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Las elecciones venezolanas dentro de dos semanas, entre el Henrique Capriles y Nicolás Maduro, ya han generado los primeros coletazos en Colombia. |
La campaña electoral relámpago para elegir al sucesor de Hugo Chávez [1] el próximo 14 de abril ya cruzó la frontera colombiana. Todo parece indicar que el gobierno de Juan Manuel Santos [2] se la jugó ya por el ex canciller y vicepresidente de Chávez Nicolás Maduro [3], como garantía de continuidad en los diálogos de paz con las Farc en los que Caracas ha jugado un papel crucial.
Pero algunas figuras dentro de la Unidad Nacional están intentando tender puentes con la oposición venezolana liderada por Henrique Capriles [4] con un doble propósito. Por un lado, buscan evitar que ésta quede completamente aislada de Santos, un evento que consideran poco pragmático en caso de que en un futuro el chavismo pierda fuelle y de que cualquier acuerdo con esta guerrilla deba continuar bajo un gobierno diferente en el Palacio de Miraflores.
Y por el otro, buscan evitar que la oposición venezolana mantenga sólo vínculos sólidos con el uribismo en Colombia. Porque no sólo es una realidad que Álvaro Uribe [5] sigue siendo una figura enormemente popular entre la derecha venezolana, que lo ve como su único aliado en Colombia, sino que buena parte de su liderazgo se siente decepcionada con la indiferencia del gobierno de Santos ante los abusos que suceden en el vecino país y por su aceptación de la idea de que sólo con Maduro puede prosperar la paz.
Además sienten que el gobierno colombiano ha jugado un rol importante en que el Departamento de Estado de Estados Unidos considere hoy como una mayor prioridad la estabilidad de Venezuela para que prospere un acuerdo de paz con esta guerrilla que el correcto funcionamiento de la democracia en ese país.
Aunque es más probable [6] una nueva victoria del chavismo en estas elecciones, la oposición está pensando también a mediano plazo. Varios analistas le confirmaron a La Silla que el rápido deterioro de la economía venezolana ha llevado a los opositores a pensar seriamente en la posibilidad de éxito de un referendo de revocatoria, que se podría convocar por ley durante el tercer año de gobierno de Maduro, cuando Chávez esté más distante en la memoria colectiva.
A medida que la estrategia política de la oposición se está organizando a dos tiempos, la posibilidad de que el gobierno colombiano se quede sin ningún contacto con ésta ha llevado a congresistas de la Unidad Nacional como Juan Manuel Galán [7] y Juan Mario Laserna [8] a buscar puentes de contacto.
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La muerte de Hugo Chávez [1], facilitador de los diálogos con las Farc, ha generado incertidumbre sobre el rol futuro de Venezuela en La Habana. Foto: www.hugochavez.org [9] |
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Un trino de Álvaro Uribe [5] el sábado despertó un fuerte contrapunteo entre el ex presidente y Nicolás Maduro. |
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Los congresistas Juan Manuel Galán [7] y Juan Mario Laserna [8], de la Unidad Nacional, invitaron hace dos semanas a Colombia a una de las políticas más cercanas a Capriles. Foto: Senado de la Republica. |
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La diputada María Corina Machado, quien estuvo en Colombia hace una semana, es una de varios líderes de la oposición venezolana en visitar el país en el último año. Foto: Miguel Romero. |
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Venezuela es, junto con Chile, facilitador de los diálogos con las Farc en La Habana y podría jugar un papel clave una vez se alcance un acuerdo. |
El mensaje de la oposición
Una de las piezas claves de esta estrategia fue la visita [11], un par de días antes de Semana Santa, de la diputada opositora María Corina Machado, quien se ha convertido en la vocera internacional de Capriles durante la breve campaña electoral tras la muerte de Chávez.
Machado, quien se dio a conocer como fundadora del movimiento ciudadano Súmate y luego fue la segunda candidata más votada a la Asamblea en las elecciones de 2011, estuvo en Bogotá invitada [12] por Galán y Laserna. Durante su visita de dos días, que incluyó una intervención [13] ante la Cámara de Representantes y en un foro sobre "Venezuela y el proceso de paz" en la Universidad Externado, reiteró que Capriles se comprometía a apoyar los diálogos con las Farc.
Y lanzó varios mensajes al gobierno de Santos. "La paz de Colombia requiere, para ser sostenible, estable y duradera, de un gobierno democrático en Venezuela'', señaló en el Externado. Y luego dijo [13], en el Congreso, que “tanto la paz como la democracia de Colombia y de Venezuela van de la mano” y que el gobierno chavista “ha sido complaciente con la operación y presencia de grupos irregulares en nuestro territorio venezolano”.
Pero quizás el mensaje más importante que lanzó fue que sólo con un cambio de gobierno en Caracas podrían darse las mayores garantías, para los dos países, del éxito en una eventual desmovilización de las Farc. "Venezuela no será un aliviadero para los grupos irregulares, no vamos a tolerarlo. Esa es la diferencia. Esto llevaría a una desmovilización de los dos lados", dijo Machado en entrevista [14] con El Espectador. "Sólo dos gobiernos democráticos podrán erradicar los males que han generado tanto dolor a Colombia y a Venezuela".
Durante su visita, Machado se reunió con Uribe y cenó con los precandidatos del uribismo en el Club El Nogal, dos señales de que hasta el momento el discurso de la oposición venezolana genera mayor aceptación entre quienes -a diferencia suya- están en desacuerdo con el proceso de paz en La Habana.
De ahí el interés de Galán y de Laserna, quienes conocen a Machado desde hace años, de generar acercamientos con la oposición liderada por Capriles. Esto permitiría al gobierno de Santos no aislarse de un grupo que podría jugar un papel central a mediano plazo en el vecino país, además de acercar ese apoyo a sectores del centro político -y lejanos del uribismo- que, por añadidura, están directamente vinculados con el proceso de paz.
Galán, quien integra la Comisión de Paz del Senado, había venido esbozando desde hace varias semanas la idea de mantener una postura menos cerrada frente a las elecciones del sucesor de Chávez. "Más allá de buscar respuestas en el tarot o en métodos de adivinación que nos digan si Capriles o Maduro serán los próximos mandatarios o que nos permitan pronosticar sus posiciones en favor o en contra del proceso, lo que más le conviene a los diálogos, es que las partes se comprometan con el proceso", escribió en su blog [15] el senador liberal.
Y luego diría [16] que el mensaje de la diputada venezolana representaba un "incólume apoyo” que garantiza que Caracas “está absolutamente comprometida con la paz de Colombia''.
Para la oposición venezolana, Colombia resulta un aliado clave por varias razones. Aunque el país no concentra un número muy alto de votos sí cuenta con cada vez más [17] figuras influyentes. Lo demuestra la presencia de un grupo significativo de los ejecutivos formados en la época dorada de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), que hoy están vinculados en el país a empresas como Pacific Rubiales y que están apoyando la campaña de Capriles.
Y además es una manera de abrir canales de comunicación con los cerca de cinco millones de colombo-venezolanos que viven en el vecino país y que constituyen un significativo grupo de votantes al que le interesa lo que sucede a ambos lados de la frontera.
En todo caso, la de Machado no ha sido la única visita de un líder de la oposición venezolana recientemente. En los últimos dos meses han visitado [18] Colombia políticos como Ramón Guillermo Aveledo, considerado como uno de los mayores líderes de la oposición, o Armando Briquet, quien fue jefe de campaña de Capriles en las últimas elecciones. Y el propio Capriles ha venido [19] dos veces en el último semestre.
No hay indicios, sin embargo, de que ninguno de ellos se hubiera reunido -aparte de un encuentro entre Capriles y Santos en la Casa de Nariño en septiembre pasado- con miembros del gobierno. Tampoco parecieron contar con mucha fortuna para reunirse con Carlos Cure, quien fue hasta hace poco el embajador colombiano en Caracas.
Caracas como garante de paz
Según una fuente al interior de la Unidad Nacional, en el gobierno de Santos ha hecho carrera la creencia de que sólo el sucesor de Chávez podría garantizar que los acuerdos a los que se lleguen en La Habana con las Farc lleguen a buen puerto, como explicó [20] La Silla.
Por el momento Santos parece tener ya una relación relativamente sólida con un nuevo gobierno chavista, gracias a la buena relación que entablaron desde años atrás la Canciller María Ángela Holguín [21] y Nicolás Maduro y que posibilitó el restablecimiento de relaciones cordiales entre los dos países.
Queda por ver si aprovechará también los puentes que le están tendiendo figuras al interior de la Unidad Nacional con la oposición venezolana, para evitar que ésta acerque posiciones con Uribe y, sobre todo, mantener las cartas abiertas en anticipación de cualquier escenario posible a corto y mediano plazo.