?
![]() |
El Presidente Santos tuiteó esta foto con los generales Mora y Naranjo riéndose en su vuelo a una instalación militar en Rionegro que envía el mensaje de que entre ellos no hay ninguna ruptura. |
La semana pasada, el presidente Juan Manuel Santos no perdió oportunidad para disipar la tormenta causada en las Fuerzas Militares por la ausencia del general Jorge Enrique Mora en la mesa de negociación en La Habana. La estrategia del Presidente de visitar algunas instalaciones militares con el General –incluida una foto en el avión muertos de la risa- ayudó a bajar la tensión. Sin embargo, el incidente revela lo difícil que es el tema de la verdad en todo el debate sobre la justicia transicional.
En la Mesa de La Habana no se está discutiendo la doctrina militar, ni el tamaño ideal del Ejército durante el posconflicto ni mucho menos su control del territorio como han especulado algunos columnistas. Lo que se está discutiendo es cómo podría ser una Comisión de la Verdad, como antesala para discutir una fórmula de justicia transicional.
El Gobierno considera que esta Comisión debería ser un mecanismo extrajudicial, “que haga visible lo ocurrido y contribuya a su comprensión, para que no se vuelva a repetir”, según lo dijo en un discurso el Alto Comisionado de Paz Sergio Jaramillo durante la visita de Kofi Annan hace un mes.
En esa ocasión explicó que esta Comisión debería ser un espacio en el que participen las víctimas y cuenten lo que les pasó y donde los que tuvieron alguna responsabilidad en el conflicto rindan cuentas.
La fórmula sobre la que ya existe un consenso del lado del equipo negociador del gobierno, pero a la que el general Mora se opone, es que la Comisión de la Verdad debería contribuir a esclarecer responsabilidades colectivas de carácter político, organizacional e institucional de quienes participaron en el conflicto.
El General abogaba por sustraer el elemento institucional porque considera -en la línea del discurso tradicional del Ejército- que las violaciones de derechos humanos que se le puedan atribuir a las Fuerzas Militares son el reflejo de unas “manzanas podridas” y no de un comportamiento institucional.
Al perder el pulso frente a los demás miembros del equipo negociador, Mora optó por retirarse voluntariamente de esa discusión. Seguramente en el siguiente ciclo, cuando el Presidente ha dicho que el general Mora volverá a La Habana, la negociación habrá avanzado a otro punto.
.jpg)
.jpg)

Las Comisiones de Verdad tienen cuatro objetivos, según explican las expertas Margaret Popkin y Naomi Roht-Arriaza en un estudio comparativo: 1) marcar un antes y un después del conflicto al crear “una versión autorizada de lo que sucedió”; 2) crear una plataforma para que las víctimas puedan contar sus historias y ser dignificadas al ser escuchadas “oficialmente”; 3) recomendar cambios legislativos, institucionales y de otra índole para evitar que se repitan los abusos; y 4) permitir que aquellos que fueron responsables rindan cuentas.
“El informe final de la Comisión es su legado. Es un resumen de los principales hallazgos. Se delinean los patrones de abuso. Más importante aún, el reporte de la Comisión provee recomendaciones para reconstruir la sociedad”, explica el investigador Eric Brahm. “Uno de los aspectos fundamentales del reporte es destacar los factores institucionales que facilitaron el abuso de los derechos humanos”.
Muchas comisiones de la verdad que se han creado en el mundo se han centrado en identificar las responsabilidades institucionales de los actores involucrados en el conflicto en cambio de dar los nombres de los individuos responsables de las atrocidades.
Por ejemplo, la comisión chilena creada para esclarecer los abusos durante la época de Pinochet no mencionó nombres pero sí asignó una responsabilidad institucional a sectores de las Fuerzas Militares. La de Guatemala igual.
En cambio, la de El Salvador –en la dirección que defendía Mora para la de Colombia- especificó que la responsabilidad no debería recaer en la institución sino en los individuos que cometieron u ordenaron actos violentos.
La de Honduras siguió un camino intermedio: se focalizó en la responsabilidad institucional de la cúpula del Ejército y de ciertas unidades especiales o de inteligencia y dio los nombres de quienes las habían dirigido.
Más que la cárcel para los víctimarios, y más incluso que una indemnización económica, las víctimas suelen sentir que la verdad las ayudaría a moverse hacia delante. Por eso, en lo que más insistieron las que fueron a La Habana el año pasado es en que querían conocer la verdad de lo ocurrido a sus familiares.
Sin embargo, para un país en el que se han cometido tantas atrocidades, asimilar la verdad no será un proceso fácil.
En Sudáfrica, por ejemplo, donde las audiencias de la Comisión de Verdad y Reconciliación fueron transmitidas en vivo por radio, la gente del común lloraba escuchando los relatos de los victimarios y fueron esas audiencias las que lograron marcar el comienzo de una difícil reconciliación que aún no se ha logrado del todo.
Después de esas sesiones, ya ningún blanco se atrevió a negar que las políticas racistas del apartheid habían hecho sufrir a millones de compatriotas. Ningún negro pudo negar que en su lucha por la igualdad habían cometido atrocidades contra los blancos.
Y más allá de lo duro que es reconocer individualmente que se ha vivido –muchas veces con indiferencia- en medio de tanto sufrimiento, para las instituciones aceptar la cuota de dolor que pusieron es particularmente complejo.
Las Fuerzas Militares, que representa y defiende el general Mora, son una institución particularmente apreciada por los colombianos de las grandes ciudades, según revelan las encuestas en las que suelen aparecer con una imagen favorable superior al 70 por ciento. Mantener esa popularidad después de una Comisión de la Verdad será todo un reto.
En una Comisión de la Verdad se pondrían en evidencia los vínculos y la acción articulada en algunas zonas entre brigadas del Ejército y frentes paramilitares, que se han documentado en algunos relatos periodísticos o en informes del Grupo de Memoria Histórica pero que no forman parte del relato ‘oficial’; se sabría si los falsos positivos fueron el resultado de incentivos institucionales; se conocería si los seguimientos ilegales a opositores y activistas de derechos humanos fueron una práctica rutinaria de inteligencia militar en algunos momentos de la historia.
A la vez se sabría si estas acciones fueron concertadas con los respectivos ministros o presidentes de turno. Si contaron con la complicidad de los partidos políticos. Si los medios supimos que esto estaba ocurriendo y no lo contamos. Si contó con la bendición de sectores de la Iglesia.
Muchos expertos coinciden en que solo hasta que este tipo de verdades salgan a flote, y duelan y averguencen, inicia un nuevo comienzo y la verdadera reconciliación. Aceptar que esto suceda no es un proceso fácil como ha quedado en evidencia con la ausencia de La Habana del general Mora.
Al Proceso de Paz de Santos desde un principio le ha faltado el piso filosófico que se requiere para resolver un conflicto de esta evergadura. A quienes les interese, hay un blog personal en donde expongo claramente mis ideas al respecto. http://pseudofilosofia.com/Editorial.html
Al Proceso de Paz de Santos desde un principio le ha faltado el piso filosófico que se requiere para resolver un conflicto de esta evergadura. A quienes les interese, hay un blog personal en donde expongo claramente mis ideas al respecto. http://pseudofilosofia.com/Editorial.html
Al Proceso de Paz de Santos desde un principio le ha faltado el piso filosófico que se requiere para resolver un conflicto de esta evergadura. A quienes les interese, hay un blog personal en donde expongo claramente mis ideas al respecto. http://pseudofilosofia.com/Editorial.html
Con todo respeto, Guillermo, no encuentro cuál es la "filosofía" ausente del proceso (tampoco la encuentro, realmente, en el texto que aparece en tu blog) Un proceso de paz, más que disquisiciones filosóficas exige sentido común, partir del hecho presente en todo conflicto, cual es la radicalización emocional que obnubila la mente y convierte al otro en "el malo" mientras que nosotros somos "buenos". Un proceso de paz y reconciliación exige una verdad que incluye todas las barbaridades cometidas por unos y otros, una comprensión y un perdón para no repetir la barbarie. Esto no es nada fácil cuando en nuestra sociedad hay tanto dolor, tanto resentimiento y, es muy triste decirlo, tanta indiferencia de la mayoría de ciudadanos.Decir que "el proceso empezó mal" porque partió de alguien del establecimiento me parece que no tiene peso. ¿Todavía crees en la derecha y la izquierda de nuestros políticos? Los partidos carecen de ideología, son simples empresas electorales.
Con todo respeto, Guillermo, no encuentro cuál es la "filosofía" ausente del proceso (tampoco la encuentro, realmente, en el texto que aparece en tu blog) Un proceso de paz, más que disquisiciones filosóficas exige sentido común, partir del hecho presente en todo conflicto, cual es la radicalización emocional que obnubila la mente y convierte al otro en "el malo" mientras que nosotros somos "buenos". Un proceso de paz y reconciliación exige una verdad que incluye todas las barbaridades cometidas por unos y otros, una comprensión y un perdón para no repetir la barbarie. Esto no es nada fácil cuando en nuestra sociedad hay tanto dolor, tanto resentimiento y, es muy triste decirlo, tanta indiferencia de la mayoría de ciudadanos.
Con todo respeto, Guillermo, no encuentro cuál es la "filosofía" ausente del proceso (tampoco la encuentro, realmente, en el texto que aparece en tu blog) Un proceso de paz, más que disquisiciones filosóficas exige sentido común, partir del hecho presente en todo conflicto, cual es la radicalización emocional que obnubila la mente y convierte al otro en "el malo" mientras que nosotros somos "buenos". Un proceso de paz y reconciliación exige una verdad que incluye todas las barbaridades cometidas por unos y otros, una comprensión y un perdón para no repetir la barbarie. Esto no es nada fácil cuando en nuestra sociedad hay tanto dolor, tanto resentimiento y, es muy triste decirlo, tanta indiferencia de la mayoría de ciudadanos.
El General Mora es el que debe decir porqué se retiró de la mesa en la Habana.
Lo demás es puro bla, bla , bla.
No creo que "lo demás es puro bla, bla". La complejidad del proceso de paz está muy bien descrita en el artículo, sensato y muy aterrizado en la superación del "buenos" y "malos" que nos han hecho creer los que se sienten "buenos". En nuestra sociedad, por acción u omisión, todos somos responsables de lo que ha estado sucediendo y una Comisión de la Verdad nos ayudaría a sentir verguenza y a la vez el deseo de recurrir a lo mejor que cada uno de nosotros es y tiene para enmendar los errores.
La verdad es presupuesto que las víctimas del conflicto requieren para paliar el dolor. Y la verdad debe ser institucional por cuanto que las fuerzas armadas obran como tal en la defensa del Estado. Los comportamientos lesivos de los derechos humanos no fueron cometidos a título individual o personal, sino en tanto miembro de la institución. Esto, desde luego, no admute excepciones: Comprende a la guerrilla como cuerpo y no como individualidades. La no repetición es institucional. Verdad y no repetición son gemelas.
Es entendible la posición del General Mora motivada por una solidaridad de cuerpo con las fuerzas militares cuyos intereses representa en la Mesa, pero en aras de la verdad que reclaman las víctimas y el país, y con el fin de asegurar una paz sostenible y duradera, es necesario que la institucionalidad reconozca crímenes de Estado como los "Falsos Positivos", las violaciones a los derechos humanos y las alianzas que, en varias regiones, establecieron con paramilitares en desarrollo de su lucha contra insurgente, hechos que no pueden atribuirse a algunas "manzanas podridas" porque fueron masivos y reiterados en el tiempo, por no decir sistemáticos. Y conocidos y documentados por el Centro de Memoria, por oficinas de la Defensoría del Pueblo, por Human Rights Watch, por Anmistía Internacional y diferentes ONG,s, por periodistas y escritores. De otro lado un reconocimiento de esa verdad que la opinión pública conoce, constituiría un gesto de paz inmenso yfortalecería aún más su imagen
que despliegue de neuronas
EL RECONOCER, INFORMAR, EXPONER, EXPLICAR TODA LA SERIE DE EVENTOS, SUCESOS, ACCIONES, OMISIONES Y CUALESQUIER SITUACIÓN QUE SE HAN DADO DURANTE TODO ESTE TIEMPO QUE HA PERDURADO EL CONFLICTO INTERNO DEL PAÍS, EL HACERLO CON LA VERDAD POR ENCIMA DE TODO, ES LO QUE IMPORTA, Y ESO INCLUYE A TODOS LOS ACTORES DEL MISMO, NO PUEDE HABER EN ESTA INSTANCIA DISCULPA ALGUNA PARA OBVIAR, OLVIDAR, OCULTAR, TERGIVERSAR, DISTRAER, INDUCIR AL ERROR EN EL CONOCIMIENTO DE ESA VERDAD, ES TAL VEZ UNA DE LAS PARTES MAS FUNDAMENTAL EN LA SALIDA A LA GUERRA, SIN ESA VERDAD PLENA QUEDARAN CABOS SUELTOS QUE MAS TEMPRANO QUE TARDE SALDRÁN A FLOTE Y SINO ECHAN A PERDER LO LOGRADO HASTA ESTE PUNTO, POR LO MENOS LO PONE EN RIESGO DE NO CONSOLIDARSE. EL LLAMADO ES A DEPONER LOS ÁNIMOS Y CORREGIR ESA PÉSIMA COSTUMBRE QUE TENEMOS DE SEÑALAR, DE CULPAR, DE ACUSAR, Y MUY RARA VEZ DE CONSTRUIR, DE AYUDAR, DE CONTRIBUIR A LA SOLUCIÓN.
Demasiada necedad insistir en aquello d no igualar a las fuerzas militares con las güerillas x aquello d defender la institucionalidad con el argumento q es simplemente una manzana podrida y no toda la institución. Olvidando q:
--Son las fuerzas militares las llamadas y obligadas constitucionalmente a dar ejemplo; cuando se habla d proteger la población No pensamos en los grupos al margen d la ley, x lo tanto las responsabilidades son absolutamente dl estado cuando sus fuerzas militares se contaminan, y no se necesita d varios o unos cientos como dice Riveros. Aquí la responsabilidad implica q ni siquiera UNO es permisible. Esos varios o cientos q generalmente son soldados del + bajo rango simplemente cumplieron ordenes d los q tienen la capacidad y el poder d decisión, los q representan la institucionalidad en los escritorios dl estado, los q son condecorados y ascendidos con honores militares.
Los q se igualaron al + bajo nivel fueron los militares.
Pactar la paz entre un Ejército institucional y una guerrilla(FARC) que ha sobrevivido durante más de 50 años es un asunto de honda complejidad. No por el hecho de esgrimirse como lema la defensa de la sociedad se ha defendido a la amplia mayoría de los colombianos, sino a grupos minoritarios privilegiados que se atribuyen el mérito y la legitimidad de catalogar como verdades absolutas las esgrimidas en sus discursos ideológicos, sectarios y excluyentes.
En cuanto hace a los que dicen ser revolucionarios, defensores del pueblo y otras falacias se ha comprobado con la participación en gobiernos que se dicen de izquierda en Colombia que ello no es más que la continuación del engaño, la demagogia y la politiquería. Se da incluso el caso que gobiernos autodenominados de izquierda se comportan igual a la derecha extrema y corrupta.
En consecuencia, necesitams la paz para desterrar la violencia que no ha producido cambios positivos, sino víctimas.
Luz angela, las fuerzas militares fueron los que se rebajaron a un nivel criminal, en un afan de ganar una guerra que para todo el mundo es perdida, no porque sean imbatibles los de las farc, sino porque en cualquier guerra nunca se gana. Justificaria usted a mi padre, si se volviese criminal, por el hecho de yo serlo?. Recuerde el ejemplo es lo que nos han enseñado desde muy pequños y esa fue una de las cosas que las fuerzas militares perdieron.
No entiendo por que el ejrcito, tendria miedo a una comision de la verdad que revele tambien el comportamiento institucional?, acaso no se desempeña conforme al honor militar y el respeto de los DDHH?, yo entiendo que el general Mora y su linea, quieran preservar la buena imagen de la institucion, pero acaso no merecemos, los Colombianos y en especial las victimas, conocer la verdad completa sobre la guerra?, si nuestras fuerzas, cometieron abusos, pues es a traves de la verdad, que podremos garantizar que se tomaran medidas para la no repeticion, en lo personal, considero, mas valioso el conocimiento de la verdad, que castigos excesivos para algunos vicitmarios, ya que con la verdad completa podremos conocer todas las esferas de poder involucradas en la degradacion del conflicto, de que nos sirve mandar unos estafetas de vacaciones a Tolemaida, si los beneficiarios y ordenadores de masacres y abusos siguen desconocidos y aferrados a sus cargos?
Las fuerzas militares tienen buena imagen desde un poco despues que uribe asumio como presidente, antes de eso las fuerzas militaresar los colombianos eran consideradas un asco y los medios de comunicación ayudaron bastantisimo, con mucho exito para que los colombianos cambiaramos de opinion, pero la gente es compleja, el medio que más apoyó eso fue RCN television y radio, con el costo de que son medios informativos que ppoco se ven o escuchan actualmente. Recuerdo que uribe en esa epoca decia de un medio o de algún periodista , que era un idiota útil de la guerrilla cuando, se informaba algo que ha consideración de uribe era favorecer a la guerrilla o a los indigenas, uribe sabe como manosear a los medios , hoy en dia los medios son idiotas utiles con uribe. Opinar sobre que es mejor o peor en estos momentos es entrar en el juego de uribe. Los medios de comunicación deben ser objetivos y ya, que el general mora tiene una opinion contraria?, bueno está en su derecholamenoreslabuenayya
Lamentablemente no le creo a medios que salen a defender al gobierno en cada cosa que hace. Ya se comprobó como en otros casos hay multimillonarios recursos en contratos y demás. Esta explicación es muy rebuscada y oculta mucha informaron, como la salida de otros generales y sus motivos.
¿por qué te parece tan rebuscada? a mí me parece bastante obvia.
Hasta ahora solo hemos visto pagar indemnización económica al estado (el estado somos todos), militares castigados por omisión mas que por acción, ¿pero por parte de la guerrilla que? de sus narcofinazas no sale un peso y el estado tendrá que proteger a sus líderes y financiar sus futuros partidos, colocar escoltas y darles vivienda gratis, pero no de interés social... ellos serán los futuros acusadores de los congresistas de hoy, así como hoy los ex M-19 hacen parte de tribunales y congreso y son los acusadores de sus detractores del pasado... ese es el penoso resultado de igualar a las instituciones con la insurgencia, donde los actos militares serán generalizados como ataques y los ataques de la guerrilla cambiados a defensa del pueblo o por lo menos eso es lo que esos delincuentes afirman abiertamente, ellos no pagarán un solo día de cárcel, los generales sí.
Quisiera pensar con el deseo d Marleny, pero la verdad me inclino x el escepticismo al q apunta todo en este país, LA IMPUNIDAD PARA TODOS.
Dije en otro lado e insisto, la alharaca no va + allá d la estabilidad económica d las fuerzas militares en el posconflicto con la fresa dl postre, la Impunidad. En resumen y A SEGUN Juanita, el Gral. habla d manzanas podridas defendiendo la institucionalidad; no sé como le harán para lograr q no sea toda la institución la q asuma las responsabilidades, esto es parecido a lo d la C.Consituional q pretende decirnos q Pretelt es el único niño malo, mientras q es el órgano d la justicia en su Todo q está definitivamente muy, pero muy grogui, a punto d Nocaut fulminante.
Armarse d valor y vergüenza para reconocer lo q realmente SOMOS, no es propiamente una virtud d la herencia española, se necesita d un acto d verdadera concientización y voluntad ético-moral-política para asumir responsabilidades d este tamaño. Servirá la semana Santa para algo?
¿Qué tan cierto es el Soborno a los Grles Activos y Almirantes, que dicen Stos les ha ofrecido 40 millones adicionales a su Prima Semestral del "Silencio" (así la llaman) de 20 mill, que ya les dan por prestar su "servicio" a nuestra patria con nuestro dinero? Todo con el fin de que apoyen el Proceso de Paz y lo demuestren enviando por ej mensajes hasta de la Guerrilla...Me perdonarán pero este PPaz es una porquería, sin credibilidad, a pesar de los pocos logros en hechos que ha logrado...
No hemos oído nada de eso, Pato.
De este proceso de paz espero no se vaya a transigir con la verdad, el castigo, la penalidad , que se discuta. La verdad, será lo único que nos hará dar vérguenza como nos comportamos como sociedad y aspiro a que sin tapujos de lo que se permitió, así no hubiésemos participado directamente, no concibamos en repetirlo nunca mas.
SIGUIENDO CON LO ANTES ANOTADO, DEBEMOS RE FORMATEAR EL DISCO DURO Y BORRAR ESE TRAUMA, ESE COMPLEJO DE CRITICAR Y SEÑALAR A TODO Y A TODOS. PASEMOS DE HABLAR DE LA PROBLEMÁTICA Y AVANCEMOS HACIA EL PLANTEAMIENTO DE LA SOLUCIONATICA.
CONSIDERO QUE NO HAY MAS FUERTE CASTIGO PARA CUALESQUIER PERSONA, QUE EL ESCARNIO PUBLICO, EL AISLAMIENTO, EL RECHAZO DE LA SOCIEDAD, EL SENTIRSE NO ACEPTADO EN UN GRUPO SOCIAL Y ESE ES UN RIESGO QUE CORREN TANTO GUERRILLEROS QUE DE HECHO YA LO TIENEN EN GRAN PARTE, COMO LOS MILITARES, LAS INSTITUCIONES, POR TANTO ES VITAL QUE ESA VERDAD NO SEA SIMPLEMENTE UN DISCURSO SINO, UNA VERDAD DE VERDAD Y DEBE EXISTIR LA DISPOSICIÓN POR LAS PARTES EL DE ASUMIR SUS RESPONSABILIDADES CUANDO ESA VERDAD SE CONOZCA PLENAMENTE.