Dado que todavía hay muchos bogotanos indecisos sobre por quién votar, La Silla Vacía le pidió a Paul Bromberg, Rafael Orduz y Héctor Riveros, los tres personas con gran credibilidad que han trabajado respectivamente con las campañas de Petro, Parody y Peñalosa, que escribieran una columna explicando por qué van a votar por su candidato o candidata.
Circula la idea de que Enrique Peñalosa es un mal político pero un buen gerente. Puede ser cierto. Sin embargo, éste es un argumento para ocupar la gerencia del IDU, no para ser alcalde.
La figura del gerente de ciudad (city manager) existe en un número importante de municipios en los Estados Unidos, una sociedad que en un momento de su historia fue muy igualitaria, descontando la esclavitud. El municipio, en estos casos, se ve como una corporación de propietarios, cuya junta directiva sería el concejo. Actuando como representantes de los propietarios, los integrantes de la junta toman decisiones sobre su “empresa común”, su municipio, una de las cuales es la designación del gerente mediante un concurso de méritos para conseguir la persona indicada. El city manager rinde cuentas a la junta, como un gerente a su junta directiva.
Ni soñar que este esquema sería conveniente para Colombia, y mucho menos para grandes ciudades, como en estos casos tampoco se usa en Estados Unidos. La sociedad colombiana tiene fracturas sociales por resolver. Ser un político no es la simpleza de hacer pactos entre buscadores y tramitadores de votos, o desgañitarse en las plazas públicas para exaltar a las masas, sino ser alguien capaz de llevar un mensaje a la sociedad. Churchill no ofreció ríos de leche y miel sino sangre, sudor y lágrimas, mensaje que unió a los ingleses.
Lo nuestro no es tan dramático, pero el ejemplo ilustra. Llevar obras a los barrios populares es importante, y eso es suficiente para el gerente del IDU. Nuestras fracturas sociales requieren inversión social, pero se necesita algo más. La mejor muestra de que esto es importante, está en que algunos candidatos definitivamente no lo consiguen.
Colombia también tiene fracturas políticas por resolver. La Constitución de 1991 abrió el camino para hacerlo, y algunos de los actores que renegaron de la acción violenta participaron en su construcción y emplearon los caminos abiertos por el régimen democrático, sin estado de sitio permanente, que emergió de la nueva Carta. Este proceso tiene enemigos, que continúan en una actitud pendenciera promoviendo la intolerancia, acusando de auxiliadores de la guerrilla a quienes piden límites o defienden los derechos humanos. Los colombianos aún estamos corriendo el riesgo de desperdiciar activos muy valiosos que hemos venido acumulando.
Petro es uno de los símbolos de esta reconciliación. Convocó repetidamente a otros dos candidatos cuyos programas y talantes eran similares a los suyos. No idénticos: personalmente prefiero el discurso de Mockus, más liberal-filosófico, lejano de Herbert Spencer y cercano a Amartya Sen: el Estado no puede sustituir el esfuerzo de cada cual por alcanzar sus sueños, pero tiene la obligación de facilitarle las condiciones para hacerlo si éstos están en el marco de la constitución y la ley.
El programa de Parody se propone combatir la segregación social, pero no tiene mensaje, es una lista de acciones. El de Mockus da un espacio importante a la descentralización, único instrumento para que se recupere el control de un territorio tan grande y abigarrado como el bogotano, el de Petro tan solo lo menciona, aunque muy posiblemente la saque del patinódromo en el que se encuentra desde hace muchos años. Lastimosamente no se consolidó el reto de fundir estos tres programas, convocar a bogotanos de todos los estratos, encontrar un discurso común, y enviar el mensaje a Colombia de que todo esto es posible.
No se puede negar que los dos gobiernos anteriores fijaron rumbos en temas importantes, que hay que sostener. Eliminaron mezquindades en la política social, como cobrar por el informe de calificaciones para conseguir la caja menor de los colegios públicos, o suspender la provisión de alimentos a los niños cuando entraban en período de vacaciones. Petro, que ha mostrado capacidad de hablar de tú a tú con los técnicos, proviene de esa corriente, pero evidentemente no es Samuel Moreno, y tampoco es la mera inteligencia picaresca de Garzón. Su respeto por la técnica y por los procedimientos meritocráticos como fundamento de una buena gestión, su indignación frente a las desigualdades ominosas que se concreta en la atención a la niñez y la inversión en educación en su programa de gobierno, su rechazo a la intolerancia, su compromiso comprobado en la lucha contra todas las formas de corrupción y su capacidad de conectarse con los sectores populares, son la combinación ideal para el próximo período de gobierno en Bogotá.
Los gerentes se contratan no se eligen. Hay empresas especializadas en selección de ese tipo de personal. “Cazatalentos” las llaman. Si de eso se tratara, la escogencia a través de un proceso democrático resultaría a todas luces inconveniente. Como está demostrado los ciudadanos casi siempre escogen malos gerentes. Los gerentes ejecutan, coordinan, hacen seguimiento, dirigen el equipo, resuelven problemas, consiguen dinero, pero esa es solo una de las condiciones que debe tener un buen alcalde y claro que no es la más importante, esa se consigue en el mercado.
Bogotá necesita un líder. Los líderes conducen a la sociedad, los líderes transforman, los líderes desafían los paradigmas, los líderes tienen la capacidad de promover una visión de largo plazo, los líderes se salen del molde. Los líderes pasan a la historia.
Bogotá se convirtió durante más de una década en un ejemplo de gobernabilidad local en toda América Latina porque tuvo como alcaldes a líderes que desafiaron los conceptos, elevaron el nivel de la discusión y se plantearon cuestiones hasta ese momento inéditas para un gobierno local.
Peñalosa propuso dos grandes cuestiones. Una, cuál y cómo es el modelo de sociedad que puede promover un gobierno local, con las limitaciones de sus competencias y de sus recursos económicos; y dos, cuál es el modelo de ciudad que queríamos y queremos para Bogotá. Enrique cambió para siempre la agenda de las políticas urbanas en Colombia. Solo a partir de sus propuestas los gobiernos nacionales se enteraron de que había que tener una política de desarrollo urbano, no de vivienda de interés social, sino de construcción de ciudad y a partir de allí de ciudadanía, de transporte público colectivo, de espacio público, de bienes y servicios públicos de alta calidad.
Después de Enrique, los planes de gobierno de los alcaldes de las ciudades de Colombia son otra cosa. Los alcaldes resolvían problemas, incluso podían ser buenos gerentes. Hacían calles, los más exitosos dos o tres puentes y pintaban algunas aulas de los colegios públicos. No había eso que ahora se llama un “modelo de ciudad”.
Peñalosa dejó hace once años la Alcaldía y a partir de ahí ha sido fustigado en todos los tonos y con todos los métodos, pero también ha sido reconocido en todo el mundo y seguido en toda Colombia. No pasa un día en que alguien no le achaque los males de Bogotá porque el bus de Transmilenio pasa lleno, así como no pasa un día en que en alguna ciudad de Colombia no estén deseando tener un sistema de transporte como ese, o un megacolegio como los que él construyó por decenas, o un plan de intervención integral de barrios como su programa de desmarginalización o la recuperación de un centro histórico como se hizo en San Victorino. Aún ha sido imposible de igualar un modelo de desarrollo urbano de vivienda popular como el de Metrovivienda en la localidad de Bosa de Bogotá.
Enrique transformó, en el sentido literal del término, a Bogotá. En el entretelón del debate electoral actual están los planteamientos a las dos grandes cuestiones que introdujo en la agenda pública. La de tener como propósito una sociedad más igualitaria y la de un modelo de ciudad en que se privilegie a los ciudadanos y no a los automóviles.
Lo que proponen los demás candidatos son desarrollos de lo que Peñalosa hizo. Tratan de desmarcarse pero no lo consiguen. Petro construyó un cliché que repite, sin poder explicar, que el de Peñalosa es un “modelo depredador” y Gina controvierte lo que Enrique ejemplifica como expresiones de una sociedad igualitaria vista desde la Alcaldía y vuelve sin mucha creatividad a la manida noción de “igualdad de oportunidades”. Sin embargo, la gente tiene la sensación de que todos están proponiendo lo mismo, que en el fondo es lo que Peñalosa empezó a hacer hace ya diez años. Basta ver el entusiasmo y el costo con que Gina descubrió recientemente las teorías de seguridad de Giuliani, que Peñalosa desarrolló en Bogotá en el siglo pasado.
Algunos critican a Peñalosa porque propone más de lo mismo, pero claro, la de él es y era un visión de largo plazo, su propuesta no es ni era la de resolver unos problemas coyunturales, sino la de construir un modelo de ciudad.
Creo, en cambio, que además es el único que ha logrado darle la verdadera dimensión que tiene el desafío de ofrecer posibilidades para los jóvenes de los estratos medios y bajos de la ciudad. Ahí hay una bomba social que nadie ha valorado adecuadamente y a Peñalosa se le convirtió en una obsesión durante esta campaña.
Casi siempre los periodistas se esfuerzan por poner en términos más concretos el nivel de la discusión. Conminan a los candidatos a contestar “concretamente” qué van a hacer con la séptima o si la venta de licor en las tiendas será hasta las 11 de la noche o la una de la mañana. Sin embargo, la verdadera cuestión es sobre la visión de la ciudad, la que resuelva los cuatro ejes fundamentales: cómo puede incidir el gobierno local en el comportamiento de los ciudadanos; cuál es la sociedad que promovemos; cómo será la ciudad en el largo plazo y con qué métodos queremos lograr los tres primeros.
Peñalosa es el único de los candidatos que –en mi opinión- responde en forma completa las cuatro cuestiones. Pero además, ahí ya entran mis convicciones, las responde como yo creo que debe ser. Yo quiero una sociedad más igualitaria, no solo una en la que los pobres vivan un poco mejor, con algo de asistencialismo estatal y quizás con buena gerencia. Yo quiero una ciudad para el disfrute, en la que se pueda caminar, disfrutar el parque, encontrarse con los demás. Esa ciudad hay que construirla. En Bogotá empezamos hace diez años pero se nos está quedando a medias. Estoy convencido que las alianzas público privadas son las que hacen eficiente los servicios públicos y sociales. No creo en el modelo estatal fracasado en todo el mundo, que ahora nos quiere vender Petro.
Muchos de los electores bogotanos parece que han decidido no plantearse esta perspectiva, sino que optan por escoger otro candidato porque su voto está motivado por consideraciones que – a mi juicio- no tienen que ver con lo que se decide el próximo domingo. Muchas personas cuando dicen por quién van a votar explican porqué no lo van a hacer por Peñalosa, como si implícitamente aceptaran que eso sería lo correcto.
Que puso muchos bolardos o que las lozas de Transmilenio fallaron. Que aceptó el apoyo de Uribe. Que es arrogante. Que ha dado vueltas en política. Que defiende a los ricos. Respeto profundamente el derecho de los electores a escoger libremente y por tanto no voy a tratar de controvertir sus razones. Las mías para votar por Peñalosa son esas. Todavía creo que es posible tener una sociedad igualitaria y que podemos tener la ciudad que soñamos.
Bogotá requiere mirarse de frente, reconocerse, y una ciudad es madura a partir de su propio auotdiagnóstico. Deseo que un gobierno de Petro ayude en mucho a la ciudad autodiagnosticada a identificar su camino. Los neoliberales propenderán por continuar con enquistadas inequidades; quizá Petro con un buen equipo que re-conozca la ciudad, logren aterrizar la democracia participativa y ello redunde en mayor autonomía y deber del ciudadano raso en su responsabilidad individual con la ciudad y con su sociedad.
Petro los ayudara con las nuevas troncales de trasmilleno sin intervencion de espacios publicos, mas colegios en concesion y demas politicas neoliberales que diferencia hay con peñalozas ninguna. mejor @AurelioAlcalde.
y petro los ayudara con las uevas troncales de trasmilleno sin intervencion de espacios publicos, mas colegios en concesion y demas politicas neoliberales. mejor @AurelioAlcalde.
Todas las columnas me parecieron bien, pero la de Hector Riveros sobresale, cualquiera que gane entre Petro y Penalosa me parece bien, tienen propuestas distintas pero al final creo que con cualquiera de las dos Bogota crecería.
Si me ponen a elegir solo uno, me quedo con Petro, no puedo entender aun como acepto sentarse en la misma mesa de la persona que piensa que la ética es para filósofos.
Usted es contratista de trasmilleno??? si es asi va por la direccion correcta lo felicito.
Héctor Riveros a ido mas lejos en la descripción de Peñalosa, su concepto de visión a largo plazo, de liderazgo y visión de ciudad es muy acertada, no se desgasto en vilipendear a los oponentes de Peñalosa, sino que se centro en los aspectos positivos del candidato, en su trabajo, calidades y experiencia, un buen aporte para poner a pensar a los bogotanos sobre la persona indicada para guiar el rumbo de la capital.
Rafael Orduz hace una buena descripción de Gina Parody como persona, profesional y congresista, pero no demuestra una experiencia suficiente para asumir la alcaldía, la renovación como tal debe darse siempre y cuando se demuestra esa capacidad, por otro lado la alianza con Mockus contradice la primera razón de Independencia, puesto que el programa de Mockus presenta marcadas diferencias conceptuales con el de Gina.
El punto tercero es el mas desafortunado, cuando afirma que "Hacer proyectos de ley es fácil", desvirtúa el trabajo y experiencia como congresista, creo que no lo pensó bien, aún cuando la intención fue buena.
Muy pobres argumentos de Bromberg, descalificando a Peñalosa solo dejo en evidencia que es un buen gerente y la experiencia de Peñalosa como alcalde contradice lo expuesto sobre un modelo gerencial para la capital, en cuanto a su apoyo a Petro fue poco contundente y dejo abiertas preguntas como su falta de compromiso en el programa en cuanto a la segregación social, por otro lado el argumento de un Petro simbolo de reconciliación, no se lo cree nadie, menos después de 16 años de ataques y acusaciones contra todo lo que se le oponía, pocos reciben bien a Petro como un personaje reconciliador.
de donde se financian las campañas http://www.youtube.com/watch?v=fLlweAcxkY0 asi mismo sera con que intereses gobiernan. Prefiero que la ciudad se gobierne con politica social y no amangualada a los intereses de grupos economicos o empresas de dudoso capital. mejor @AurelioAlcalde
de donde se financian las campañas http://www.youtube.com/watch?v=fLlweAcxkY0 asi mismo sera con que intereses gobiernan. Prefiero que la ciudad se gobierne con politica social y no amangualada a los intereses de grupos economicos o empresas de dudoso capital. mejor @AurelioAlcalde
Al final de la nota se halla, por fin, argumentación pertinente. Luego de reconocer que Petro heredaría de Samuel Moreno y de Garzón "rumbos... que hay que sostener", lo ejemplifica con acciones de gobierno que no por ciertas dejan entrever un espíritu cicatero. El SITP, los alimentos para los pobres, el Catastro reorganizado, la cobertura y gratuidad escolar, hubieran sido señalamientos más apropiados para trazar la línea social que caracterizaría una continuidad de políticas, además de las singulares que en esta ocasión marca el candidato por el cual votáré.Pero Blomberg, tan andariego y suspicaz omite mencionarlas. @RIGUEZ_A
Que Petro sea un ejemplo de la necesaria y pendiente reconciliación, no es argumento bastante para decidir un voto, aunque Blomberg le abone la búsqueda de acuerdos con Mockus y Parody. Así ello no sea de modo alguno negativo, también indica que su candidato sentía insuficientes sus programas. Al cabo, Mockus decidió que Parody era persona más apta y fresca ante la opinión para concretar sus ideas. Agrega Blomberg que Parody combatirá la segregación y Mockus busca la descentralización, pero que el discurso carece de mensaje. No sustenta el cargo, pero este profano encuentra que la lucha contra la segregación social, acompañada por la "lista de acciones" necesarias en orden a romper la inequidad, constituye el mensaje que el físico no encuentra. El texto no es preciso en cuanto al rol de Petro: "... el de Petro tan solo lo menciona, aunque muy posiblemente la saque del patinódromo en el que se encuentra desde hace muchos años." Indagaré alrededor del patinódromo. @RIGUEZ_A
No suena objetivo cuando Blomberg desconceptúa a Peñalosa al atribuirle virtudes escasas para ser Alcalde y sí apenas director del IDU, como si en el ejercicio del cargo no hubiera dado muestras de esa capacidad que le desconoce. Estar en otra campaña no autoriza el menosprecio gratuito, pues si solo fuera apto para lo que él señala, por más refuerzos políticos y mediáticos que lo acompañen, el ex alcalde estaría hace rato fuera de carrera. Curioso resulta que así lo sostenga precisamente la persona que debutó en la administración como sorpresivo director de cultura y turismo, para pasar a ser luego el Alcalde transeúnte y fortuito, cuyas ejecutorias contradicen la pertenencia a la campaña de quien jamás gozó de su simpatía personal o ideológica. Pero estamos en Bogotá, Colombia, y ya lo veremos ejercer cargo en la administración si Petro resulta ganador. @RIGUEZ_A
Petro como Peñalosa terminaron reciclando, cada uno a su manera y quizás contra su voluntad, dos proyectos políticos que en los últimos 8 años nos llenaron de dudas, vicios y aportaron pocas soluciones e ilusiones. Están reciclando así, residuos y protagonistas del pasado. De un pasado que se cuelga como una piedra al cuello, para no darle paso a otro futuro. Un pasado que carga un conflicto real, pero convertido desde hace 50 años en otra guerra inútil, alimentada por el sectarismo, el dogmatismo, la ilegalidad y el uso del terror y la violencia. Petro intentó zafarse, es cierto, pero la medusa parece volver a atraparlo. Mockus y Parody intentan deslindarse de ese campo y ubicarse en otras coordenadas. No sabemos si se lo crean, si sean sinceros y persistentes, o si se trata de otra gambeta electoral. Pero tiene sentido pensar que otras coordenadas son posibles.
Voten en la encuesta de la gente, miren: http://bit.ly/qfgO8l
yo tambien votare por @AurelioAlcalde.
Bogotá es el escenario de la mas disputada alcaldía de Colombia, y a pesar de ser la ciudad cívica que todos admiramos, es el centro de una desleal guerra de oprobios y calumnias lanzadas como piedras de las cuales nadie quiere hacerse culpable. Señores seamos consecuentes y si no son los candidatos quienes apoyan tales comportamientos pues que se manifiesten en contra, tal vez eso mostraria la seriedad que les haria acreedores de la confianza de la gente...
Dos observaciones iniciales. 1 -Salvo Riveros, los otros dos panegiristas son personas que con toda tranquilidad podrían ocupar el uno el lugar del otro y hacer parte de administraciones presididas por cualquiera de sus actuales jefes. 2- Si los textos aquí publicados fueran presentados a consideración del elector común, cree este profano que saldrían desinformados, confusos y dispuestos a votar o no según sus simples emociones. La argumentación de los técnicos, expertos o académicos, no tendría la virtud de trasmitir razones y determinar el cambio o la consolidación de las opiniones ya formadas sin ellas.
3- Como no se les pidió que escribieran por qué no votarían por candidatos distintos, su mirada cumple apenas el papel de panegírico más o menos convincente, pero sin que aporten elementos disuasivos de decisiones colectivas que se estimen inconvenientes. Y debe haberlos, como quiera que ninguno de los tres simpáticos alcaldables está tocado por milagrosa angelización. @RIGUEZ_A
¿Por qué votar por Aurelio Suarez? http://www.aureliosuarez.com/2011/09/maestros-%C2%BFpor-quien-votar-a-la...
Estoy de acuerdo en que Bogotá además de un buen gerente necesita un gran líder. Creo que Peñalosa puede ser un gran gerente para Bogotá y fué un buen alcalde, pero ahora no podría ser el líder que la ciudad necesita. Porque un líder debe ser coherente en sus ideas y leal en la política. Debe tener una ideología clara y contundente que no genere fracturas ni ambiguedades en la gente y mantener sus principios a pesar de todo. Por el contrario, las acciones de Peñalosa en esta campaña mostraron su incoherencia ideológica y su deslealtad política. Después de vender la idea de un partido verde opuesto a la política tradicional y símbolo de transparencia y lucha contra la corrupción, cambia a Mockus como aliado fundamental por Uribe, maestro de la política tradicional y cabeza de uno de los gobiernos más corruptos de la historia reciente del país (AIS,Yidispolítica y reelección, Chuzadas) en un gesto clientelista. Eso es intolerable. Que lástima que perdimos la mejor opción para la alcaldi
Acaso un buen gerente dejaria este desastre? http://www.eltiempo.com/colombia/bogota/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-8... el señor peñalozas empezo el desastre llamado transmilleno y fue su autor intelectual como su exdirector del IDU camargo deberia estar en la carcel. tambien deberia responder por los bolardos y moños de navidad otros de sus torcidos.
Paul Bromberg NO es una figura representativa de los "Progresistas" de Petro. No sé por qué LSV lo eligió, siendo un recién llegado al movimiento de Petro y siendo también un tradicional seguidor de Mockus. ¿Por qué no le preguntaron más bien a Vladdo, que está desde el comienzo de la campaña? O a Ricardo Bonilla, ese magnífico académico que asesora a Petro?
Rafael Orduz es asesor de Gina, por lo tanto, puede dar muy buena cuenta de las razones de su voto. Héctor Riveros fue asesor de Peñalosa y es bien conocida su enorme cercanía con ese candidato. Pero Bromberg, no sé que hace ahí. Hubo desequilibrio en la elección de los "voceros" de cada campaña.
si les da tanta verguenza a los progresistas Paul Bromberg. ¿Por qué lo aceptaron en su campaña? los otros dos al igual que bromberg son personajes camaleonicos cambiar de ideas es como cambiar de ropa.
Ninguna vergüenza. Lo que digo es que no es REPRESENTATIVO. Entre decir eso y decir que es una vergüenza, hay un abismo. Es más, me encanta que entre los progresistas haya liberales, conservadores, ex-polistas, ex-verdes, en fin. Todo cabe, menos las mafias y los corruptos.
Hola. Le preguntamos a la campaña quién quería que lo escribiera y dijeron que él. O sea que para ellos sí es suficientemente representativo.
Es interesante ver como se financiaron las campañas. Como es que empresas recién creadas puedan hacer aportar que equivalen al 500% de sus ingresos. Esos son los favores que después nos salen costosas a los bogotanos.
Tambien es interesante ver como los que encabezan las encuestas son las que las contratan y son ayudados por los corruptos medios de comunicacion. Asi cualquiera puntea.
PAUL BROMBERG es un académico seguidor de MOCKUS que se vio abligado a votar por PETRO. Bien porque no lo convence GINA o porque le encuentra más méritos a PETRO. Tal vez también cuenta aquí alguna dósis de pragmatismo al atender el lenguaje de las cifras que arrojan las encuestas. El espíritu conciliador de PETRO, su convocatoria a la convergencia, el respetar o no desatender los estudios de los técnicos y la sensibilidad social que descubre en el candidato de PROGRESISTAS lo indujeron a decidirse por él.
La ética y el liderazgo social sin populismo serán los grandes retos que deberá superar PETRO si gana la Alcaldía el 30 de Octubre de 2011 para no sumir a los habitantes de Bogotá en una segunda frustración.
Condición sinequanon será la de conformar un buen equipo y someterlo, convocado por él mismo, al escrutinio público. Esos integrantes de su probable gabinete deberán crear hechos que permitan desbaratar las críticas de sus seguros contradictores.
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