Esta madrugada vuelve a arrancar el paro agrario con las Dignidades campesinas, que insisten en que el Gobierno no les ha cumplido los acuerdos a los que llegaron el año pasado. Sin embargo, no llegan con la misma fuerza que hace un año porque, esta vez y por ahora, el Gobierno ha logrado poner de su lado a las organizaciones más sintonizadas con las negociaciones de paz en La Habana y con un eventual proceso con el ELN.
En las últimas semanas, la Marcha Patriótica, el movimiento de zonas de reserva campesina y otros sectores reunidos en la Cumbre Agraria Campesina, Étnica y Popular -que tienen como fecha para entrar en paro el 5 de mayo- le han bajado el tono a la protesta y se inclinan a convertirla, como propuso Piedad Córdoba, en una movilización en favor de la paz.
Esto terminaría dándole un espaldarazo a La Habana y por lo tanto, desde La Habana también al presidente Juan Manuel Santos. Esto, claro, si el Ministro de Defensa no arruina estos acercamientos, que se empezaron a enfriar desde que Juan Carlos Pinzón advirtió la semana pasada que los paros estarían infiltrados por las Farc y el ELN, aunque La Silla supo que los puentes no se han roto. Y tanto en el Gobierno como en la Cumbre saben que el paro puede mantenerse bajo control si logra mantenerlos alineados.
“La Cumbre hoy es determinante en esta coyuntura y los movimientos en su interior son conscientes de esa condición. Ahora bien, Santos puede salir bien librado -una situación en donde ganemos todos- y también puede llevar al traste definitivamente su reelección. Es difícil el momento, pero si se lleva bien por las partes podrá salir fortalecida la posibilidad de la paz”, le dijo a La Silla una persona que está metida en el proceso de la Cumbre Agraria.


El principal compromiso al que llegó la Cumbre Agraria con el Gobierno es que se instale una mesa permanente de negociación que mire el pliego único de peticiones que redactaron hace dos meses en la Plaza de Artesanos de Bogotá y que reúne los reclamos de los grupos que se juntaron para formarla.
Ahí están organizaciones políticas como la Marcha Patriótica (que, como contó La Silla, venía debilitada) y el Congreso de los Pueblos, campesinas como la Coordinadora Nacional Agraria (CNA) y la Mesa de Interlocución y Acuerdos (MIA), étnicas como el Proceso de Comunidades Negras y la ONIC indígena, sindicatos agrarios como Fensuagro y las zonas de reserva campesinas reunidas en Anzorc. Varios de ellos estuvieron activos en el paro pasado, aunque cada uno por su lado. Y algunos salen desde hoy, como el Congreso de los Pueblos.
Aunque inicialmente estaban jugados por el paro, desde la propuesta de Piedad Córdoba intensificaron las conversaciones con el Gobierno. Y sobre todo con el Ministro del Interior Aurelio Iragorri, con quien estuvieron reunidos el viernes hasta altas horas.
“Una cosa es iniciar un paro con diálogo y otra sin diálogo. Y hoy hay un nivel de comunicación más interesante: el Gobierno aprendió del año pasado y, en vez de minimizar a los actores, ha decidido entrar a dialogar con ellos. Eso hace que, a diferencia de hace un año, no estemos con los oídos cerrados”, dice un líder de Marcha Patriótica.
Su mayor exigencia es que se expida un decreto que cree esa mesa de negociación y que le dé fuerza vinculante, como manera de evitar que se quede en el aire y no avance como sienten ellos que sucede con la que ya existe con la MIA desde el último paro.
Luego también quieren compromisos en algunos puntos concretos del pliego único que redactaron, como la creación de un fondo de 2 billones de pesos para fortalecer la economía campesina y en el que participen las organizaciones campesinas; reglamentar las figuras territoriales que están en la ley 160 del 94 y la ley 70 como las zonas de reservas campesinas; y explorar figuras jurídicas que permitan liberar a los líderes campesinos de su línea encarcelados en el último paro, acusados de rebelión y financiación al terrorismo.
“Las causas objetivas para la justeza del paro siguen ahí: hay incumplimientos y no se ha modificado la política agraria. La diferencia es la interlocución. Eso hace que seguramente [ésta] sea una etapa de presión, pero no el paro del año pasado”, dice otro líder de la Cumbre, que prefirió no usar su nombre porque no es vocero de ninguno de los grupos.
Por eso, si Santos logra que las organizaciones que pertenecen a la Cumbre no se sumen plenamente al paro y en vez marchen simbólicamente en respaldo al proceso de paz, podría evitar que el paro agrario le estalle por segunda vez en la cara y a menos de un mes de la primera vuelta, cuando Óscar Iván Zuluaga, el candidato uribista, se comienza a perfilar como su probable rival en la segunda.
El problema para Santos es que si bien ‘cerraría’ ese flanco del paro, se le abriría otro ya que varias de las peticiones de la Cumbre coinciden con temas que han planteado las Farc en La Habana y que el Gobierno no ha querido negociar como el de la autonomía de las zonas de reserva campesina, que se ha vuelto uno de los caballitos de batalla de las Farc y que está planteando la Cumbre. Lo mismo con el desmonte del latifundio, uno de los temas que el Gobierno decidió aplazar en la Habana cuando acordó el primer punto y que está pendiente de retomar.
"Una política de reforma agraria integral que redistribuya y democratice la propiedad de la tierra, que desmonte el latifundio como expresión histórica de la desigualdad y genere acceso seguro a la tierra para quienes carezcan de ella, así como la garantía de la autonomía territorial para campesinos, indígenas y afro", dice el primer punto del pliego de la Cumbre, sobre ‘tierras, territorios colectivos y ordenamiento territorial’.
Es decir, por evitar el costo político de un paro a pocas semanas de la elección, Santos podría terminar cediendo por fuera de la Mesa de La Habana lo que sus negociadores han considerado que no es negociable.



Por ahora, el paro comienza hoy con los ocho sectores conocidos como 'Dignidades', que incluyen a grupos de cafeteros, paperos, cebolleros, lecheros, arroceros, paneleros, cacaoteros y cañeros, a los que se sumarán los pequeños mineros.
“Las Dignidades seguimos en el paro: habrá unos que bloquearán vías y otros donde saldremos solamente a marchar, como aquí en Nariño”, le dijo a La Silla Jairo Chamorro, una de las cabezas del paro el año pasado en Nariño y uno de los líderes de los que firmó el acuerdo de los campesinos 'de clima frío' con el Gobierno en Tunja.
Algo similar sucederá, según varios líderes con los que conversó La Silla, en el Eje Cafetero, el Huila, Santander y Boyacá, pero sin la fuerza de hace un año. En su mayor parte se trata de sectores cercanos políticamente al Polo Democrático y, en algunos casos, de líderes que se quemaron en las últimas elecciones.
De los cafeteros saldrán los dos grupos más influyentes, aunque -como la vez pasada- cada uno por su lado: el de Dignidad cafetera que lidera Óscar Gutiérrez y que tiene fuerza en el Eje Cafetero y el Comité Cafetero del Huila que lidera el ex congresista liberal Orlando Beltrán. No parece que se les sumen en lugares como el Cauca, porque están en plena cosecha y en momentos en que el precio es bueno.
Entre los paperos hay una división aguda. Muchos sectores campesinos en Boyacá ya no reconocen el liderazgo del papero César Pachón, a quien muchos le resienten su ambición política (alcanzó a ‘lanzarse’ a la Presidencia). A su vez, la Dignidad papera de Pachón no reconoce a la recientemente surgida Unidad Nacional Agropecuaria y a su líder el coronel retirado Jorge Rondón, que sí están dialogando con el Gobierno y a quienes el grupo de Pachón han tachado de ser funcionales al mismo e incluso creados por él.
A eso se suma que, con la llegada del invierno, muchos sectores campesinos están haciendo las quemas y preparándose para sembrar. Y que los indígenas pastos, ingas y quillacingas -que tienen su propia mesa de diálogo con el Gobierno y que fueron factores claves en el paro en Cauca y Nariño hace un año- tampoco están pensando salir.
“Sí saldrá gente a la calle porque no les han solucionado los problemas, pero el éxito del paro de la vez pasada fue la solidaridad de la ciudadanía y el Presidente, que lo volvió gigante. Lo que le generó problemas a Santos fue la opinión pública, no los bloqueos de vías, y ahora la gente no quiere paro”, dice el representante a la Cámara boyacense Carlos Andrés Amaya, que siguió de cerca el paro el año pasado.
Por los lados de las Dignidades no están muy de acuerdo con el enfoque de la Cumbre Agraria. “Las peticiones de las Dignidades nada tienen que ver con el de la Cumbre. Nosotros estamos concentrados en temas como los problemas de las importaciones y de los tratados de libre comercio, mientras ellos lo están en una reforma agraria integral”, dice Óscar Gutiérrez, el líder de Dignidad cafetera en Caldas que se quemó intentando llegar a la Cámara con el Polo.
En efecto mientras los reclamos de las Dignidades giran sobre los mismos ejes que hace un año -como insumos, créditos, contrabando- el de la Cumbre lo hace en torno a varios ejes que van más allá de lo agrario, como los cultivos ilícitos o la necesidad de iniciar diálogos con el ELN.
“No tenemos nada que ver con la paz y no está en nuestra agenda. No es que estamos en contra de ella -de hecho estamos de acuerdo- sino que para nosotros no es un factor de movilización”, dice Gutiérrez.
En todo caso, al no estar articuladas las Dignidades, mientras Santos logre mantener de su lado a la Marcha Patriótica y sus aliados en la Cumbre, es posible que el ‘tal paro’ no se convierta en un revés electoral para el Presidente.
Sabemos que ese tipo de protestas son patrocinadas por enemigos del gobierno que reclutan a gente desocupada pagando, transporte comida y hasta alojamiento para que se filtren en las marchas. Los asesinos de la guerrilla que están hace 19 meses vacacionando en Cuba a cuenta de los colombianos no debe tener injerencia en ningún tipo de decisiones.
Ahora la ex senadora Piedad Cordaba, en tratos con el Gobierno de Santos, para quitarle fuerza al justificado paro campesino. Ella es igual que las Farc dicen luchar por el pueblo y llevan más de 40 años sometiendo bajo el terror al campesino a los que cada día proveen nuestros alimentos. RESULTARON AHORA GRANDES NUEVOS AMIGOS Y TODO POR LA EGOLATRÍA DE NUESTRO DESAFORTUNADO PRESIDENTE SANTOS. Pase lo que pase en este paro el pueblo Colombiano esta con los ojos abiertos y SIENTO UN PROFUNDO DOLOR DE PATRIA PORQUE COMO SIEMPRE LOS MÁS DESPROTEGIDOS SON LOS QUE PAGAN LAS CONSECUENCIAS DE LAS ALIANZAS POLÍTICAS. NI A PIEDAD CORDOBA NI A LAS FARC Y MENOS A SANTOS LES INTERESA EL PUEBLO ...... NO REELECCION
Justificación para el paro siempre habrá, el incumplimiento a los obligaciones contraídas es más que suficiente.
La nueva estrategia del gobierno, alinear a unos y mantenerlos aislados de otros, logrando q nunca se pongan de acuerdo; lo más entraño que Piedad caiga en la trampiña, precisamente ella que ha sido senadora y conoce muy bien la artimañas políticas.
De seguro es bueno lo que ha ofrecido Santos para ella aceptar apoyarlo con una marcha; Grande ha de ser la oferta, que la cumplan es otro cuento. Pero la HOSTORIA habla por sí sola.
Una estrategia que de forma campante está ocurriendo es el tema de los personalismos: quieren, a través de la figura de Pachón (usando sus actos, los que sean) quitarle legitimidad a todo el proceso.
http://www.elespectador.com/noticias/nacional/rumor-sobre-division-entre...
En lo personal, no le creo nada al Gobierno. Lo que estoy viendo es que quieren enredar al campesinado para ponerlo a su favor en las noticias, como hizo Uribe con todos los idiotas que participaron en la Marcha Contra Las FARC, que lo blindó contra críticas sobre su gestión por un tiempo clave (¿se acuerdan?). Y que lo que menos quiere el Gobierno es que caigan en cuenta de que las FARC, les guste o no, tienen razón en algunas cosas: ese sapo dudo mucho que se lo puedan tragar sin que los militares les pisen duro la canoa y menos a un mes y medio de las elecciones... ¿temen que se vayan todos para donde Zuluaga si pasa eso?
Pareciera.
Un idiota útil nunca va a saber ni darse cuenta que es un idiota útil.
@agrosostenible
Y eso que no has metido en tu ecuación el tema de la agricultura orgánica/limpia como tal, la que busca reducir la huella de contaminantes presentes en los productos. Cosa que en Bolivia, Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Costa Rica, Ecuador y Perú ya tiene un pie de desarrollo para empezar a hacer interlocuciones más directas con la sociedad.
Nada, pensé que tal vez sería bueno añadirle eso. :)
Juanita tu análisis político es completo, pero dejas por fuera variables que son muy importantes. ¿Ha cumplido el gobierno del presidente Santos con los compromisos adquiridos durante el primer paro? Y segundo, qué la mayor parte de las razones de fondo de la protesta siguen latentes y tras una reelección de Santos serán inminentes; es el caso de la Resolución 970 que le prohibe a los campesinos sembrar y comercializar semillas criollas, más TLC, subastas para explotación minero energética (Amazonas reserva minera) y arriendo de Baldíos en Vichada (recordar lo que ha pasado en Casanare). El análisis qué haces es importante, pero me parece que hay asuntos de fondo que no deberían ser dejados por fuera. Independiente de los apoyos... un paro agrario es más que justificado.
Y es comprensible. Pero a mi si me parece importante agregar esa variable, así no sean los 180 compromisos pero si dejar enunciado que en general, el gobierno le ha tomado del pelo a los campesinos con las negociaciones, empezando por el ministro que eligió para hacerlo y que se burla de ellos. Y también por eso lo pongo como comentario, para que los lectores lo tengan presente. Saludos y gracias por la réplica.