana los hace inocuos. Mejor que nuestros Padres de la Patria se ocupen de asuntos igualmente importantes y urgentes.
me gusta este artículo... al leerlo me lleno de profundo dolor patrio... el país gira al rededor de las farc...y por ende los únicos temas que les importan son:.. el de tierras...que les permitirá legalizar su dominio sobre estos sectores...el de circunscripción electoral y el político...el conflicto armado en Colombia ha afectado máximo a un 10 por ciento de la población en Colombia ..siento como Colombiana que las farc no son merecedoras de la total atención del gobierno los medios de comunicación y del pueblo..el futuro de nuestra constitución está en riesgo por mandato de las farc y complacencia de santos...existen problemas muchísimo mas álgidos que afectan el diario vivir del otro 90 por ciento de colombianos...una negociación como su significado lo anuncia.. es un acuerdo entre las partes...en la habana percibo un monologo donde las farc exigen y el gobierno santos intenta cumplir...esta percepción llena mi alma de dolor patrio