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Jueves Marzo 30, 2023

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Hoy, tras confirmar el secuestro de un General del Ejército, Santos anunció la suspensión del viaje de los negociadores a la Mesa de Diálogos con las Farc.

Este fin de semana se cumplieron los primeros 100 días de Santos, una fecha que lo recibió con la peor noticia que ha sufrido el proceso de paz desde que arrancó: el secuestro del general Rubén Alzate, presumiblemente por parte de las Farc, que obligó a una pausa de los diálogos de paz y que se suma a otros hechos que, en conjunto, comienzan a convertirse en una serie de limitaciones que estrechan la ventana de oportunidad que significa este proceso de paz para el país.

Ayer, a las cinco de la tarde, Santos confirmó que el General del Ejército, Rubén Darío Alzate, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Titán, fue secuestrado junto con otras dos personas, un cabo y una abogada, en la vereda Las Mercedes de Quibdó, en Chocó. Si en efecto las Farc están detrás, esta sería la primera retención de un general por parte de las Farc. Alzate estaba vestido de civil y con condiciones mínimas de seguridad en el momento del secuestro por lo que se investiga qué fue lo que pasó.

La noticia de su retención obviamente generó una andanada de comentarios en twitter en contra de la negociación con las Farc, y sobre todo en contra de Santos, quien en un trino comenzó a pedirle explicaciones al comandante general y a su ministro de Defensa como si ya no existiera el Falcón para ese tipo de comunicaciones, que exigen un poco más de 140 caracteres para comprender la situación:

Anoche, a la media noche, después de reunirse con la cúpula militar, el Presidente anunció que había ordenado a los negociadores no viajar a la Habana mientras se aclaraba la retención. Aunque no habló de suspensión, en el Ministerio de Defensa así se lo interpretaron los periodistas, y entonces, de facto, los diálogos han sido suspendidos por primera vez desde que arrancó la negociación.

Este secuestro ocurre dos semanas después del asesinato de dos guardias indígenas en el Cauca, y de una seguidilla de explicaciones desafortunadas por parte de las Farc, que como suele suceder, trataron de justificar el hecho como la respuesta a una agresión por parte de los indígenas en cambio de asumir su responsabilidad en el asesinato de civiles.

El General Ruben Darío Alzate fue secuestrado ayer por las Farc. Estaba vestido de civil en zona roja del Chocó.
El Ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón dio detalles del secuestro del General en una rueda de prensa en el Ministerio.
El juicio de los indígenas Nasa a los guerrilleros que asesinaron a dos miembros de la Guardia Indígena del Cauca el pasado domingo.

Los guardias indígenas capturaron a los milicianos que asesinaron a los Nasa, les hicieron un juicio indígena y los condenaron a 60 y 40 años de prisión (la primera para el autor material) y 20 latigazos, un castigo severo que, según varios artículos periodísticos y la discusión que se vio en twitter fue elogiado por muchos colombianos.

El episodio de los indígenas es simbólico de un ánimo colectivo frente al proceso de paz que ha convertido una cierta ilusión que se indujo desde la campaña presidencial por parte de la coalición que reeligió a Santos en una creciente frustración con el proceso que comienza a estrechar la ventana de oportunidad que significaría llegar a un acuerdo con la guerrilla, que ha avanzado más que cualquier otro.

El tiempo comienza a correr en contra

A finales de octubre, surgió por primera vez un esbozo de lo que podría convertirse en un poderoso movimiento de víctimas de las Farc.  

Aunque como suele suceder con ese tipo de organizaciones de la sociedad civil tan pronto surgió el movimiento empezaron las disidencias internas por la polarización que genera la figura de la representante uribista María Fernanda Cabal, como contó La Silla, es clara la intención de las víctimas de esta guerrilla, que son decenas de miles, de organizarse políticamente para exigirle a su victimario un verdadero acto de contrición, verdad, justicia y reparación.

Esto le crea al proceso un frente de ‘control’ que va mucho más allá del que significa el ex presidente Uribe, su Centro Democrático y el Procurador, y que tiene incluso mucha más legitimidad, máxime cuando el Alto Comisionado de Paz y Humberto de la Calle, jefe del equipo negociador, han dicho (con otras palabras) que la flexibilidad frente a qué tan poca justicia resistirá el proceso lo dirán las víctimas en la medida en que se sientan compensadas con la verdad de sus victimarios y la reparación por su sufrimiento.

Una cosa es cuando las víctimas son seres aislados, a quienes los medios suelen darle voz sobre todo cuando hacen el acto heróico de perdonar incluso sin que se los hayan pedido como lo hizo la valiente Constanza Turbay en su viaje a la Habana, y otra cosa cuando son un frente organizado y políticamente motivado.

De hecho, es diciente lo que pasó cuando una de las líderes de este movimiento, la senadora Sofia Gaviria, a quien las Farc le secuestró y asesinó a su hermano Guillermo, se opuso en los “retiros” de su Partido Liberal a que le “giraran un cheque en blanco” al Gobierno frente al proceso de paz.

Los negociadores de la guerrilla en la Mesa de Diálogos de La Habana han avanzado en decir que reconocerán su responsabilidad frente a las víctimas, pero en la práctica, siguen mostrando poca contrición.
La gira de Santos por Europa durante la primera semana de noviembre para pedir apoyo a los diálogos de paz podría ayudar a blindar el proceso frente a la CPI.
El presupuesto inicial para el 2015 que elaboró Santos y su Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas le quitó plata a la mayoría de entidades encargadas de implementar los acuerdos.

El Tiempo, que fue el medio que registró más en detalle la reunión anual de este partido, optó por solo destacar la declaración de respaldo al proceso de paz. Obvió, sin embargo, que después de que Sofía Gaviria interviniera logró que casi una decena de congresistas la respaldaran, lo que a la postre permitió meter la exigencia de justicia dentro de la generosa declaración.

Que esto suceda en el Partido más cercano a los afectos del Presidente y que ha esgrimido la bandera de la paz desde antes de que incluso Santos la acogiera, es indicativo de que la generosidad de los colombianos, incluyendo los más creyentes en el proceso comienza a agotarse. La retención del general y el secuestro de su abogada la agotarán aún más.

Las Farc no se han pronunciado y seguramente justificarán este último acto como lo que ocurre en el conflicto cuando no se ha pactado un cese del fuego. Esto es cierto, técnicamente, pero políticamente dificulta el mantenimiento del proceso de paz.

Sobre todo si todavía se conserva la esperanza de que éste sea refrendado por los colombianos. La Corte Constitucional le tiró al gobierno y a las Farc un salvavidas muy grande cuando en su fallo sobre la constitucionalidad de la ley estatutaria sobre referendos dijo que un eventual referendo para refrendar los acuerdos podría coincidir con las elecciones locales.

Era un fallo muy esperado por el Gobierno puesto que garantiza que los políticos de la coalición oficial puedan movilizar a los colombianos hacia las urnas, aupados, además, por la emoción que generaría un acuerdo de paz.

Sin embargo, la misma Corte puso una limitación y es que esa ley de referendo solo se podría comenzar a tramitar si para el momento del primer debate ya había un Acuerdo firmado. Como lo demostró La Silla, eso significaría que tendrían que concluir la negociación para antes de marzo, una fecha que con todos estos incidentes parece imposible de cumplir.

El tiempo, entonces, corre en contra del proceso de paz. No solo por la política interna sino por factores externos, económicos y políticos.

El precio del petróleo sigue cayendo y aunque el presidente Santos ha dicho que su impacto no afectará el país en el corto plazo, la mayoría de economistas sí están avizorando una desaceleración de la economía que sin duda implicará menos recursos para la implementación de los acuerdos si no se comienzan a ejecutar en los próximos años.

Internacionalmente, ya la Fiscal de la Corte Penal Internacional le hizo saber al fiscal Montealegre que su interpretación de la justicia transicional es excesivamente laxa y que los máximos responsables de crímenes atroces tendrán que pagar cárcel.

El periplo internacional de Santos por Europa podría contribuir a blindar transitoriamente esta posibilidad pues un artículo del tratado de Roma dice que el Consejo de Seguridad de la ONU puede pedir la suspensión temporal de los procesos que lleve la Corte Penal Internacional durante un período determinado que es prorrogable (no dice por cuánto tiempo).

Tener a los países europeos del lado del proceso podría convertirse en una tabla de salvación para un proceso en el que difícilmente los máximos responsables de delitos atroces tanto en las Farc como en las Fuerzas Militares están dispuestos a terminar en la cárcel.

Este respaldo de Europa también se vuelve crucial ante el ascenso en el poder legislativo del Partido Repúblicano en Estados Unidos, mucho más amigo de las soluciones de fuerza y mucho más reacio a hacerse el de la vista gorda ante la posibilidad de extraditar a quienes llevan participando en el negocio de narcotráfico hace décadas.  Si la negociación se extiende y Barack Obama -cuyo respaldo al proceso ha sido impresionante según una fuente que conoce el tema- se sigue debilitando, este factor de poder crucial podría también mermarse.

¿Se cierra la ventana cuando empieza a entrar la luz?

Lo paradójico es que al mismo tiempo que estas acciones de las Farc le reducen posibilidades políticas al proceso, están sucediendo otros fenómenos que facilitarían el aterrizaje de la paz.

Quizás el más importante es el fortalecimiento político del movimiento campesino con la oficialización de movimientos como el de la Súper Dignidad y sobre todo el de la Cumbre Agraria integrada por varios grupos ligados al mundo rural y varios de ellos con afinidades ideológicas y políticas a las Farc.

Igualmente, la decisión de la Marcha Patriótica de competir en las próximas elecciones locales fue leída por algunos expertos como una señal de que en los lugares donde las Farc tienen sus bases políticas hay un interés real de participar democráticamente en las elecciones. Si la guerrilla aprovechara esta situación para dejar antes las armas, este movimiento podría catapultarse en las urnas sobre la emoción del acuerdo. Si no lo hace, podría convertir a la Marcha en un blanco de los violentos.

Tocará ver si estas señales son lo suficientemente fuertes para contrarrestar las inercias de la guerra.

Por el lado del Establecimiento, parece estar sucediendo lo mismo aunque en otra proporción.

En las encuestas, aunque muy lentamente, existe una tendencia hacia hacer mayores concesiones políticas a las Farc si éstas dejan las armas, lo que en principio abriría un mayor margen de maniobra al gobierno.

El ex presidente Uribe, por su parte, el mayor líder ideológico en contra del proceso actual con las Farc, ha comenzado a criticar el contenido de los acuerdos lo que supone una cierta aceptación de la negociación como tal lo que permite un diálogo mucho más constructivo sobre el mismo. Incluso, con su respuesta a la carta de Álvaro Leyva, quien ha asesorado a las Farc, se comienza a abrir un arriesgado pero eventualmente positivo canal de conversación directa entre el ex presidente y la guerrilla.

El Procurador Alejandro Ordóñez, otro palo en la rueda para la negociación, también ha modulado su discurso (seguramente con la ayuda de su asesor Rafael Guarín) abriendo un espacio para que los críticos del proceso entren en un activo diálogo con el gobierno que conduzca a crear unos consensos mínimos frente a la paz.

El Gobierno, frente a estas pequeñísimas aperturas de doble filo, pero aperturas al fin y al cabo, ha mantenido su actitud defensiva y no ha aprovechado todavía la oportunidad que significan.

El impulso reformista que traía el gobierno de Santos I también se ha perdido en gran medida con la conformación de un gabinete más dominado por la competencia individual entre los ministros con aspiraciones presidenciables que con el hilo conductor de la paz que los reeligió.

Incluso el ministro Juan Fernando Cristo, que venía de ser el impulsor de la revolucionaria Ley de Víctimas, ha quedado atrapado en la discusión de la ley de equilibrio de poderes que más que procurar un diseño institucional para permitir la competencia política lo que en el fondo logrará es fortalecer las maquinarias establecidas, especialmente si hacen coincidir todas las elecciones el mismo día.

Las otras normas que han copado la agenda legislativa son las que aumentan el fuero penal militar, lo que le ha valido a Colombia duras críticas internacionales como la de José Miguel Vivanco en The New York Times y ha ahondado la desconfianza frente al verdadero compromiso del Gobierno con los temas de verdad y justicia para los crímenes cometidos por el Estado.

Y la discusión sobre la reforma tributaria, que como contó La Silla, lejos de darle más plata a las entidades encargadas de la implementación de los acuerdos, se las quita.

Así las cosas, más allá de la suspensión del viaje de los negociadores, que seguramente será muy corta y con un efecto más mediático para calmar las críticas, el proceso de paz ha entrado en una fase políticamente complicada en la que el tiempo comienza a correr en su contra. El gobierno y sobre todo las Farc no parecen percatarse de ello.

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Juan Manuel Santos Calderón
Juan Carlos Pinzón Bueno
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Lun, 2014-11-17 22:36

Los enemigos d La Paz con el plato servido.

Q mentiras tendrá el Gral. Alzate cuando regrese?.

- los diálogos tienen q reestructurarse Ya:

Cese bilateral al fuego.

No se preocupen q el Gral. d seguro será protegido, las Farc no son tan brutas como muchos creen. El peligro está n la posición q asuma la OPOSICIÓN al proceso Habana tanto n el escritorio- los Fu-,como en la parte operativa - los militares-, x las ganas d "rescatar" al Gral., termine n un fuego cruzado, todo x justificar la ruptura del proceso. Aquí hay mucha cosa rara alrededor d este RARÍSIMO suceso.

Lo normal es q el Gral. y los soldaditos vuelvan sanos si "nada + raro" ocurre. Pero igual el Gral. creó su propio laberinto.

Lun, 2014-11-17 21:57

Suspender el proceso de paz es la menos mala de todas las malas decisiones que podrían tomarse ante el secuestro del general Alzate. El gobierno se juega la legitimidad con el proceso, pero el Ejército está intacto y listo para seguir en guerra. Las FARC, en cambio, se juegan tanto la viabilidad de seguir siendo un actor político con el que hay que negociar, como la vida en el proceso. En este momento, la idea de que "el proceso llegó a un punto de no retorno" compromete mucho más a las FARC que a Santos, que tiene bien previstos escenarios como éste y ha dado un paso en la dirección correcta exigiéndoles compromisos visibles con la salida negociada.

Lun, 2014-11-17 22:38

Q' hacia el Gral. Alzate n zona prohibida?

Xq' no hizo caso d no sobrepasar la zona?.

Xq’ d civil?.

Xq’ violó todo el protocolo d seguridad ?.

Q' intención hay detrás d este ""secuestro buscado"?.

Es la versión 2014 del secuestro de Ingrid?.

Por fin los ojos del país n el Choco.

Gral. mata soldadito raso.

Lun, 2014-11-17 21:23

1) La chiva de Uribe es una prueba más de las relaciones clandestinas, y por ende ilegales, de Uribe para dividir las Fuerzas Armadas de Colombia. Uribe no puede ocultar su atropellado afán por destruir la paz y la vida de los colombianos, dos principios fundamentales de la Constitución colombiana y contra los cuales su traición a la patria es reconocida hasta con ingenuo candor por sus propios seguidores.
2) Santos tiene que ver que un general tan loco y el peor ejemplo de toda la unidad que comanda solo demerita y sirve de burla contra las Fuerzas Armadas. Lo único que falta es que tenga conexión con Uribe.
3) Las FARC ahora pueden demostrar que el general desarmado y de civil fue corriendo hacia ellas y su detención era ineludible y merecida. Actuó tan estúpidamente que cualqiera creería que fue un plan de Uribe.

Lun, 2014-11-17 18:28

El error medular de la política de paz del gobierno de SANTOS está en no pactar un Cese de hostilidades con las FARC. Aunque ello no acabe de un tajo la violencia sí la hubiera disminuido. Pero a sabiendas que esa ha sido la posición del gobierno, es absurdo exigirle a la contraparte que actúe bajo protocolos de paz. Todos los hechos de violencia son graves vengan de donde vengan. Porque causan escozor, ambientes tétricos, sangre, dolor y muerte. La solución no está en las descabelladas fórmulas oportunistas de una extrema derecha irracional e igual de terrorista a las FARC. Es de urgente necesidad pactar una tregua. Y que las FARC ponga en libertad al alto Oficial retenido para de ese modo no alimentar la ceguera de la extrema derecha uribista Que ni desvertebró ni mucho menos liquidó a la guerrilla. Más bien la radicalizó al elevado costo costo de billones y billones de pesos del Tesoro nacional y de impuestos extraordinarios. No es esa la solución.

Lun, 2014-11-17 17:18

Censurable la actitud de las Farc, como practicamente todas las de ese grupo. Pero por eso estamos en un proceso en donde no hay cese al fuego, la guerra contínua, y a su fin debemos llegar. La ceguera de las Farc es infinita, si quieren llegar a hacer política, no hay forma que conquisten electorado, ni siquiera simpatizantes del proceso de paz. Y lo del general resulta en extremo censurable, con lo que conocemos al momento, nos resultó el Ingrid Betancourt del Ejército o es que los generales del Ejército que hacen la guerra no la conocen ni saben en qué zonas se combate? Y nuevamente se nos sale la desigualdad y el clasismo, como es un general hay conmoción total. Por qué no reaccionamos de la misma forma cuando son los soldados?

Lun, 2014-11-17 13:24

Mi primer comentario lo digo a modo irónico y es saber si en realidad las FARC y el uribismo están confabulándose para acabar con el propio proceso de paz. Ni siquiera las sandeces escritas en ANNCOL sirven para sostener lo que ha hecho la guerrilla. Secuestro es secuestro, sea simple o extorsivo; sea a un civil, a un militar o a un "militar en civil". Tal vez la guerra, o el conflicto, sean necesarios para el sostenimiento de los bandos y las incongruencias ideológicas de las FARC, en especial el tema de criticar la jurisdicción indígena, generar un malestar muy fuerte, hábilmente manejado por parte de la Derecha, y extrema Derecha, opositora en el país.

De otro lado, en el cuadro de opinión: "Secuestro del general Alzate y proceso de paz" hace falta un espacio (¿tocará usar eje de la Z, recordando mis clases de Álgebra "a long time ago"?) para aquellos que no somos ni santistas ni uribistas. No creo que como grupo podamos dejar esto en el mero centro del eje Y.

Lun, 2014-11-17 14:17

Tienes razón sobre el espectro. Ya lo vamos a cambiar para que sea izquierda y derecha, en donde cabriamos mas que entre santismo y uribismo que deja medio país por fuera. gracias por señalarnoslo.

Lun, 2014-11-17 13:22

Si el gobierno está tomando esta decisión es porque vislumbró a largo plazo más costos que ganancias. Toda capacidad negociadora se debilita cuando ya existe un compromiso definido. Y bajo esas premisas un dialogo de paz sirve mucho cuando solo se discuten las condiciones del vencedor sobre el vencido, nada más. Caso que como es evidente por la noticia no es el de Colombia. De todo esto queda una sola cosa, habrá que replegar a la guerrilla hasta que afloje tanto que de todos los puntos planteados en la agenda de la Habana firme uno solo nada más: la paz. El país empezará a oler de nuevo la guerra por todos los lados si la guerrilla no cede en estos momentos. ¡La torta siempre se encoge en toda negociación que se prolonga!

Lun, 2014-11-17 12:45

Retención? Y si lo matan lo llamarán eutanasia? Y si ustedes aceptan tan de frente la afinidad entre las FARC y la marcha patriótica por que no usan el mismo tono que con los parapoliticos?

Lun, 2014-11-17 13:00

El título y primera línea dicen secuestro, de pronto no lo viste. En todo caso, técnicamente, lo del general según el dih es una retención, lo que le no le quita la crueldad al hecho. Frente a la afinidad ideológica y política entre la Marcha y las Farc, no es lo mismo tener esa cercanía ideológica que pertenecer al mismo grupo o ser funcionales a sus crímenes como se probó con la parapolítica. Sería como decir que porque los paras tenían afinidad ideológica y política con Uribe el ex presidente era un paraco. Nosotros sí vemos esa diferencia.

Lun, 2014-11-17 14:07

Titular: "GENERAL DA PAPAYA A LAS FARC"
El general fue detenido al llegar al caserío, no fue ninguna operación de las FARC.
Mientras no aparezca ningún resultado de investigación por parte del Ministerio de Defensa o del Comando de las Fuerzas Armadas la única información desde el terreno de los hechos es la del soldado que escapó e informó que todos iban de civil, que el general desatendió la alerta de seguridad dada en medio de su avance y que solo pidió apoyo cuando partía a su viaje.
¿Por qué lo hizo? ¿Es uno de los aliados secretos de la inteligencia militar de Uribe y buscaba sacrificarse para dar pié a que se acaben las negociaciones de La Habana? ¿Pensaba que yendo de civil le era más fácil y menos intimidante para comunicarse con los pobladores del caserío? ¿Cuál era su afán? Estas son especulaciones sin los signos de interrogación, pero la respuesta a todos esos puntos con signos de interrogación es la tarea de los periodistas, sobre todo de El Tiempo y El Espectador.

Lun, 2014-11-17 12:30

Muy valiosa y amplia su información.
Técnicamente sabemos que la guerra continúa y que políticamente se presta a especulaciones contra el proceso de paz.
Sin embargo, la palabra secuestro ya debe quitársele ese significado unidimensional. Dentro de una guerra se habla de prisioneros y retenidos.
El secuestro, como mejor lo entiende la justicia ordinaria es una extorsión por dinero, pero en éste como en los casos recientes del conflicto armado político debería ser claro que esos llamados "secuestros" son parte del puje que afecta posiciones en la negociación de paz.
Hubo una violación de protocolo cuando un general a cargo de una unidad élite, especializada en contrainsurgencia y en activo combate en la zona, viste de civil acompañado de una civil y solo con un militar. Parece más que iban en camino o en busca de un encuentro personal con las FARC a que haya sido un casual viaje turístico por la zona. De ahí la necesidad de una investigación exhaustiva. (cont.)

Lun, 2014-11-17 14:22

Sr. Fierro, las palabras tienen varios significados y de acuerdo a los hechos hay que usar las palabras apropiadas. El Gral. Alzate no fue secuestrado está retenido, fue puesto preso al llegar al caserío. Nadie necesita ser de las FARC para entenderlo y usar la palabra apropiada. ¿El soldado que dió esa información a sus superiores es de las FARC? Que a ud. le parezca imposible que las FARC hagan algo bien es tan errado como creer que las FFAA nunca hacebn algo malo. Quien no conoce la bondad en sí mismo nunca puede reconocerla en los demás.

Lun, 2014-11-17 16:11

Perdone que meta la cucharada, pero su sarcasmo es demasiado malo. Ud. posiblemente de humorista no tenga futuro pero de conocer las FARC o la guerra entre el Estado y las FARC no ha tomado pista. Le aconsejo que lea el libro del Dr. Rodriguez que se llama "Alerta", yo lo compré en la Librería Central.

Lun, 2014-11-17 13:06

Juan, si lees un poco menos apasionadamente el artículo te darás cuenta que escribimos secuestro en el título y la primera línea y luego lo usamos de manera indistinta, aunque técnicamente, según el dih, por ser un combatiente se llamaría una retención. En todo caso, en ninguna parte puedes encontrar ni una sola palabra que culpe al general de lo que le pasó. A mi me parece que bajo ninguna circunstancia es aceptable que se los hayan llevado contra su voluntad. Yo no tengo ningua prueba que los de la Marcha sean de la guerrilla, creo que el Presidente tampoco las tiene y por eso los protege con esquemas de la Unidad de Protección. Sí creo que tienen afinidades ideológicas como las tiene gente de derecha con paramilitares, y no por eso son paramilitares. El problema no es cómo piensan sino si actúan dentro de la ley o por fuera de la ley.

Lun, 2014-11-17 13:08

Tampoco es cierto que le hayamos endilgado a todos los militares hacer negocios. Simplemente dijimos lo que es un hecho, no una elucubración, y es que muchos de los negocios del sector defensa están en manos de militares retirados y que la oposición de algunos de ellos está vinculada también al temor a perderlos. También dijimos en ese artículo que muchos militares se oponen por una posición genuinamente ideológica y la convicción de que si les hubieran dado más tiempo hubieran derrotado a la guerrilla en el campo de batalla. Si tú escoges leer nuestros artículos solo para probar tu tesis de que La Silla odia a los militares (lo cual no es cierto) no podemos hacer nada al respecto.

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