Hace unos ocho meses, a Andrés Santamaría lo llamaron dos personeros de Bolívar para contarle que estaban preocupados porque estaban recibiendo un número altísimo de denuncias de víctimas de las llamadas bandas criminales.
Y no sabían qué hacer porque quienes han sido victimizados por Los Rastrojos, Los Urabeños, las Águilas Negras, Los Paisas o La Empresa no están cobijados por la Ley de Víctimas. Esta ausencia, que está dejando a miles de víctimas de las 'bacrim' por fuera de una de las políticas bandera del presidente Santos, es un debate que quieren reabrir los personeros de todo el país.
Así que Santamaría, que es el personero de Cali y lidera la Federación Nacional de Personeros (Fenalper), decidió averiguar [2] si la situación era similar en otras regiones del país.
Lo que encontró [2] es alarmante. Casi el 90 por ciento de las 7 mil denuncias hechas por víctimas en Buenaventura, que ha vivido 17 desplazamientos masivos desde septiembre y tiene uno de los mayores problemas de desplazamiento intraurbano [3] en el país, corresponden a las bandas que han salido de la desmovilización paramilitar. En Cartagena llegan al 40 por ciento, en Montería al 30. En total, Fenalper calcula [2] que en el último año han surgido más de 8 mil víctimas por cuenta de las bacrim.
La situación es igual de preocupante [2] en otros lugares donde estos grupos se disputan el territorio, como Tumaco o Medellín, así como en las ciudades a donde llegan desplazadas las víctimas, como Cali o Pasto. Casi todos los personeros coinciden en que los números deben ser mucho más altos debido al temor de las víctimas a denunciar a quienes viven con frecuencia en el mismo barrio.
Víctimas de segunda categoría
“En Colombia hablamos como si estuviéramos reparando a las víctimas del pasado, pero la realidad es que se siguen produciendo víctimas todos los días. Y la mayoría de las víctimas ahora proceden de estos grupos y las herramientas para atenderlas son muy cortas”, le dijo a La Silla Andrés Santamaría.
Esto sucede porque las personerías tienen la obligación de recibir todas las solicitudes de las víctimas de ser incluidas en la Ley de Víctimas, pero su inclusión definitiva es valorada por la Unidad de Víctimas. Al final, todas las personas que tienen a uno de estos grupos emergentes como victimario quedan por fuera porque las bacrim no son consideras parte del conflicto, algo que los personeros y quienes han venido siguiéndole el rastro a las bacrim sienten riñe con la realidad del país.
En el fondo, a los personeros les preocupa [3] que dejar a todas estas personas por fuera pueda dar al traste con una política que se propone reparar a todas las víctimas del conflicto armado.
"Si no aprovechamos este momento, nos va a pasar lo mismo que con Justicia y Paz, y tendremos que expedir otra ley a futuro para cobijar a las víctimas de las bacrim. Y lo más grave es que en este proceso de no ser reconocidas están siendo revictimizadas", dice Camilo Fonseca, director ejecutivo de Fenalper.
Pase el cursor sobre los puntos para saber cuál es la situación de las víctimas de las bacrim en esa ciudad, contada por el personero o uno de sus funcionarios.
Ver Bacrim [4] en un mapa ampliado