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Domingo Septiembre 24, 2023

 

Foto: O Lucía Lozano, La Silla Vacía. 

 

El Polo de Rosa, la sombrilla de los gays, lesbianas, bisexuales y transgeneristas dentro del Polo, se rompió. La pelea entre el "ala radical" y el "ala moderada" los contaminó y ahora están divididos.

Por un lado están los homosexuales que han tenido vitrina, los bogotanos, los que han salido en televisión por sus conquistas a favor de los derechos de las minorías durante la Alcaldía de Lucho Garzón; esos que fundaron el Polo de Rosa inspirados en el movimiento de "orgullo gay" de Estados Unidos, los que han conquistado más de 1000 simpatizantes, la mayoría apolíticos,a través de estrategias Web y marketing político en medio de la rumba chapineruna.

Por el otro, su contraparte marxista: gays y lesbianas de tendencia comunista, mucho más radicales ideológicamente, con la intención de descentralizar el movimiento a otros departamentos y a la zona rural. Para ellos la lucha por las minorías sexuales va más allá de un tema de identidades: asumen a los homosexuales como un grupo excluido que debe luchar contra la estructura patriarcal capitalista que los oprime.

Los "radicales" han ido cogiendo tanto poder en el movimiento que en el pasado Congreso Nacional del Polo Democrático los grupos LGBT bogotanos se levantaron e hicieron pataleta. Dicen que el movimiento que fundaron hace seis años amparados por la izquierda progresista ya no hay espacio para ellos. Que el  Polo de Rosa fue tomado "por la otra izquierda, la conservadora".

 

Lo que separa a los unos de los otros

Los gays radicales

Los gays moderados

Para ellos los homosexuales son un grupo excluido que debe luchar contra la estructura patriarcal capitalista que lo oprime.

Más allá de la lucha de clases su objetivo es reivindicar la diversidad de identidades en la sociedad.
Están organizados en una estructura partidista rígida, con cuadros y jerarquías, inspirada en el Partido Comunista. Es una organización horizontal que se inspira en la filosofía del movimiento de "orgullo gay" de E.U. Y que cree en el marketing político.
Quieren descentralizar el Polo de Rosa para que mas regiones tengan participación y el movimiento no sólo sea urbano. Su fuerza política se concentra en Bogotá y su discurso es urbano.
No conciben la posibilidad de que gays de derecha entren a sus filas. Buscan a sus fieles en la población gay que nunca ha votado, sin importar que estos hayan militado en la izquierda.

 Los orígenes de la pelea

Cuatro de los ocho miembros que ahora dirigen el Polo de Rosa simpatizan con el ala encabezada por el Partido Comunista y agrupaciones de tinte marxistas. Esto representa un viraje sustancial en la historia del Polo de Rosa, creado en el 2002 por activistas gays de Bogotá y Medellín, quienes vieron en el recién creado partido PDI la sombrilla para luchar contra la discriminación.

Lograron varias conquistas. La primera, una cuota de minorías sexuales en el primer Congreso del PDI en el 2005. Luego, Edgar Robles, miembro del Polo de Rosa, fue nombrado por el alcalde Lucho Garzón para asesorar la ejecución de la política LGBT del distrito, de obligatorio cumplimiento en Bogotá. Lideraron también las marchas del orgullo Gay que se realizan a mediados de año.

Esta línea ideológica empezó a tambalear en el 2006. Cuando el PDI se unió con Alternativa Democrática, partido donde militaba la "vieja izquierda", para conformar el actual Polo Democrático, al Polo de Rosa empezaron a llegar militantes marxistas para quienes la lucha LGBT era mucho más que un tema de orgullo (ver diferencias). Los capitalinos fueron acusados por los otros de aburguesados y neoliberales y criticados de estar haciendo una política "light", donde la estética primaba sobre las ideas. Miembros de la Juco afirmaron que tantas campañas masivas sólo estaban atrayendo a gays "uribistas" al partido.

"Porque buscamos caminos de organización más democráticos y modernos, eso no nos quita seriedad. Por no seguir a los autores clásicos marxistas y las practicas viejas no significa que seamos light. Tenemos un contenido propio: la diversidad", dice Juan Sebastían Romero, edil gay de Chapinero que fundó el Polo de Rosa.

Los chapinerunos pierden terreno

Como en la pelea entre los “gaviristas” y los “petristas”, los homosexuales radicales fueron ampliando su influencia en el Polo de Rosa usando sus conocimientos en mecánica electoral.

Por ser más disciplinados y tener militantes más fieles, le ganaron a los chapinerunos cuando se eligió el representante LGBT en la cúpula del partido. En un principio nadie daba un peso por el candidato “marxista”, pero presionaron un acuerdo para que Robinson Sánchez Tamayo quedara elegido.

Tamayo es un líder gay de Medellín que aunque también fue uno de los fundadores del Polo de Rosa ahora vota con la "vieja izquierda". Con su salto al otro bando, la hegemonía de los activistas bogotanos se desmoronó. Tamayo descentralizó el partido e invitó a las regiones a participar más, reduciendo el protagonismo a las agrupaciones LGBT de la capital y dándole más juego al Partido Comunista, que sólo recientemente se ha interesado en las minorías sexuales.

Hace pocos meses, una de sus líderes, Gloria Inés Ramírez, citó a un debate en el Congreso para denunciar una serie de desapariciones y asesinatos inexplicables que se han convertido en el flagelo de la comunidad gay.

Pero el golpe mortal para los moderados fue el Congreso Nacional del Polo de Rosa realizado en Calí en enero pasado. Bajo el argumento de descentralizar, Tamayo les quitó representación a los líderes bogotanos y se la dio a líderes de su cuerda política en otras regiones. Pese a que el "nodo Bogotá" tiene el 33% de los votos LGBT dentro del Polo Democrático, sólo se le permitió llevar a 24 delegados habiendo 180 cupos disponibles.

Por eso Juan Sebastian Romero, edil de Chapinero y mayor elector LGBT en el país con 1060 votos, anunció la renuncia al Polo de Rosa de los miembros LGBT “moderados”. "Cuando por fin me dejaron hablar, me paré y leí un comunicado donde anunciaba mi ruptura y la de 100 militantes más de Bogotá con el Polo de Rosa", afirmó Romero. Para Tamayo la renuncia del sector bogotano se debe a que no pueden aceptar su pérdida de hegemonía. "Lo que quieren es abrir el espacio político al grupo minoritario liderado por Gustavo Petro en el PDA", señaló.

Próximamente la Dirección Nacional decidirá si reforma los estatutos para permitir la convivencia pacífica de los movimientos homosexuales.
 

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Lun, 2010-07-05 10:21

Todas las personas que luchamos contra la exclusión, la discriminación, el segregacionismo y los múltiple atropellos, planteamos y debemos ejecutaracciones de diverso carácter, tendientes a lograr los derechos de los o las LGBT.

Anque el asunto es complejo, porque digamos, por ejemplo, a un educador le quedaría difícil o bastante complicado promover entre sus estudiantes -a quienes dirige o entrena en múltiples prácticas de aprendizaje, al tiempo que inculca valores-, la libre elección sexual, siendo el querer de las amplias mayorías de la población en el mundo la estructuración de parejas entre hombres y mujeres. Aquí nos percatamos de que este es un derecho de minorías.

A los homosexuales, lesbianas, travestis, bisexuales o como se les quiera llamar, deben resptársele sus derechos fundamentales como lo esblece la Constitución Política de Colombia. Debemos comenzar por allí y conseguir una amplia participación, antes de inmiscuirnos en temas más complejos.

Mié, 2009-04-01 20:56

El PDA no es un partido político organizado, es una alianza antiuribista sin sentido, sin ideologías definidas, es imposible unir a toda la izquierda en un solo partido.

Mié, 2009-04-01 12:26

El reconocimiento de los derechos a las personas, independiente el tema, claro que es un asunto de orden político, y por ende es un asunto que debe hacer parte del ideario de un partido. Más que la simple condición personal sea la bandera para asumir posiciones en otros asuntos, desdibuja el papel de los partidos cuando estos no se limitan a un solo tema, como ocurre en las causas que se focalizan en aras de un objetivo (p.e. LGBT). En ese sentido, se está confundiendo el papel de un partido al de un movimiento, cuando el primero es y debe ser mucho más amplio. Así que parece que hay un error, cuando se pretende conformar partidos en Colombia, bien por propósitos puramente políticos para sobrevivir, o tener una sombrilla que les lleve la voz, desconociendo que sus pares pueden estar, por su tendencia política, en un partido diferente. De ahí el resquebramiento de los partidos en Colombia, todo por la reforma con propósitos electorales, no democráticos, que no se reduce a este caso.

Lun, 2009-03-30 15:56

Perfecto... Divide et Impera.

Mié, 2009-03-25 11:18

El PDA, a pesar de haber manejado como “caballito de batalla” en la campaña electoral de 2006 el apoyo a proyectos de ley LGBT, no pudo evitar que a lo largo de 2007 el Senador Jesús Bernal votara negativamente los proyectos de derechos patrimoniales de las parejas del mismo sexo.

Con este antecedente, ¿será capaz este partido de garantizar la "convivencia pacífica" de los movimientos gay? ¿Habrá la voluntad política para ello?

Mié, 2009-03-25 13:22

Totalmente de acuerdo, en el artículo no se trata esta arista del conflicto: que además de "radicales" y "moderados" en el Polo también hay cristianos!

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