El ex presidente Uribe [1] no sólo está activo en política a través del Twitter y de sus talleres democráticos, sino que también ha convocado a varias reuniones políticas en su residencia. La última fue el sello de su alianza con Enrique Peñalosa [2]. Lo llamativo es que Uribe vive en el Centro de Estudios Superiores de la Policía (Cespo) y, como hace las reuniones en ‘su casa’, está utilizando instalaciones públicas para hacer actos políticos.
El Cespo es el nombre que se le da a las instalaciones de la Policía –que antes se conocía como Carabineros– donde quedan las casas fiscales para los altos oficiales de la Policía como el General Naranjo, la dirección de inteligencia de la Policía (Dipol) y el Centro de Estudios Superiores, que es el equivalente a la Escuela de Guerra de los militares.
El ex presidente Uribe vive allí desde que dejó la Casa de Nariño dado el alto riesgo de seguridad. La pregunta es si también puede realizar allí reuniones políticas, dado que es claro que con su esquema de seguridad las ha podido hacer en otros lugares.
Por ejemplo, hace un par de semanas fue el anfitrión de una cumbre política [3] en Antioquia, en su casa de Llanogrande. Y ya desde antes, en enero, asistió [4] a otro encuentro político en el hotel Dann, para hablar del candidato de La U a la alcaldía de Bogotá. Y más elocuente todavía fue su caminata [5] por la carrera Séptima, en el centro de Bogotá, después de asistir a la abortada sesión de la Comisión de Acusaciones de la Cámara.
En principio, las instalaciones de la Policía Nacional sólo deben ser utilizadas para los objetivos de esa institución. Pero existen algunas excepciones. Una de esas tiene que ver con los ex presidentes. Gracias a un decreto [6] firmado por Uribe, de mayo del año pasado, los ex presidentes y ex vicepresidentes y sus familias pueden usar las instalaciones de la Fuerza Pública casi con los mismos derechos que los oficiales que viven allí. Lo que no es claro es que esta posibilidad incluya el uso de los cuarteles como sedes políticas, especialmente debido a que la Constitución prohíbe explícitamente a los policías y militares participar en política.
La otra duda surge porque los bienes públicos –como las instalaciones de la Policía– no pueden ser utilizados para hacer proselitismo político, sino solo para fines públicos.
Como no existen precedentes de la situación actual, porque ningún ex presidente había vivido en guarniciones militares o en sedes de la Policía (el Cespo había sido utilizado para custodiar a personas detenidas, como Joselito Guerra o el general Maza) y la Ley de Garantías, que prohíbe utilizar inmuebles públicos para fines proselitistas, solo le aplica a gobernadores, alcaldes y altos funcionarios locales, no a ex presidentes, es difícil decir que las reuniones políticas que ha realizado Uribe en su casa actual violen la ley. Pero ese uso de instalaciones públicas para hacer política deja un mal sabor.
Aunque se sabe que ha habido varias reuniones más en la sede policial, los medios han difundido tres reuniones políticas. En todas ellas Uribe ha recibido la visita de políticos activos y ha tirado línea. Con ellas, el Cespo se ha convertido en el cuartel político del ex presidente:
FOTO PORTADA : Cortesía El Espectador.



Armando la estrategia uribista
El 29 de septiembre de 2010, menos de dos meses después de dejar el poder, Uribe se reunió [7] con Armando Benedetti [8], Juan Lozano [9] y otros congresistas y ex funcionarios uribistas. En la reunión se trataron varios temas, incluyendo la inquietud frente a la ley de víctimas y la restitución de tierras, una valoración del gobierno de Santos [10]y la agenda legislativa. Pero, sobre todo, se trató de una reunión de estrategia electoral: las elecciones regionales de 2011 fueron el principal tema. Por eso, para CM& [11] fue el primer paso del regreso de Uribe a la política.
Desmarcándose de la ley de víctimas
En mayo, cuando se estaba discutiendo la ponencia para el último debate de la Ley de Víctimas, los senadores de La U, liderados por Roy Barreras, se reunieron con el ex presidente Uribe para discutir el proyecto de ley y establecer una posición común. En esa reunión Uribe envió un fuerte mensaje [12] contra el reconocimiento del conflicto armado en el texto del proyecto.
En este encuentro, además de marcar una posición frente a la ley bandera del gobierno de Santos [10], Uribe buscaba reforzar su liderazgo [13] dentro del Partido de La U.
El sello de la alianza con los Verdes
El viernes pasado, el que se desplazó al Cespo fue el candidato a la alcaldía de Bogotá por el Partido Verde, Enrique Peñalosa [2]. En una reunión que duró varias horas, y en la que también estuvo el senador Juan Lozano, presidente del Partido de la U, Uribe y Peñalosa conversaron sobre la ciudad. Al final, Uribe ratificó su apoyo [14] a la campaña de Peñalosa.
Una vez más, con un encuentro en el Cespo, el ex presidente entra en el juego político. Esta vez se trató de un acto que se podría calificar de proselitista: su reunión fue con un candidato y terminó en rueda de prensa frente a las cámaras de televisión.