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Desde hace tres semanas, Clara López anda con el pelo suelto. Como lo usaba cuando era estudiante de Harvard y protestaba por la guerra en Vietnam, como cuando fue asistenta de su tío Alfonso López Michelsen y concejal, como cuando fue Secretaria de Gobierno antes de ser nombrada alcaldesa encargada en Bogotá y salir con un 78 por ciento de aprobación.
Con su nuevo look, la candidata presidencial del Polo también cambió su eslógan de campaña -ahora más que ‘la alternativa’ es 'el buen camino'- y sus vallas, que abandonaron el fondo pardusco por uno blanco. Pero sobre todo cambió su mensaje, que ahora le apunta a recoger a la gente descontenta con Juan Manuel Santos por fuera de la izquierda y a posicionarla como una candidata viable más que como un voto de protesta.
“Queremos una campaña nueva, no una de izquierda. Clara tiene que dirigirse a los 30 millones de inconformes que hay, que son los que desaprueban de la reelección o sienten que el país va por mal camino. Por eso reflexionamos sobre el estilo de la campaña y estamos pasando de ser contestatarios y sintonizarnos con ese pesimismo a ser propositivos”, le dijo a La Silla Jaime Dussán, el gerente de campaña de Clara.
Las cuentas del equipo de Clara son que tienen asegurados unos 1,2 millones de votos, que serían la suma de los del Polo y la Unión Patriótica -tras la alianza que puso a Aída Avella como su fórmula vicepresidencial- y casi los mismos que obtuvo Gustavo Petro hace cuatro años.
La Silla habló con seis personas que trabajan con Clara en el día a día de su candidatura y todos coincidieron en el mismo libreto. La campaña quiere contar que ella es una “mujer educada y progresista”, “que entiende los problemas de la gente”, que “ha pasado con éxito por el sector público” y sobre todo que “construye con otros y busca consensos”.

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Su meta es alcanzar otro millón de votos con el que calculan podría meterse en la segunda ronda contra Santos.
“Nosotros calculamos que Santos ha perdido cinco de los nueve millones de votantes que lo eligieron. Hay una fuerza muy grande que ya no lo apoya y que está ahí”, dice el ex concejal Carlos Romero, esposo de Clara y uno de sus principales consejeros.
Por eso han dejado a un lado el tema de la paz como eje central de la campaña, en vista de que el Polo coincide con el presidente-candidato en apoyar los diálogos de La Habana. Y se han venido centrando en lo que los diferencia de Santos y más preocupa a la gente, como el empleo, la educación y la salud. No haciendo tanto énfasis en la idea del ‘cambio de modelo’ -que por sí sola podría espantar a electores que no son de izquierda- sino en que Santos está “desconectado con el país” y en que, por ejemplo, la solución pasa por proteger la industria nacional y el campo para reactivarlos.
“Nuestra misión es recoger el enorme pesimismo que existe, la sensación de que desde hace diez años vamos por mal camino. Ese pesimismo estable -en el que ya estábamos haciendo énfasis- hay que enrutarlo por un buen camino. Y eso se hace articulando las reformas que Clara propone, que se sintonizan con un electorado bastante amplio”, dice Alberto Cienfuegos, el principal estratega político de la campaña de Clara, que ya había sido la mano derecha de Carlos Gaviria en las elecciones de 2006.
Este énfasis de que el 'mal camino' lleva una década le permite a Clara desmarcarse de Óscar Iván Zuluaga y Marta Lucía Ramírez, cuyas campañas giran en torno a la misma idea pero con el acento puesto sobre el hecho de que en la época de Uribe las cosas iban mejor.
Irónicamente el presidente Santos también está usando ‘el buen camino’ como caballito de batalla para el proceso de paz - un hecho que los polistas califican de “mezquino” (aunque La Silla encontró referencias santistas al camino desde marzo, cuando Clara aún no lo había acuñado. Sin embargo, sí las ha redoblado en la última semana).


El cambio físico de Clara es la primera pieza de la nueva estrategia y tal vez la más visible.
“Buscamos volver al look de toda la vida de Clara por la alta recordación que tiene y porque la convierte en una figura más fresca y más cercana, preservando el realismo de su edad”, dice Cienfuegos. “Ahora es la vieja lopista, la concejal, la hippie que se oponía a la guerra, la que gobernó seis meses en Bogotá y lo hizo muy bien. Es la líder de izquierda que está muy bien formada y que no es de la universidad de la vida”, añade Dussán.
También podría ayudar, según le dijo a La Silla otro polista, a suavizar la imagen de Aída Avella, que genera más resistencias por fuera de la izquierda y que es vista -junto con su partido la Unión Patriótica- como de una línea más dura que la candidata presidencial.
Esa metamorfosis física fue idea de Marcus Vinicius Queiroz, el consultor político brasilero que -como contó La Silla- ha trabajado desde años con el Partido de los Trabajadores de Lula y de Dilma Rousseff y que el Polo fichó específicamente para temas de imagen pública.
La Silla supo que no fue fácil convencer a Clara de volver a su look original. “No, esa es mi historia”, cuenta una persona que dijo cuando se lo propusieron, pero entre varios la fueron persuadiendo y al final -según dos integrantes de su equipo- quedó muy satisfecha con su nueva imagen.
Detrás del nuevo ‘look’ de Clara viene el nuevo empaque de la campaña. Vinicius, que ya había trabajado en la campaña de Petro a la Alcaldía, también los asesoró con las cuñas y los comerciales de televisión, que arrancaron a salir en radio esta semana hoy y que hoy hacen su debut en televisión.
En estos mensajes, la campaña de Clara hará énfasis en cinco temas: el empleo pleno como bandera principal (con la idea de que solo 40 por ciento de los colombianos tienen un empleo decente, un tema que -según ellos- ningún candidato ha abordado); la educación (con el acento en fortalecer la educación pública y gratuita en escuela y universidad y en una formación técnica que permita incorporar 100 mil víctimas y desmovilizados al mercado laboral en el posconflicto); la salud “sin EPS”; la reactivación de la industria, el comercio y el campo (temas que han puesto a Santos contra la pared y en la que han encontrado sintonía hasta con sectores empresariales conservadores, como en el caso del TLC con Corea del Sur) y la paz (que no desligarán de la idea de “justicia social” y de la necesidad de una mayor “equidad redistributiva”). Precisamente de estos temas es que más propaganda comenzará a rotar este fin de semana.
Para moverse hacia el centro, Clara tuvo primero que alinear a la izquierda, que venía dividida a la elección. Los coqueteos con Petro para que apoye a Clara no han pasado de ahí, pero en su equipo sienten que ella ha recogido el voto indignado de los petristas. Aunque en la encuesta Ipsos de esta semana, pasó de la segunda intención de voto capitalina (de 14 por ciento a 7), siendo sobrepasada por Óscar Iván Zuluaga y Enrique Peñalosa.
Además, los sectores del Polo a los que no les había gustado tanto su alianza con Avella y la UP -como el Moir del senador Jorge Robledo- ya están visiblemente moviendo su campaña, calmando uno de los mayores temores que había en el círculo de Clara. (Esos sectores al final intentaron impulsar al jurista Rodolfo Arango -cercano a Carlos Gaviria- pero inicialmente le hicieron fuerza a un ramillete de candidatos que no eran de izquierda, como el ex rector de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, José Fernando Isaza, a liberales como Eduardo Sarmiento Palacio y Eduardo Verano o a los empresarios conservadores y 'anti TLC' Emilio Sardi y Camilo Llinás Angulo).
Robledo y Carlos Gaviria -que, como contó La Silla, no estaban a gusto con Avella- ya acaban de lanzar un comercial pidiendo el voto por ella.
El senador que le puso 190 mil votos al Polo ya tiene una agenda apretada para hacerle campaña a Clara. Esta semana estuvo con ella en Antioquia y Caldas, ya fueron a Risaralda, esta semana que vienen irán a Cartagena, Barranquilla y Cesar. Robledo lo hará solo en 17 localidades bogotanas: arrancó hace una semana en Chapinero y Teusaquillo, continuó ayer en Barrios Unidos, Engativá y Antonio Nariño y hoy estará en Bosa, Ciudad Bolívar y Suba. Y lo mismo hará en dos semanas en Nariño, uno de los tradicionales fortines del Polo.
El resto de los congresistas del Polo están también activos en las regiones que les asignaron. Senén Niño -hasta hace poco cabeza de Fecode- está a cargo de Boyacá, los Santanderes y los Llanos, mientras Alberto Castilla, el líder campesino del Catatumbo que fue uno de los palos en las últimas elecciones, lo hace en Norte de Santander y el suroccidente. Iván Cepeda está en Bogotá, Tolima, Huila, Caquetá y Putumayo, Germán Navas Talero y Alirio Uribe en la capital, Alba Luz Pinilla en los Santanderes. Wilson Arias y Tarcisio Mora en el movimiento sindical, y Robledo, Castilla y Gustavo Triana con los movimientos campesinos, que le siguen apostando al paro agrario como abrebocas de las elecciones.
Aunque Clara venía creciendo en las últimas encuestas, la de Ipsos Napoleón Franco revelada hoy no trae buenas noticias, colocándola con 6 por ciento en un empate con Ramírez y varios puntos detrás de Peñalosa y Zuluaga. Queda por ver si el cambio de ‘look’ le ayudará a atajarlos y meterse en la segunda ronda.
La mona... aunque de seda se vista, mona se queda. Doña Clarita, sus ideas comunistas y su propaganda presidencial no convencen a nadie, para la vista, su lugar en las "chimbas" encuestas.
Bueno, ya tiene dos alternativas, la de entresemana y la de sábado y domingo, la de moña es ahora muñeca de trapo... el look "juvenil" que recuerdan sus adultos mayores otrora amigos de juventud... pero el discurso es el mismo trasnocho de siempre... De pronto ese look le llamo la atención a HPetro para pensar en la coalición y hacerle la judía a Peñalosas... con eso y todo lo demás aún no les alcanza, estarán desesperados por mantener sus votos subsidiados y así paras el umbral, pero de todas formas esa platica se perdió... Mas laca para que no se despeine la muñeca ... del Pollo.
Parece no haber originalidad en la publicidad electoral, sino algo inscrito en lo que es característico del marketing de los políticos de los partidos tradicionales, desprestigiados por sus mismas prácticas corruptas y por el engaño a los electores.
La viabilidad por encima de cualquier otra consideración ?.
Cuál, la autoridad moral que tiene un personaje como JAIME DUSSÁN.
Para bien o para mal, lamentablemente el Presidente seguirá siendo SANTOS.
A los políticos de racamandaca les gusta la mermelada, pero al pueblo colombiano no le caen bien las posturas gelatinosas e incoherentes y poco firmes. En el contexto de esa perspectiva se arriesga a apoyar a la extrema derecha que es sinónimo de crímen, antidemocracia y corrupción.
La infundadas utopías y las desmesuradas ansias de Poder conducen a la falsa izquierda, carente de ética a suponer un número de votos que no contabiliza los desaciertos y crasos errores con su desempeño administrativo en Bogotá.
En la etapa final de la campaña , el agosto lo hacen los talleres de latonería y pintura, y la verdad sea dicha están haciendo bien su trabajo con Clara y Zuluaga, al q se le nota muy firme y convincente en los comerciales con las mismas propuestas de siempre llamativas, ilusionadoras x lo tanto muy envolventes en ese grupo social q aún come cuento y del bueno.
Pero lograrán el objetivo con Marta Lucía?, la verdad la señora es poco lo q puedan lograr, a su extrema delgadez se junta el poco pelo y una cara larga y huesuda q la hacen lucir demacrada , cansada, y muy desaliñada, difícil de lograr un " cambio extremó", y con la propuesta continuadora de la extrema derecha termina dando al traste con su aspiración q ciertamente unirá en 2a instancia y como están las cosas nian se sabe todavia, xq a las encuestadoras, NO LES CREO.
Clara pasara a 2a vuelta así no la nombren en las encuestas. El sentimiento de descontento con el estamento es muy fuerte en todos los estratos sociales.
Pues que se ve mejor no tiene discusión, sin embargo eso de no hablar del cambio de modelo me suena a que quiere conseguir votos de centro y después sacar las banderas de izquierda, que pena que la única experiencia demostrada como administradora sea la de ser alcalde de Bogotá durante 6 meses, periodo en el cual su gran mérito fue no ser Samuel "a quien siempre apoyo y de quien fue colaboradora"