Ayer se iba a presentar en el Concejo de Bogotá una moción de censura contra el Secretario de Educación, Óscar Sánchez, con la que la oposición quería mostrarle los dientes a Gustavo Petro, apenas dos semanas después de haberle aprobado el Plan de Desarrollo. Pero a última hora, se desinfló. Lo cual muestra que el apoyo que obtuvo la Administración en el Plan de Desarrollo no significó una nueva “unidad distrital ampliada”, como la llamó el concejal Juan Carlos Flórez, pero que tampoco funciona de forma fluida la coalición mayoritaria de oposición.
La historia de la moción
Las críticas contra Sánchez fueron lideradas por el concejal verde Antonio Sanguino y por Roberto Hinestrosa, de Cambio Radical, quienes dijeron que estaban preocupados por la forma como Sánchez había contratado los refrigerios escolares.
En ese primer momento, antes de la aprobación del Plan de Desarrollo, estos cuestionamientos pasaron relativamente desapercibidos. Pero las críticas fueron creciendo.
Primero se sumaron a ellos los concejales del Polo Democrático Álvaro Argote y Celio Nieves, quienes representan a los maestros del Distrito y quienes habían perdido poder dentro de la Secretaría con Sánchez, según contó El Espectador.
El secretario de Educación, Óscar Sánchez, tenía la presión de la moción de censura en sus espaldas. Aunque no se movió en el Concejo para evitarla, sí lo hicieron concjeales porgresistas, especialmente Angélica Lozano y Carlos Vicente de Roux. Foto: tomada de www.integracionsocial.gov.co |
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El alcalde Gustavo Petro deberá seguir gobernando con un Concejo esquivo, pero no necesariamente opositor. Foto: Juan Pablo Pino |
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El Concejal Antonio Sanguino, del Partido Verde, fue uno de los prinmeros críticos de Sánchez. Sigue pensando que la moción de censura debería tramitarse, y le dijo a la Silla Vacía que exige que quienes actualmente tienen la carta firmada (los concejales Acosta y Cepeda) la presenten lo antes posible. |
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El presidente del Concejo, Darío Fernando Cepeda, es uno de los impulsores de la moción de censura. Junto con su copartidario Julio César Acosta, tiene en su poder la carta firmada que no se ha radicado. Foto: Juan Pablo Pino |
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El concejal del Polo Álvaro Argote, que viene el magisterio, fue uno de los impulsores de la moción. pero ayer anunció que su bancada retiraba sus firmas y su apoyo a la moción. Foto: Juan Pablo Pino |
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El concejal de Cambio Radical Julio César Acosta, elegido hace menos de una semana como representante del Concejo de Bogotá en la Federación Nacional de Concejales, pasó oficina por oficina buscano firmas para apoyar la moción de censura. Foto: Juan Pablo Pino |
Ellos estaban insatisfechos con los cambios de Sánchez, quien se rodeó de expertos en educación que venían, como él, del mundo de la consultoría, y empezó a cambiar las formas de contratación. Además, cambió a 18 de los 20 directores locales de educación, que son cargos importantes en el sector porque tiene alto potencial político: son la cara de la Secretaría ante la comunidad en momentos clave como la matrícula, y también tienen incidencia en asuntos laborales como los traslados de los maestros.
La pelea creció después de la aprobación del Plan de Desarrollo y la iniciativa pasó a manos de otros concejales, especialmente Julio César Acosta y el presidente del Concejo Darío Fernando Cepeda, los dos de Cambio Radical. Ellos fueron personalmente de oficina en oficina buscando firmas para apoyar la moción. Necesitaban 23 (la mitad más uno de los 45 concejales), y esta semana anunciaron que ya las habían conseguido.
El viernes se esperaba que la moción se presentara, pero eso no ocurrió. El sábado, en sesión plenaria, tampoco pasó. Y eso llevó a que Argote tomara la palabra para anunciar que el Polo ya no la apoyaba. Según le explicó a La Silla Vacía, la bancada sentía que la moción había cambiado de sentido.
¿Por qué la educación?
El campo en el que la administración de Petro tiene más presión para mostrar resultados no es la educación, sino la movilidad. La ciudad viene del desastre de las obras de las nuevas troncales de Transmilenio, y Petro ha abierto muchos frentes de debate: el trazado del metro, el tranvía por la séptima, la ALO, las autopistas urbanas o el pico y placa son solo algunas. Además, se viene la puesta en funcionamiento del Sitp. Y, en todo esto, curiosamente la Secretaría de Movilidad Ana Luisa Flechas ha pasado desapercibida, mientras las críticas han arreciado contra el Secretario de Educación.
Para los concejales hacer una moción de censura contra el Secretario de Educación tiene varios atractivos. El primero es que los maestros, que son un fortín político muy poderoso en Bogotá, tienen representantes directos en el Concejo. Cuando estos están molestos con el Secretario, con una moción de censura los concejales que los representan muestran que están trabajando por sus electores.
Pero eso no es todo. Como en otras entidades durante la administración de Samuel Moreno, buena parte de los cargos eran cuotas burocráticas. Con la llegada de Sánchez varias de esas cuotas se perdieron, y por eso otros grupos políticos están molestos con el Secretario, especialmente después de que retiró a 18 de los 20 directores locales de educación, unos de los puestos más apetecidos en el sector. Esa motivación burocrática para la moción la mencionó incluso un concejal de Cambio Radical, Jorge Lozada.
El botín no es despreciable. La Secretaría de Educación es una entidad enorme. Con más de 30 mil maestros, es la entidad que más plata mueve en el Distrito: su presupuesto para 2012 es de más de 2,3 billones de pesos, casi lo mismo que el presupuesto de la Rama Judicial en todo el país.
Ese tamaño lleva a que la Secretaría, con más de 350 colegios, tenga gastos importantes en muchos rubros. Y esos gastos implican contratos, que, como el de los refrigerios y otros como el aseo o la vigilancia, conllevan enormes negocios. Negocios que, según lo que denunció el mismo Petro en 2010, en muchos casos estaban en manos de contratistas vinculados a los políticos, como el llamado grupo Torrado vinculado con el congresista Efraín Torrado, de La U, que tiene contratos de refrigerios y de aseo. Sánchez ha cambiado la forma en que se entregaban algunos de estos contratos, como el de refrigerios, y eso ha molestado a los intermediarios.
Los intereses encontrados
De esta manera, la moción puso del mismo lado a quienes tenían intereses específicos en el sector educativo con los opositores de Petro en general. Pero esa coincidencia desapareció, como lo mostró el pronunciamiento de Argote.
Hasta ahora la bancada del Polo ha apoyado a Petro: estuvó de su lado por fuera de la coalición mayoritaria que eligió mesas directivas y votó favorablemente el Plan de Desarrollo, a pesar de que fue duramente criticado por la presidente del partido, Clara López, y su ex candidato a la Alcaldía, Aurelio Suárez.
Sus críticas al Secretario de Educación los pusieron en aprietos con los Progresistas, y dentro de los dos partidos hay quienes siguen aspirando a una reunificación de la izquierda para las elecciones de 2014. Además, la publicación en El Espectador de cuotas que tuvo el Polo en la Secretaría de Educación mostró que la pelea con Sánchez podría terminar haciéndoles daño. Por eso se alejaron de los demás impulsores de la moción.
Aunque también la habían firmado caracterizados opositores de Petro (como los liberales Jorge Durán Silva y Jorge Ernesto Salamanca, o los concejales de La U Orlando Parada y Javier Palacio), el esfuerzo de Cepeda y Acosta por conseguir las firmas fue más llamativo.
En apenas dos semanas, la bancada de Cambio Radical pasó de apoyar disciplinadamente el Plan de Desarrollo a convertirse en el motor de la principal amenaza al gobierno de Petro ¿Qué cambió mientras tanto? Hay varias hipótesis.
La primera viene de que Cambio Radical podría obtener cuotras burocráticas en el Distrito para recompensarle su apoyo al Plan. Por ejemplo, se rumora que el Instituto de Recreación y Deporte (Idrd), que está acéfalo, iría para ese partido. También que estarían buscando que les dieran el Fondo de Vigilancia. Convertirse en la principal fuerza detrás de la moción era una manera de presionar por esas cuotas.
La segunda es que la bancada quiere recordarle a Petro que su apoyo al Plan no es incondicional y, sencillamente, le está mostrado los dientes. En los próximos meses vienen otros proyectos importantes para su gobierno, empezando por el cupo de endeudamiento y la modernización tributaria que necesita para hacer realidad el Plan, y por eso Petro no se puede olvidar del Concejo.
Y la tercera, tiene que ver con que tanto el Ministro de Vivienda Germán Vargas Lleras como Petro son potenciales rivales para la Presidencia en el 2018 y con la moción de censura, Vargas Lleras contribuye a debilitar a Petro sin que sea evidente, porque por ahora se necesitan mutuamente. Sin viviendas en Bogotá, el plan de Vargas Lleras posiblemente tenga menos impacto real y político, y ya Petro cedió al incorporar en el Plan de Desarrollo que hará viviendas en Bosa, lo que contradice su propósito de densificar la ciudad.
Pero sin la bancada del Polo y con concejales de otras bancadas hablando públicamente contra la moción, incluyendo a Jorge Lozada, de Cambio Radical, la moción perdió fuerza. Aunque aún no ha sido retirada, tampoco se ha presentado hasta ahora – y, tal y como están las cosas, no prosperará. La Silla Vacía indagó entre algunos concejales y, según la información que obtuvo, a la moción ya no le alcanzan las firmas.
Para ser citada necesita 23 votos, y para efectivamente tumbar a Sánchez, necesita 30 firmas. Hoy solo la apoyarían 18 de los 45 concejales: siete de La U (Martha Ordóñez no la firmó), cinco de Cambio Radical (Jorge Lozada y Arthur Bernal Amorocho no estarían de acuerdo), dos liberales (Jorge Durán Silva y Jorge Ernesto Salamanca), dos verdes (Sanguino y José Juan Rodríguez) y dos conservadores (Soledad Tamayo no la firmó).
Por el momento, la moción parece muerta. Pero con un Concejo en el que el equilibrio político no está definido, en cualquier momento puede revivir.
¡Qué asco! Oiga, en serio, hay que erradicar a estos miserables.
Los concejales son el verdadero cartel de la contratación y petro les da su aporte contradiciendo la defensa a la salud con su política de defensa a transmilleno S.A y la construcción de nuevas troncales "la reparación de la caracas y la Autonorte que costará 380.000 millones de pesos" http://www.cmi.com.co/?n=82371, la construcción original costo 150.000 millones. Petro tampoco es del gobierno ni de la oposicón sino de sus intereses http://www.elespectador.com/opinion/columna-350535-petro-y-los-nule