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La emblemática carrera Séptima de Bogotá y su tradicional trancón y caos en la movilidad, asunto que podría solucionar el metro ligero que propone Petro. Foto: Laura López |
Es la apuesta propia y diferente que en materia de movilidad trajo el alcalde de Bogotá Gustavo Petro en su Plan de Desarrollo. A principios de este año, el entonces gerente del proyecto Fernando Rey aseguró [1] que el mandatario alcanzaría a entregar la primera línea antes de terminar su mandato. Más recientemente, en junio pasado, el secretario de Movilidad Rafael Rodríguez “confirmó” [2] que ésta estaría lista a fines de 2014.
Lo cierto es que después de la caída [3]de las primeras propuestas para hacer el metro ligero por la carrera Séptima vía Alianzas Público Privadas hace tres semanas, el Gobierno Petro no alcanzará a entregar esta obra, una de las principales banderas de su Administración que, por requerir menos tiempo de trámites y construcción, se pensó podría llegar antes que la primera línea del metro pesado.
Los tiempos no le dan al metro ligero para quedar listo y operando en la era Petro. Si el cronograma se cumple como un reloj y no hay el más mínimo tropiezo, el 31 de diciembre de 2015, cuando culmine el actual gobierno de Bogotá, el proyecto llevará unos meses de construcción.
Ese es el escenario más optimista. La Silla habló con el secretario de Movilidad Rodríguez sobre los tiempos del metro ligero y éste reconoció que “el proyecto operando no lo entrega este Gobierno”, pero enseguida aprovechó para aclarar que “a este Gobierno no le interesan las inauguraciones”.
Más allá del efecto político que esto pueda tener, esta historia (y las dificultades en otros proyectos para la carrera Séptima) evidencia que siguen sin estar cerca las soluciones en materia de movilidad para una de las vías más emblemáticas de la ciudad.


La historia del freno a un proyecto
El plan de hacer un metro ligero en Bogotá fue duramente cuestionado a [4]l principio de la Administración por buena parte del Concejo, que criticó al Alcalde por no tener estudios previos al pedirle a la corporación un cupo de endeudamiento para hacer la obra. Esos estudios nunca fueron entregados al Concejo.
El mes antepasado, ese Concejo de mayorías en contra de Petro aprobó en primer debate un cupo de endeudamiento global a la Administración, pero sacó del mismo el metro ligero y por eso el Gobierno decidió que el proyecto se sacaría adelante vía APP (una Alianza Público Privada es un convenio contemplado en una ley reciente que permite sacar adelante iniciativas con capital privado, pero que aún no ha pasado su primera prueba pues no hay todavía una APP operando en el país).
En los proyectos por APP los privados les pasan propuestas para iniciativas al Gobierno de turno o viceversa, éstas se estudian en unos tiempos determinados por la ley y al final se hace un proceso de selección en el que la ventaja la tiene el que presentó primero la propuesta.
Para el caso del metro ligero, la ventaja era de los consorcios Tram-Tren Carrera Séptima y Tranvía del Sur, que conformados casi por las mismas empresas (Sainc Ingenieros Constructores S.A., Egis Rail, Pedro Gómez y Cía., Ferreira Ruan y Asociados Ltda. y Nexus Infraestructura S.A), presentaron dos propuestas de APP: una para el metro ligero sobre la Séptima y otra para un tramo del metro ligero al sur de la ciudad.
La firma Sainc está en ambos consorcios y hace parte de esas primeras propuestas porque es el mismo contratista que, en la era de Samuel Moreno, se ganó un contrato de 86 mil millones de pesos para hacer una troncal ligera de Transmilenio por la carrera Séptima. Como los planes en la Séptima cambiaron, el contrato fue terminado de común acuerdo (aunque sigue sin ser liquidado, como lo reveló La Silla a principios de año) [5] y entre los compromisos verbales que se asumieron fue el de que Sainc pudiera presentarse al metro ligero por APP.
Sin embargo, seis meses después de haber obtenido un “concepto favorable” en la viabilidad de sus propuestas por parte de la empresa Transmilenio, estos consorcios fueron descalificados por supuestamente no cumplir a tiempo con la entrega de información requerida lo que hace que la APP vuelva a iniciar de nuevo y los tiempos del metro ligero queden así:
Hasta hoy 22 de agosto tienen tiempo los dos consorcios para impugnar la descalificación de su APP ante Transmilenio, pero, según uno de los empresarios le dijo a La Silla off the record, no harán nada.
Eso quiere decir que en Transmilenio tendrán que abrir una segunda propuesta que les llegó de un privado. Como está cerrada, aún no se sabe ni cuánto proponen que cueste la obra ni su tiempo de duración aunque Movilidad estima que la construcción dure entre uno y tres años y el costo sea de unos 900 mil millones de pesos.
El privado que se quede con este negocio construirá de sus recursos el metro ligero y, a cambio, se quedará con la concesión de su operación por 30 años para recuperar su inversión vía tarifa y a través de unos usos comerciales en la Séptima.
Una vez abierta la propuesta del segundo “originador” de la APP (como los llama la ley de APP) Transmilenio tendrá tres meses para estudiarla y definir si les da el visto bueno o concepto favorable.
Si esto sucede y no hay contratiempos, en noviembre Transmilenio daría este concepto favorable al privado que, a partir de ahí, tendría nueve meses y máximo dos años para preparar y presentar los estudios de factibilidad al Distrito.
Después de eso, Transmilenio tendría seis meses, prorrogables a tres meses más, para revisar esos estudios y decir si la propuesta es factible o no.
Todos estos tiempos fueron detallados a La Silla por los funcionarios de la Secretaría de Movilidad que atienden estos temas, y frente a ellos el Secretario Rodríguez se declaró optimista y dijo que quizás “nos tardemos menos”.
Suponiendo que todo en la propuesta esté bien, luego el Distrito abriría el proceso de selección abreviada en el que ese privado tendría una ventaja del 10 por ciento del puntaje necesario para ganar, pero en el que eventualmente podría haber más interesados. Ese proceso dura aproximadamente un mes.
Si el privado no se toma ese plazo máximo de dos años para presentar los estudios de factibilidad y Transmilenio sólo usa tres meses (y no seis) para revisarlos, y todo en la propuesta es viable, en marzo de 2015 podría estar arrancando la construcción del metro ligero en la ciudad. Aun si esta construcción tarda apenas un año y no registra ni un retraso, para diciembre de ese año que se acabe el Gobierno Petro el proyecto no estaría operando todavía.
¿Y los otros proyectos de la Séptima?
Mientras el metro ligero sobre la emblemática carrera Séptima de Bogotá es una realidad más a largo que a mediano plazo, el Distrito tiene pensado implementar allí un corredor verde con buses de tecnología limpia (eléctricos, que contaminan menos).
Pero la iniciativa también tiene sus dificultades. Al parecer, en el proyecto participarían algunos de los operadores del SITP (Sistema Integrado de Transporte Público) que operan rutas de buses que van sobre la Séptima, pero aún no hay acuerdo con la Administración.
Así lo demuestran las versiones que a La Silla dieron sobre el tema unos y otros: por parte de los transportadores habló una fuente de entre esos empresarios que nos dijo que Consorcio Exprés y G Móvil son las empresas que (por tener rutas en las localidades de Usaquén y San Cristóbal, que pasan por la Séptima) operarían 200 nuevos buses híbridos de tecnología limpia. Pero que aún no hay fecha ni acuerdos en concreto sobre si se harían nuevos contratos o adiciones a los contratos actuales.
Sin embargo, el Secretario de Movilidad le aclaró a La Silla que nos serían 200 buses sino 50 y que no necesariamente serían operados por los contratistas del SITP, pues de hecho se contempla que incluso los puedan operar los mismos fabricantes de los vehículos.
Según el Secretario Rodríguez, el proyecto de los buses podría arrancar en diciembre próximo, pero aún faltan algunas obras de adecuación sobre la vía y que se concrete la compra de los buses.
Por otro lado, La Silla supo que el contrato del Transmilenio ligero por la Séptima, que finalmente nunca se ejecutó y fue terminado de común acuerdo con el contratista, sigue sin ser liquidado tal y como lo revelamos a principios de este año. Eso significa que, aunque el contrato no existe, no se ha hecho el cruce de cuentas para quedar a paz y salvo con el privado. Ya se cumplen 11 meses desde que se firmó el acta de terminación contractual sin que se haya hecho la respectiva liquidación.
Pero no todo son malas noticias en materia de movilidad: mientras sobre la Séptima se tropieza, el alcalde asistió hoy [7] a la primera perforación del suelo para el metro pesado, cuya primera línea irá por el borde oriental de la ciudad pero -al menos por ahora- no sobre la Séptima. Esa primera perforación del suelo permitirá recolectar muestras del terreno con el objetivo de diseñar el túnel y las estaciones del metro pesado.