![]() |
Varios congresistas dijeron a La Silla que si el Acuerdo de Paz con las Farc no se firma antes de julio será imposible pasar la ley que reglamenta el marco para la paz. Fotos: Juan Pablo Pino |
Ayer en reunión en el Consejo Gremial, Humberto de la Calle dijo que realmente creía que había “una oportunidad verdadera para poner fin al conflicto armado en Colombia a través del diálogo”. El optimismo a los dos lados de la Mesa es grande pero hay un reto que será difícil de enfrentar: los tiempos políticos.
Según han dejado entrever los negociadores tanto de la guerrilla como del Gobierno, la negociación sobre el tema agrario está en una etapa avanzada y por fin en las últimas semanas se están discutiendo ya temas concretos.
Aunque el camino que sigue es difícil –comenzando porque según lo dejó claro Iván Márquez ellos se consideran víctimas y no victimarios- los demás temas parecen menos espinosos. Salvo uno: el de la seguridad política y jurídica de los guerrilleros. Eso, en otras palabras, significa la ley estatutaria que reglamentaría el Marco para la Paz.
![]() |
"El Gobierno y las Farc tienen entre febrero y julio para llegar a un acuerdo," dice el senador Roy Barreras, presidente del Congreso. |
![]() |
El expresidente Álvaro Uribe, uno de los opositores más grandes al Marco para la Paz, seguramente utilizará el trámite de la ley estatutaria que lo reglamente como caballito de batalla electoral. |
El Marco para la Paz es una reforma constitucional que fue aprobada cuando aún el país no sabía que había en curso una negociación con las Farc pero que fue presentada por el Gobierno para posibilitar un proceso de paz que ya estaba explorando con ellos.
Es una norma sucinta que permite que en el caso de que haya un proceso de paz la Fiscalía tenga la facultad de juzgar solo a los "máximos responsables" de los crímenes de la guerrilla y de otros grupos armados, y no juzgar al resto de la tropa.
Ahora el Congreso tendrá que fijar los criterios que podrá usar el Fiscal para decidir qué tipo de delitos no se investigarán si las Farc firman la paz y qué penas podrían llegar a pagar (o a no pagar) los jefes guerrilleros por los crímenes atroces que han cometido.
En su momento, como lo contó La Silla, los uribistas se opusieron a la aprobación del Marco para la Paz con el argumento de que no querían ver a Timochenko de congresista. El senador de la U Roy Barreras les dijo que eso no era una posibilidad.
Sin embargo, como quedó redactado en el último debate, el Marco incluye la posibilidad de participación en política para los que hayan cometido delitos políticos o delitos que sean “conexos” a los políticos, es decir, que se cometen como consecuencia de un delito político. La Ley Estatutaria también deberá definir este punto porque hay un gran debate sobre qué delitos serían conexos.
Para el caso de Timochenko, por ejemplo, el Congreso deberá definir si crímenes de guerra pueden ser entendidos como conexos con delitos políticos, por ejemplo. Y esto, asumiendo que no esté condenado por un crimen de lesa humanidad, que nunca puede ser conexo con delitos políticos.
Mejor dicho, la discusión alrededor del Marco Jurídico para la Paz, que fue muy dura, fue una asunto de niños comparada con la que se tendrá que dar cuando llegue esta ley al Congreso. La pregunta es cuándo puede llegar una ley tan polémica al Congreso.
Los momentos políticos
Encontrar el momento político adecuado es la pieza más difícil de encajar en todo el proceso en la Habana porque esta vez, como ha sucedido en anteriores procesos, el éxito o fracaso de la negociación al final dependerá de una convergencia de intereses políticos.
Para los jefes guerrilleros en Cuba, que esa ley se concrete es un paso previo fundamental para acordar dejar las armas. Tienen que estar seguros de que el Gobierno no los va a terminar extraditando en un avión rumbo a Miami como hizo con los jefes paramilitares, mucho más cercanos al Establecimiento que los guerrilleros. Y no solo eso. También van a exigir garantías de que podrán hacer su revolución por la vía política en cambio de la armada.
Porque al fin y al cabo, tal como está diseñado este proceso, la negociación consiste en eso: en crear las condiciones, no para que abdiquen su ideología, sino para que la persigan por las vías democráticas. Por eso, a estas alturas ya nadie discute que uno de los resultados del proceso será encontrar la fórmula para que, por lo menos algunos de los jefes guerrilleros, puedan participar en elecciones.
Como para muchos colombianos pasar de percibir a los guerrilleros como unos terroristas a verlos como futuros congresistas es un sapo demasiado grande, el Gobierno difícilmente incurrirá en el costo político de presentar este proyecto si el acuerdo no está ya totalmente cocinado. Además, porque la reforma constitucional es clara en que sólo se aplica si efectivamente hay un acuerdo de paz ya firmado.
Noviembre ya no sirve
Juan Manuel Santos dijo hace unos meses que la fecha límite para firmar el Acuerdo de Paz sería noviembre. Sin embargo, varios miembros del Congreso dijeron a La Silla que no había la más remota posibilidad de que esa ley pudiera tramitarse en el primer semestre de 2014, en pleno período electoral.
Primero, porque en esa época los congresistas están metidos de lleno en su campaña de reelección y lograr quórum es difícil. Pero segundo, porque sería una bandera demasiado impopular, y más aún si están compitiendo contra la lista del ex presidente Uribe.
“Si el Acuerdo es firmado después de julio, no hay Congreso que les apruebe la justicia transicional. Si tienen la voluntad política, el Gobierno y las Farc tienen que entender que cualquier fecha después de julio no tiene correlato con el cronograma legislativo y político”, dijo a La Silla el senador Roy Barreras, presidente del Congreso. “Además, no sabemos cómo serán las mayorías del próximo Congreso”.
Él, por ejemplo, que es uno de los que más impulsó el Marco para la Paz ya ha dicho que no volverá. Esta percepción de los tiempos políticos fue compartida por otro senador conservador y por dos liberales. Uno de ellos dijo a La Silla que más que una reforma política sobre las que están haciendo cábalas los políticos, lo que más debilitaría a Uribe sería un acuerdo de paz firmado en diciembre. Además, como es una ley estatutaria tiene que ser revisado previamente por la Corte Constitucional antes de ser aprobada como ley.
En las filas de la Marcha Patriótica también se siente cierta urgencia. Las ‘constituyentes por la paz’ que decidieron crear en la reunión del pasado fin de semana son una muestra de ello. Estos grupos que estarán compuestos por organizaciones populares, sindicales y campesinas –muchas de ellas en zonas bajo influencia de las Farc- tienen un propósito principal y es impulsar el proceso y presionar para que éste conduzca hacia la paz.
Dados los vasos comunicantes que hay entre la guerrilla y las regiones donde la Marcha Patriótica tiene una posibilidad electoral la presión para que esta ley salga antes de diciembre y puedan así participar en la contienda electoral con la fuerza que les daría un proceso de paz exitoso seguramente se sentirá en La Habana.
En esa medida, los intereses políticos de la coalición política mayoritaria y los de la guerrilla estarían alineados y eso aumentaría las posibilidades de éxito del proceso.
Pero precisamente por las mismas razones, quienes se oponen a que los guerrilleros obtengan derechos de participación política y amplios márgenes de impunidad intentarán elevarle el costo político al Gobierno y a los congresistas que respalden la ley que regule el Marco para la Paz. La única forma de que no lo logren es si para ese momento es totalmente claro para todo el país que las Farc han decidido dejar las armas. Será el dilema del huevo y la gallina.
To read an English versión of this article, clic here
A mi en realidad no me parece tan descabellada la idea de dejar que esos terroristas se midan de manera electoral, creo que seria una excelente oportunidad para restregarles en la cara que no representan al pueblo sino únicamente a sus pútridos intereses económicos. Se les acabaría de una vez por todas el show de decir que gozan de un vasto apoyo popular y les demostraríamos que siempre fueron y serán un cero a la izquierda al que solo se le mira para pisotear.
Claro. Eso sí, después de que purguen las penas correspondientes por los crímenes que han cometido.
Lo claro es que esa ley, que debe regular el Marco para la Paz, no va a estar lista ni en noviembre ni en diciembre. ¿Cómo van a dejar las armas este año las FARC?, ¿cómo van a firmar un acuerdo de paz?, el tiempo es el principal enemigo para el proceso de paz. Y sin justicia transicional la guerrilla no va a firmar ningún acuerdo de paz. El huevo y la gallina está en las manos del Congreso. ¿Qué fue primero, la guerra o la paz, la paz o la guerra?, por "momentos políticos" el proceso puede seriamente fracasar.
Y es que el gobierno no puede exigir a congresistas que se den la pela en caso de ser necesario?,muy de acuerdo con CAANALPE sobre el egoismo propio de unos oportunistas,egoistas que no ven mas haya de sus intereses,aunque sobre la impopularidad del proyecto si distamos un poco,creo q ese concepto queda restringido mas bien a los que se oponen terminar esta guerra por las vias deL DIALOGO.
El modelo economico asi no sea tema de discusion debe tenerse en cuenta por lo menos el concepto d equidad en esta llamada democracia indecente segun CAANALPE,con lo que tambien coincido,pero igual asi las FARC depongan las armas y entren a la competencia ''democratica' mas temprano que tarde habran mas FARC por todo el pais mientras el verdadero sosten de la PAZ-lease oportunidades socioeconomicas para todos,o inversion social etc etc-no sea una realidad de verdad verdad,de lo contrario estaremos prestos a repetir la historia de los PARAS q ahora se llaman BACRIM.
"Primero, porque en esa época los congresistas están metidos de lleno en su campaña de reelección y lograr quórum es difícil. Pero segundo, porque sería una bandera demasiado impopular, y más aún si están compitiendo contra la lista del ex presidente Uribe."
Es decir, los congresistas no responden a sus votantes; porque si no hubiera elecciones, entonces sí podría prosperar una causa impopular. En términos del trámite de la ley, ¿qué importancia podría tener la coyuntura electoral? Si la causa es impopular, la ley no debería prosperar independientemente de si hay elecciones o no. ¿No se supone que los congresistas deben responder al mandato de sus electores?
En un país civilizado ese tipo de cosas ni se discutiría. En un país indecente pero democrático, la coyuntura electoral sería deseable porque permitiría dar un mandato claro a los congresistas. Solo en Colombia alguien diría que "la coyuntura es mala" para promover una ley que en todo caso es impopular.
"Primero, porque en esa época los congresistas están metidos de lleno en su campaña de reelección y lograr quórum es difícil" y es que a estos cafres se les paga por legislar o por salir a hacer campaña?
Excelente apunte johnrolo. Éstos son los detalles que no vemos los colombianos de a pie, y por eso es que de frente nos meten los dedos en la boca. Si sumamos el tiempo que la mayoría de congresistas usa para: hacer campaña, atender el lobby (de banqueros, empresarios, otros políticos, etc.), eventos, proponer leyes inútiles (como la joya de cambiar el escudo nacional) o para su propio benefcio, o simplemente para "levantar" la mano; Cuánto se le dedica realmente a legislar en pro de la nación? Tiene LSV un método para hacer el control político necesario para evitar este fraude? Sirve de algo la plataforma Congreso Visible de la universidad de los Andes? Que tal un gráfico en forma de histograma que muestre la utilidad/impacto del trabajo de estos parásitos?
jorjazo, yo creo que hay mucho congresistas que hacen un trabajo muy valioso. El Congreso es representativo del país: hay unos muy muy malos. Otros muy muy buenos. Y muchos en la mitad mediocres.
Es interesante que no se esté negociando el modelo económico del país que tenemos, ya que es este modelo el que tiene empobrecido a más de la mitad de los colombianos. Ahora las prisas porque las FARC cuelguen las armas porque si no los congresistas no podrán hacer sus egoístas campañas políticas.
Repetido una y mil veces, si no hay cambio de modelo las FARC jamás se acabarán porque la pobreza que arrasa las poblaciones donde no existe el estado sino con balas y fusiles será el mejor sitio para que los inconformes peleen contra un estado que los ha humillado e ignorado.
Desafortunadamente para este país no habrán soluciones con este tipo de premura y sin querer realmente evaluar el porqué de la situación del país más desigual de latinoamérica.
Qué gran manera de razonar: es necesario "negociar" el "modelo económico" con un grupo de asesinos que lo considera injusto. Maravilloso. No importa que los tipos asesinen gente, lo importante es que su causa (la de las Farc) conicide con lo que usted (koven) considera justo.
La democracia y las instituciones son solo un estorbo fastidioso que se debe omitir porque las Farc sí saben cuál es el origen de lo que ellos consideran una sociedad "injusta".
Claro, los modelos económicos se negocian exclusivamente con quienes representan los intereses de las empresas (extranjeras) que causan muerte y desplazamientos masivos en el país, quienes pueden contratar ejércitos privados para deshacerse de las molestias que los campesinos y trabajadores causan a sus ganancias (Chiquita, Coca-Cola, Oxy, Pacific Rubiales, etc.) Nunca se negocia con los pobres idiotas que se viven quejando de que el salario mínimo tiene menos poder adquisitivo cada año, que ven con malos ojos (pero con resignación pues saben que son minusválidos legales en los ojos del Estado) los tratados de libre comercio que abortan la poca iniciativa empresarial doméstica. Sólo hay que negociar con los criminales que pueden ocultar sus fechorías bajo billones de dólares. No con los de baja calaña que se dicen rebeldes y menos con los que no son criminales pero cuyos insignificantes clamores por justicia, igualdad y dignidad los hace sospechosos de serlo.
Es que yo no tendría ningún problema que se negociara mediante los medios institucionales con la gente que no asesina al resto para imponer su "modelo". ¿Acaso no se negocia todos los años el aumento del salario mínimo? ¿Es que los sindicalistas asesinan gente para que ese aumento sea del 7% en lugar del 4%? Por el contrario, las Farc si asesinan en nombre de la "justicia social".
"Sólo hay que negociar con los criminales que pueden ocultar sus fechorías bajo billones de dólares. No con los de baja calaña que se dicen rebeldes y menos con los que no son criminales pero cuyos insignificantes clamores por justicia, igualdad y dignidad los hace sospechosos de serlo."
No no hay que negociar las instituciones con nigún asesino. Los que se dicen rebeldes y asesinan gente para imponer su visión del mundo en el resto de la sociedad son asesinos. Nada más, nada menos.
En Colombia siempre se ha negociado con y entre asesinos.
¿Qué más da una nueva negociación con asesinos?
"Nada", dirán los cínicos. Para ellos hay que seguir como estamos. Para ellos, nuestra dizque "institucionalidad" es suficiente porque los mantiene en el poder y, a quienes amenazan su monopolio, en la miseria.
A ver yo no soy de las FARC y considero que esta es una sociedad injusta, y las instituciones son un mero adorno, y de hecho yo por mi lado pienso sin leer tesis marxistas ni meterme a la web de las FARC, que este modelo económico generador de pobreza debe ser cambiado radicalmente.
Y como bien leía por ahí asesinos son desde los que se encuentran en el senado legalmente, inclusive aliados del paramilitarismo, pasando por las fuerzas militares, los grandes asesinos llamados ahora bacrim siempre serán paramilitares y evidentemente la guerrilla. Estamos en un país en guerra llamado Colombia, por si no se había dado cuenta donde hay abusos por parte de todos lados, los peores abusos son los del estado que con dinero de nuestros impuestos se dedican a matar civiles indefensos.
Nunca dije que usted fuera de las Farc. Dije que sus intereses y los de las Farc coinciden y no hago ningún juicio de valor frente a eso.
Frente a lo que sí hago un juicio de valor es la conveniencia de negociar instituciones con asesinos (sean paramilitares, senadores asociados con guerilla o paramilitares, militares corruptos, etc.).
A usted parece no importarle que se salten cualquier noción de democracia y se negocie "el modelo económico" (que nos afecta a todos) con gente que no tiene absolutamente ninguna representación democrática. ¿Le parecería bien que negociaran las instituciones con los paramilitares? ¿O con los condenados por falsos positivos?