La semana pasada el expresidente Andrés Pastrana publicó su libro “Memorias Olvidadas” y sorprendió a la opinión pública al calificar a Gaviria como el “eslabón perdido del proceso 8.000”. Los medios de comunicación registraron el cruce de palabras entre los expresidentes y las reacciones a las acusaciones del exmandatario conservador. Así, sumada a la ya tradicional pelea entre Santos y Uribe, fueron protagonistas del enfrentamiento público en los medios de comunicación, Samper, Gaviria, Serpa y otras personalidades de la política nacional. ¿Dada la coyuntura política, conviene que los expresidentes se saquen los trapos al sol?
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Ex alcalde de Bogotá, ex congresista y ex constituyente
Es bueno que los hombres públicos escriban y publiquen sus memorias. Entre más polémicas, mejor. No debe haber secretos de Estado. El paso del tiempo elimina las reservas de ley. Cada uno las cuenta de acuerdo con su propio estilo personal. Quienes responden también revelan su manera de ser. Calificar las memorias y las respuestas que reciban corresponde a quienes las lean y se ocupen de ellas.
Investigador, PIK -Instituto Potsdam de Investigación en Cambio Climático (Alemania)
Pareciera que la dinámica de la verdad está supeditada a conveniencias de coyuntura. Si así es, que así sea -no es para lamentarlo.
No obstante, será que el beneficio marginal de la verdad es apenas el reflote del partido conservador? Ojalá que ese partido alcance la cuota de poder que le corresponde por preferencias, y no por los réditos de la triquiñuela.
Quizás en política todo se valga, pero es elocuente que los conservadores tengan que apelar a estas movidas para sobrevivir el realinderamiento.
Ya que la verdad se pone de moda en época pre-electoral, podrían darle mayor despliegue a las declaraciones que ahora involucran a Rito Alejo con el asesinato de Álvaro Gómez; o las declaraciones del señor Serna -jefe del cacique Pipintá- acerca de sus vínculos con Álvaro Uribe.
Profesor e investigador
Las mejores condiciones son deseables; pero a una tradición política sin Estado, Leviatán, le corresponden expresiones de guerra verbal, y en el mundo somos insuperables para estos fines.
Los secretos de gobiernos bajo la coordinación de narcotraficantes siempre han sido secretos a medias. O como nos recuerda Taleb, todos tenemos una narrativa ex post: tras los hechos su reconstrucción tiene más olvido que memoria. De arriba hacia abajo y de abajo arriba.
Las élites han convertido valores morales en estrategias; y la gente comprende que las campañas electorales financiadas por una economía ilegal conforma el paquete de la esfera pública en Colombia. El punto, amigos de La Silla Vacía, no son los personajes de la escena, sino el escenario. Pasemos entonces de la sala del chisme a los hechos.
Coronel (r) del Ejército y profesor, Universidad de la Sabana
Por la coyuntura de campañas políticas que prenden motores y al mismo tiempo un proceso de negociación para terminar el conflicto con las Farc que abordó el tema del narcotráfico, el asunto se puede ver como inoportuno e inconveniente: ¿Cuál es la autoridad moral de un Estado que, al menos por la omisión de algunos de sus ex-presidentes, permitió un "pacto con narcotraficantes" al más alto nivel?
Sin embargo, hay que tener en mente que en la medida en que se avance hacia la verdad completa en capítulos negros de nuestra historia como el 8000, en esa misma medida se va creando un ambiente propicio para cimentar la paz política.
El problema entonces está en completar la verdad: ¿están los ex presidentes protagonistas del capítulo dispuestos a llegar a ella?
Ex consejera presidencial de Programas Especiales
Somos selectivos con lo que queremos olvidar o recordar. El episodio que da origen al proceso 8000 quedó enquistado en la memoria del país como algo turbio que apenas se está aclarando. Si hacer memoria sobre un pasado reciente es un "refrito", pues adelante.
Con expresiones populares como "sacar trapitos al sol" se quiere dar un tinte de ligereza a un tema grueso. En la neuro-ciencia se señala que la memoria se re-escribe cada vez que se utiliza, así que en vez de "trapitos al sol" se está "refrescando la memoria" a un país que prefiere "enterrar la cabeza como el avestruz" y precisamente por la coyuntura actual política es que el momento es oportuno y adecuado.
Recordemos que "no hay peor mentira que callarse una verdad".
Ex Ministro de Minas
La coyuntura actual, con elecciones y conversaciones de paz con la guerrilla de por medio, es muy poco propicia, muy inoportuna, para sacar trapos tan sucios como los que dice mostrar el ex presidente Pastrana en su libro.
¿Pretenderá desviar la atención con semejantes acusaciones? En general es importante y conveniente destapar y denunciar si se tiene la seguridad de la verdad y la forma de probarla. Pero, ¿cuál verdad después de 20 años callando, lo que dice que sabía?