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Si bien lo mejor que pasó este año para La Silla fue la negociación de paz que ya arrojó sus primeros dos acuerdos (y sobre lo cual habrá un artículo en las próximas semanas), lo que más caracterizó al 2014 fue el surgimiento de una oposición fuerte al Gobierno, distinta a la de los años anteriores, y desde tres flancos muy diferentes: la oposición unipersonal y demoledora de un caudillo como Álvaro Uribe; la oposición solitaria pero eficaz del senador Jorge Enrique Robledo; y la oposición nueva y contundente del manifestante de la calle.
En medio de un Congreso dominado por la coalición oficial del Presidente (y el presidente), la voz crítica del senador Jorge Enrique Robledo obligó al Gobierno a sincerar sus cifras respecto a sus principales banderas: la ley de víctimas, la restitución de tierras y las viviendas gratis.
Con el representante Wilson Arias, también del Polo, Robledo abrió el debate sobre la adquisición de baldíos por parte de multinacionales, que le cobró el puesto al entonces embajador en Washington Carlos Urrutia, y casi al nuevo ministro de Agricultura Lizarralde.
También planteó con el senador conservador Juan Mario Laserna un importante debate sobre la ley antimonopolio en el sector de las telecomunicaciones para evitar que la nueva tecnología 4G cayera en manos del gigante mexicano Claro, que hoy lidera el mercado colombiano (3G) y tiene alta presencia en América Latina. Aunque la ley no salió, esta multinacional tuvo mayores restricciones en la subasta 4G.
Robledo perdió otras batallas, como aquella contra que las EPS en la reforma a la salud tuvieran lucro o la que dio para evitar la prórroga de la concesión de Cerro Matoso, pero planteó una discusión ideológica importante que obligó al Gobierno a explicar mejor sus decisiones o ajustarlas.
Aunque el senador del Polo jugó un papel polémico al oponerse a cualquier iniciativa para hacer coaliciones con la izquierda salvo que fueran alrededor de su partido, como lo contó La Silla, y también boicoteó una ley que Juan Fernando Cristo, presidente del Congreso, estaba dispuesto a impulsar para reducir el umbral a los partidos pequeños, Robledo se constituyó en la principal oposición ideológica al Gobierno, una oposición que, además, tuvo eco en las movilizaciones campesinas y mineras, cuyas reivindicaciones no estuvieron distantes a las que este senador manizalita ha esgrimido desde hace décadas.
Desde la orilla ideológica contraria, Álvaro Uribe se convirtió en el principal opositor del presidente Santos.
Con más de 2,5 millones de seguidores a su cuenta de twitter, el ex presidente se dedicó durante todos los días de todo el año a criticar la obra de este gobierno. A veces con razón, a veces recurriendo a mecanismos muy criticados como cuando publicó las fotos de policías muertos en la Guajira o más recientemente, cuando dijo que las Farc están amenazando de muerte a los campesinos para que voten por Santos sin aportar ninguna prueba al respecto.
Su total oposición frente a las negociaciones de la Habana también ha sido muy cuestionada puesto que, por un lado, él también estuvo en un momento dispuesto a negociar con ellas; concedió impunidad a guerrilleros que él mismo había perseguido enconadamente por sus múltiples crímenes como Karina; y en todo caso, con frecuencia critica asuntos que todavía no han pasado como la supuesta Asamblea Constituyente que quieren las Farc.
Aún así la oposición de Uribe fue uno de los hechos políticos más significativos del 2013 y sin duda, el que más descolocó al Presidente, que finalmente tuvo que renunciar a la imagen que había vendido para ser elegido de que él era un Uribe III más social y sin conexiones oscuras.
Esa ruptura, sin embargo, le ha salido costosa al país pues ha dividido a la clase dirigente frente a hechos trascendentales para los cuáles un mínimo consenso de la élite es fundamental como el proceso de paz y la ley de víctimas y de restitución de tierras.
La nueva oposición
Si bien estas críticas tanto desde la izquierda como desde la derecha le han creado contrapesos al gobierno de la Unidad Nacional, la verdadera nueva oposición y la que tomó por sorpresa al gobierno y a los medios fue la que vino de la calle, y particularmente del campo.
Lo más significativo este año fue la recuperación de la plaza pública como lugar de discusión. La gente volvió a apoderarse de la calle, algo que sucedió en los años cuarenta con Gaitán, en los sesenta con el Frente Unido de Camilo Torres y en los setenta con Rojas Pinilla y la Anapo, y con los estudiantes, pero que no sucedía desde entonces.
Desde la movilización del Catatumbo alrededor de la creación de una reserva campesina y de inversiones sociales en la zona largamente prometidas pero jamás cumplidas hasta las protestas de los paperos en Boyacá lideradas por César Pachón hasta la multitudinaria protesta contra el Procurador por la destitución de Gustavo Petro en Bogotá el manifestante de la calle se convirtió en el gran protagonista del 2014.
En una semana, las movilizaciones en el campo que inicialmente fueron desestimadas por Santos lograron sentar a medio gabinete a hablar con ellos. Lograron subsidios, reversar el recorte del 30 por ciento en el presupuesto de Agricultura y además, que el ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas, autorizara la plata para la reestructuración del Ministerio de Agricultura propuesta por Juan Camilo Restrepo dos años atrás, como contó La Silla.
Después de las masacres paramilitares, del dominio del campo a punta de intimidación por parte de las Farc y del desmantelamiento de la institucionalidad rural desde los años 90, la organización campesina quedó tan golpeada que su protagonismo en los debates nacionales durante la última década fue nulo. Este año esto cambió y los nuevos liderazgos del campo –con las dignidades a la cabeza- ya no podrán ser ignorados por ningún gobierno.
Aunque varios políticos se subieron al bus de las movilizaciones, ningún partido logró canalizar esa indignación. “Las marchas los rebasaron y los antecedieron”, como le dijo un analista a La Silla”. En las próximas elecciones, varios de esos líderes (ver historia) esperan pasar de la calle al Congreso. Será interesante ver cómo se mantienen esos vasos comunicantes con la calle si lo logran.
En todo caso, en el 2013 quedó claro que el poder de la calle es eficaz y que aunque no es fácil mantenerlo en el tiempo porque es difuso quien quiera gobernar a Colombia en el futuro tendrá que reconocer esta nueva oposición en su radar. Ya nadie se podrá dar el lujo de gobernar de espaldas a la calle.
Lo malo de la oposición en Colombia es que funciona con la única lógica de atacar al gobierno de turno, mientras se llega al gobierno, para luego ser atacado por quien haya perdido las elecciones. No importa mucho el tema. El asunto es ganar elecciones a como dé lugar. Así vemos al Polo escondiendo a los Moreno Rojas, a Uribe oponiéndose a la desmovilización o a Santos promoviendo la paz. Ningún partido reformador, ninguno, ha querido defender en serio los puntos que declaraba en sus discursos mientras era oposición. Todos han estado siempre dependiendo del poder del dinero y de los votos que, obviamente, se compran con dinero.
Buen análisis. Llevo alrededor de un año, leyendo sus artículos periodísticos y, si bien en algunos casos no concuerdo del todo, reconozco que hoy por hoy lasillavacia, es uno de los dos portales donde considero que se hace periodismo serio, es por ello que más allá de cualquier discrepancia, les deseo éxitos este año 2014 que ya viene llegando, invitándolos a seguir esa senda de periodismo serio y objetivo. Cuando el periodista pierde la seriedad y la objetividad está a medio metro de perder la decencia. Ojalá la de ustedes dure para siempre. Renuevo parabienes a [email protected] los [email protected] del grupo humano del portal y sus [email protected] @bladodiaz.
La oposición de Uribe se debe a que el presidente que él colocó en su puesto no hizo todo lo que el quiso. Trató de manipularlo a su antojo y el hombre no le caminó....
" la oposición unipersonal y demoledora de un caudillo como Álvaro Uribe"... JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
Juanita, un pequeño detalle: Robledo es de Ibagué, no manizalita. Saludos.
La calle se fortalece a partir de internet, que como medio masivo y algo anónimo, llega a un gran número de indignados.
Juanita, quisiera me aclaras algo. Hasta donde yo se la Ley a la que se opuso el POLO y que promovia Cristo era para generar coaliciones electorales entre partidos con el fin de hacer listas unitarias sin que cada partido perdiera la personeria juridica. Esto en la practica se traducia en el desconocimiento d el aultima reforma politica y la ley de bancadas, a lo que el POLO se opuso. La ley en ninguna parte, hasta dodne yo se, hablaba de reducir el umbral. De hecho, la unica iniciativa que se hizo en este sentido fue la de MIRA al demandar el umbral, demanda que el POLO apoyo. Estoy equivocado?, me corriges.