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Seis meses después de que Aurelio Iragorri llegara al Ministerio de Agricultura y tras un rediseño de la entidad que buscaba dejarla listo para aterrizar los acuerdos de La Habana, la entrega de muchas de sus misiones claves a cuatro asesores del ministro -que una persona describió como un “universo paralelo”- ha generado una crisis al interior de la entidad.
Estos cuatro hombres de confianza de Iragorri -a quienes en el sector llaman sus 'gerentes'- no aparecen siquiera en el directorio oficial del Ministerio. Llegaron como contratistas con salarios por encima de lo habitual en la entidad (aunque dos de ellos pasaron luego a ser funcionarios de planta) y se convirtieron en una suerte de gabinete en la sombra que heredó muchas de las funciones que tradicionalmente tenían los técnicos allí, incluyendo a los dos viceministros y siete directores. Varios de éstos últimos han salido ya del ministerio.


Son ellos los que conversan -en nombre del Ministro- con los gobernadores y alcaldes, los que se reúnen con los gremios agropecuarios, los que coordinan con los jefes de las otras entidades del campo que dependen del Ministerio y los que deciden la suerte de sus contratistas.
Ninguno de ellos tiene trayectoria en temas rurales, pero su voz se ha vuelto decisiva -según doce fuentes del sector- en determinar cómo se ejecuta un proyecto o un convenio, dónde se hace una inversión o simplemente para mandarle un mensaje al ministro. Desde la oficina que comparten en el tercer piso del Ministerio en la Avenida Jiménez, se volvieron -en palabras de un ex alto funcionario- los “guardianes de la llave” de la entidad.
Tres de ellos vienen de trabajar con el actual ministro en el Ministerio del Interior y llegaron a Agricultura con contratos de 16 millones de pesos mensuales. En esa misma cartera, un viceministro -que sí es empleado de planta- gana casi lo mismo tras sumarse su salario base, sus primas técnicas y sus cuatro primas de rendimiento anuales. Los directores, muchos con una década de experiencia en el agro, ganan casi la mitad. (De hecho, existe una resolución de tiempos del ex ministro Juan Camilo Restrepo que no permite que los asesores ganen más que sus pares funcionarios).
Cada uno se ocupó de 'gerenciar' un tema distinto. Boris Zapata, quien fue director de asuntos afro cuando Iragorri era vice de Germán Vargas Lleras, estuvo a cargo de los programas sociales y de las relaciones con alcaldes y gobernadores (Renunció el viernes pasado, aunque aún tiene un contrato vigente hasta finales de febrero). Arturo Dajud, que fue asesor de despacho de Iragorri, es el puente con todas las entidades del campo bajo el ala del Ministerio.
Julián Murcia, también ex asesor del ministro y su compañero de trabajo durante años en la Registraduría, lleva la voz cantante en los temas de presupuesto y en definir las contrataciones. Y Juan Pablo Pineda -cuyo contrato es por 9,5 millones al mes- tomó las relaciones con los gremios al punto que cualquier comunicación con el Ministro pasa, para ellos, a través suyo. Son, en palabras de otra fuente, “muy leales a Iragorri, muy trabajadores y conocedores de lo público, aunque para nada expertos en el sector rural”.
El rol de los cuatro ha creado mucha confusión dentro del ministerio, en las entidades cercanas y los sectores que trabajan con él, porque -como dice un ex alto funcionario- “los cables se cruzan allá todo el tiempo”.
Una persona del sector le contó a La Silla que, según supo, aparecieron en las distintas direcciones -en épocas de empalme con el anterior ministro Rubén Darío Lizarralde- para entender los proyectos que cada una llevaba. Con el tiempo fueron comenzando a dialogar directamente con los terceros que trabajaban esos temas, en el sector agrario y en los gremios. Y finalmente asumieron esas relaciones directamente, marginando a muchos de los técnicos.
Uno de ellos le dijo a La Silla que se volvió muy común oírle a sus pares en otras entidades respuestas como “pero si yo ya hablé con mengano y se va a hacer así” o “me llamó sutano para decirme que la razón [del Ministro] es tal”.
Eso ha generado que, según otra persona del sector, “la interlocución no sea sencilla y los técnicos prácticamente no tengan acceso al Ministro”. La Silla comprobó que lo mismo sucede con personas externas que tienen proyectos con el Ministerio, que intentaban sacar citas con Iragorri pero terminaban siempre atendidas por alguno de sus súper asesores. Y también con los líderes gremiales.
Un ex alto funcionario va más allá y dice que “la figura del viceministro se desdibujó [ya que] deberían ser los segundos en la estructura, pero cuando hay mucha gente a su lado eso se pierde”.
La Silla intentó varias veces comunicarse con Iragorri sin éxito. Una persona que ha trabajado con él defendió el modelo de los cuatro gerentes, describiéndolo como un “esquema temporal” pensado para acompañarlo durante la etapa de empalme para entender el sector y señalando que ya cumplió su misión.
?Estos son los cuatro súper asesores de Iragorri.
Instrucciones: haga clic y suba en la pantalla hasta que le aparezca el rol de cada asesor.
La difícil atmósfera laboral ha coincidido con que en los últimos dos meses se han ido muchos de los técnicos del Ministerio, en momentos en que -tras el rediseño que trajo 80 nuevos funcionarios- debería estar comenzando a pensar en la creación del fondo de tierras, en la actualización del catastro rural y otras tareas centrales para un eventual éxito del posconflicto.
En noviembre Iragorri le pidió la renuncia -como contó La Silla- a los tres directores técnicos a cargo de la formalización de las tierras de campesinos (un punto central en el acuerdo agrario de La Habana), las cadenas vegetales y los programas productivos para pequeños productores.
Dos meses después, el ministro solo ha nombrado reemplazo para uno de esos cargos, hace dos semanas. Sin cabeza también está Finagro, el brazo financiero del sector, desde la salida hace una semana de su gerente Luis Eduardo Gómez y en medio de persistentes rumores de que podría llegar el ex congresista liberal Luis Enrique Dussán.
El viernes pasado renunció -según El Espectador- el viceministro Aníbal Fernández de Soto, quien viene liderando la pata de desarrollo rural que es el centro del rediseño del Ministerio y que se ocupará de muchas de las áreas claves para el aterrizaje de la 'paz territorial' (si se firma un Acuerdo final con las Farc). La Silla no pudo comprobar las razones de su salida, aunque ese periódico se la atribuye a diferencias con Iragorri.
Uno de los temas que más zozobra ha generado entre los funcionarios es el temor a firmar papeles que obedecen a las decisiones de otros, pero por los que ellos la responsabilidad. Una situación que uno de ellos llamó el “síndrome AIS”.
Esto porque, como contratistas, los gerentes no tenían ninguna competencia para hacerlo (y de hecho no están sujetos a la misma supervisión de las 'ías' o del Congreso que un funcionario). Pero tampoco pueden hacerlo hoy como asesores de despacho de planta, ya que no tienen poder legal de decisión y se expondrían a ser investigados por prevaricato.
Este reciente 'diseño institucional' que montó Iragorri ha despertado nuevas preocupaciones de que las entidades del campo se sigan politizando, después de que hace un año el gobierno Santos entregara el manejo del Incoder al senador Hernán Andrade, el ICA a Efraín Cepeda y el Banco Agrario a Roberto Gerlein.
Por eso, muchos en el sector respiraron con alivio cuando el Gobierno le pidió la renuncia a Alvaro Navas Patrón -sobrino político de Gerlein- de la presidencia del banco del campo e Iragorri se la jugó por un técnico de adentro (Francisco Solano) para sucederlo.
Con las últimas oleadas de salidas, el pesimismo ha vuelto. Como dice una persona del sector, “con el Gobierno apostándole a la paz, el Ministerio siendo central en el aterrizaje de la paz territorial y la Misión Rural queriendo intentar cosas nuevas, uno no entiende cómo puede suceder esto. Hay una desinstitucionalización total del Ministerio”.
Este país no lo entiende nadie.Desde hace 20 años el Ministerio de Agricultura ha tenido abandonado el campo colombiano, incluyendo la inmediatamente anterior administración de Lizarralde. Como? con un equipo de Técnicos a los que les había quedado grande sacar adelante el Ministerio, el Sr. Iragorri podría darle un vuelco efectivo al sector agropecuario, como evidentemente se lo esta dando. Por supuesto que Iragorri necesitaba tener un equipo nuevo, tratando responsablemente de no crear un traumatismo y dio muestras de no ser un desbocado puestero, al hacer los cambios con algún escalamiento y prudencia. Otro llega de frente con su nuevo equipo personal a lo que tiene derecho y hace los cambios de una. Como es que lo acusan de puestero, por haber hecho los cambios con prudencia. Ahora, se nota en estos pocos meses, la nueva cobertura y dinámica que esta tomando el Ministerio, habrá que darle tiempo al Sr. Iragorri, para con responsabilidad, hacer un análisis de su gestión.
No estamos en epoca de "austeridad" segun el presidente Santos?.
Por eso estamos coo estamos;Colombia tiene TODO para ser una de las "alacenas"del mundo;pero con esa "burocracia",que es la que le da los votos a los politicos,NUNCA vamos a salir de pobres;como es posible que no aprovechemos a los tecnicos de amplia experiencia del ministerio para hacer una politica agraria seria?
de esta clase de ministros estamos hastiados.Hasta cuando tenemos que soportarlos?
Definitivamente la paz se puede firmar en la Habana, pero para los colombianos parece que va a ser peor, porque estos corruptos no dan puntada sin dedal y ya empezaron a repartirse los recursos a diestra y siniestra. Iragorri, hijo de un politequero que nada le ha dado al Cauca y que va dejando espacio a sus hijos y con sus mismos vicios. Es hora de que los entes encargados investiguen esas contrataciones a que hace referencia el artículo. De no hacer nada...este super ministro deja al campo colombiano en la ruina, igual que la clase oligarquica del Cauca tiene a este departamento y de la cual él es parte. ¡pobre Colombia con esta clase de buitres como dirigentes!
Todos al interior del Ministerio sabemos lo que hay detrás de la politiquería, y los cambios de Gobierno o Ministro, es natural! Cada uno llega con su equipo de trabajo “con su gente”, claramente el pago de favores se debe hacer desde diferentes frentes del Gobierno, pero lo que están haciendo con el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural es muy descarado, ahora resulta que estar preparado o especializado en el sector no importa y obvio la experiencia es lo de menos, es como si un día Microsoft decidiera que ya no contratará ingenieros de sistemas para desarrollar sus programas, si no que contrataran médicos…es una locura!, pero en mi Colombia todo es posible, no dudo de las capacidades de los asesores o “gerentes” como tampoco dudo que sean muy leales, siendo un poco satírico: “no creo que mi esposa me sulete el carro si no se conducir, es apenas lógico” pero en manos de quien está el sector? Nos encontramos en altamar y al parecer el capitán y la tripulación no saben nadar”
de acuerdo, sería bueno que los entes de control revisaran las justificación y estudios previos de todos los contratos de personas naturales nuevas o que trajeron los asesores, así no aplique el perfil ni las funciones, “no importa eso cuadra, acuérdese que eso dijo mengano o fulano” , de paso se debería revisar lo permisivo que puede llegar ser el comité administrativo con los convenios, que tal si le meten economía, numeritos, técnicos del sector, indicadores de gestión, las ciencias no existen por nada, los proyectos y una empresa funcionan con real administración y análisis económico en en sinergia con la actividad que se desarrolla, y añádale a esto honestidad y transparencia, no se mucho perdón... a penas y tengo una maestría encima, pero yo creo, que así si funcionan las cosas… claro tendría que volver a nacer y en otro país o mejor trabajar en el sector privado.
Santos está dispuesto a hacer todo por la paz. Menos a que alguna cosa cambie en Colombia. Cómo se puede pensar en negociar y firmar la paz, cuando los conservadores tienen un contrato a término indefinido donde se les escrituró todo el sector agrícola?. (Y eso que ellos no tienen nada firmado). Leer esto es entender "el mejor de los mundos" del que habla el míster Robinson. Todo un enredijo burocrático que obedece únicamente a intereses personales. Aquí no hay cambio, ni hay paz, ni hay nada. Una manada de lobos es lo que hay, dándose un banquete, eso si. Creemos el ministerio de la Paz porque aquí lo único que importa es la repartija, a los demás que se los coma el tigre.
A esta historia le falta un pedazo. En el Incoder la Subgerencia de tierras se le entrego al Superintendente de Notariado y registro y este delegó a Jairo Mesa para que sea el jefe del subgerente Carlos Ignacio Carmona este subgerente desconoce de plano el nivel jerárquico de la entidad, no reconoce a Ariel Borbon como gerente y dice que su jefe máximo es Jairo Mesa.
Jairo Mesa es un alfil del exministro Andrés Felipe Arias.
Estas son las ironías de la vida, porque Santos le entrega la entidad al enemigo??????
Concluyo q Irragorri es el Presidente de la República Agrícola y x eso se dificulta el acceso.
El despelote d siempre con el agro q expotó con Mr. AIS-q hoy anda huyendo-. Esa cartera para lo único q ha cambiado es para cimentar muy bien la burocracia.
PD: Todo lo q propone el gobierno es alrededor del posconflicto q en últimas se inicia con la firmita aquella. Se supone q el revolcón se viene; pero si el posconflicto no se da, mejor dicho no hay firmita en la Habana, entonces todos estos proyectos en los diferentes Campos del desarrollo se quedaran en veremos?. Indiferente d lo q ocurra en la Habana, TODO lo q se supone cambiaría para bien no puede detenerse.
Me consta!
Andres: a proposito, seria bueno que la Silla indague sobre el programa PARES y haga seguimiento. Me temo ver mas despilfarro, poco impacto social, y mucha politiqueria...
bueno, bueno, claramente la administración sí sabe de presupuesto, y a última hora o en último momento de una vigencia presupuestal, comprometieron algunos dineros… para convenios con poca planeación… upss es que olvidaba que son los magos en gerencia!!
Ese ministro representa exactamente los problemas de la governabilidad de Santos, un pacto clientelista con élites regionales que se dedican al clientelismo, la corrupción y el saqueo de recursos públicos.