“Este es un acto de grandeza de la Cámara”, dijo Fabio Valencia Cossio después de que al filo de la medianoche se aprobara el referendo. El acto de grandeza fue más bien uno de gigantismo y enormidad. Y no de los congresistas, sino del Ministro y varios funcionarios y ex funcionarios del Gobierno, quienes durante las sesiones de la conciliación ocuparon a sus anchas el capitolio y se tomaron el tapete rojo de la plenaria.
Más allá de las denuncias por compra de votos y del fantasma de Yidis y Teodolindo, anoche quedó claro - tal vez por si había dudas - que el Gobierno es el que manda en el Congreso. La disciplina de partido no es simplemente un término retórico para el uribismo, y Valencia Cossio la hizo cumplir a rajatabla como un policía. No importaron las protestas de la oposición ni algunas vacilaciones de los propios integrantes de la coalición reeleccionista. Vea lo más destacado de la ‘misión referendo’ del Gobierno.