Cuatro años y seis meses después de que fue capturado, hoy un juez condenó [1] al ex alcalde de Bogotá Samuel Moreno [2] por haber hecho parte del ‘carrusel de contratación’ que se robó Bogotá. Aunque aún no se ha definido la pena, este es el primer proceso de los tres que hay en su contra en el que el ex alcalde es vencido en juicio. Con esta condena, termina la historia política del nieto del general Gustavo Rojas Pinilla, que como su abuelo, soñaba con ser presidente de Colombia.
Samuel Moreno fue encontrado responsable de los delitos de interés indebido en la celebración de contratos y cohecho en el contrato por 67 mil millones de pesos para prestar el servicio de salud en Bogotá, con 55 ambulancias y 15 carros de respuesta rápida.
El juez avaló la acusación de la Fiscalía de que Moreno recibió coimas por casi 3 mil millones de pesos de ese contrato, que se firmó entre el Fondo Financiero Distrital de Salud y la Unión Temporal de Transporte Ambulatorio de Bogotá en septiembre de 2009. En una próxima audiencia será tasada la pena en su contra que podría estar entre los 17 y los 24 años de prisión.
Aunque todavía falta que se defina la responsabilidad de Moreno en los procesos del ‘carrusel’ que tienen que ver con la licitación para la reparación de la malla vial y la cesión del contrato de la tercera fase de Transmilenio en la calle 26, se trata de la caída final de uno de los peces más gordos del carrusel y el fin del fin del proyecto político de su familia.



El 17 de enero del 2008, días después de posesionado en la Alcaldía de Bogotá, Samuel Moreno celebró por lo alto el aniversario número 32 de la muerte de su abuelo, el general y ex presidente Gustavo Rojas Pinilla. La guardia presidencial le hizo los honores propios de un expresidente, se ondearon banderas de Colombia, las casi 3 mil personas que asistieron no cabían en la iglesia del Cementerio Central de Bogotá.
Este año, en esa misma fecha, se cumplió el aniversario número 40. La misa en honor al General, en la misma iglesia, se aplazó durante varios minutos. El padre que iba a presidirla decidió esperar a que se ocuparan las sillas. La espera fue en vano. Sólo llegaron unas 15 personas, cuenta un ex militante de la Anapo, uno de los pocos que estuvo presente en ambas ceremonias.
“[Samuel Moreno] dilapidó un capital político histórico, importante, que mantuvo durante 20 años a pesar de la dispersión de la izquierda y con el que lograron mantenerse vigentes. Siempre se perfiló como un presidenciable”, le dijo a La Silla un militante del Polo que prefirió guardar su nombre.
“El proyecto político de la Anapo murió. Los sueños y las aspiraciones presidenciales de los hermanos Moreno también están muertos. Esa parte de la historia quedó cancelada por un hecho lamentable: la corrupción”, le dijo a La Silla el ex senador del Polo, Jaime Dussán.
Ni siquiera estuvo la hija del General, María Eugenia Rojas, “la Capitana”.
La misma que en 1994, después de haber sido representante a la Cámara, senadora y concejal de Bogotá durante 16 años, le entregó las banderas políticas de la Alianza Nacional Popular, Anapo, a su hijo Samuel Moreno Rojas. Entonces, Moreno ya era congresista gracias a los votos de su mamá y su abuelo.
La misma que en octubre de 2007, cuando Samuel Moreno ganó la Alcaldía de Bogotá, ofreció una recepción en su casa para celebrar el triunfo. A la hora del brindis alguien alzó la copa diciendo “levantemos las copas por el próximo Presidente de Colombia”. Muchos ahí [3]creían que así sería.
Samuel Moreno fue congresista durante 15 años avalado por la Anapo, el partido que su abuelo Gustavo Rojas Pinilla fundó en 1961, cuando Samuel tenía un año. En sus dos últimas legislaturas como senador, Samuel obtuvo la cuarta votación más alta del país. En 1998 tuvo 111 mil votos y en 2002, antes de retirarse para dejarle el espacio a su hermano Iván, logró 119 mil votos, de los cuales 39 mil fueron en Santander y 40 mil en Bogotá.
Esos votos contaban y recogían toda esa herencia de la Anapo [4] –hecha a punta de contratos y dádivas en medio de un discurso que representaba el fin de la violencia política que reinó antes de la presidencia del General y la llegada de una ‘modernidad’ como la inaguración de la televisión u obras como el Aeropuerto El Dorado y la Autopista Norte, que fue la primera autopista en Colombia-. Eso, sin embargo, no alcanzaban para acercar a los Moreno al solio presidencial.
Los votos de Bogotá fueron el pilar que les dio impulso a los Moreno Rojas para planificar su ascenso. Ellos sabían que debían reenchaucharse. Y aunque nunca habían sido un partido de izquierda, terminaron por unirse al Polo, que era la única forma de tener una estructura de partido.
Samuel Moreno fue cofundador del Polo Democrático Independiente, PDI que nació en el 2003, luego de la reforma política que abrió el espectro político a nuevos movimientos. Luego, en el 2005, el PDI se convirtió en el actual Polo Democrático Alternativo cuando se unió con Alternativa Democrática y que surgió para lograr el sueño de mantener a la izquierda democrática bajo una sola sombrilla.
A través del Polo, Iván [5] fue elegido Senador y Samuel logró ser Alcalde de Bogotá con más de 900 mil votos, una cifra histórica para un candidato de izquierda en la capital.
Sin embargo, la idea del ‘clan’ Moreno Rojas nunca fue gobernar con la izquierda. De hecho, el Polo no tuvo mucha representación en esa Administración, que más bien se la jugó por crear una coalición [6] de éste con los partidos de La U, los liberales, y los conservadores en el Concejo de la ciudad.
Su intención era consolidar la Alcaldía para luego separarse del Polo y lanzar un movimiento con votos propios y de tendencia más conservadora -como la que tenía su abuelo- con miras a las presidenciales del 2014.
Ese proyecto, como contó La Silla [4], tuvo su primera semilla el 13 de junio de 2008, cinco meses después de posesionado Moreno en la Alcaldía. Allí, más de 150 personas le rindieron un homenaje a Joaquín Mejía Figueredo, un anapista de toda la vida, y donde se presentó el partido Alianza que era una especie de Anapo reencauchada, según una fuente que estuvo allí.
Sin embargo, el plan se frustró cuando quedó en evidencia el carrusel de la contratación que se robó Bogotá.


El 3 de mayo del 2011, el Procurador Alejandro Ordóñez le formuló pliego de cargos [7] por irregularidades en los contratos de la fase III de Transmilenio de la calle 26 que estaban en poder de los hermanos Nule y el contrato para reparar la malla vial de la ciudad. Ordoñez lo suspendió del cargo durante tres meses y, al día siguiente, el Polo le pidió la renuncia [8].
Cuatro meses después, el Alcalde fue detenido por el CTI de la Fiscalía. Según el juez [9] que emitió la orden de captura porque el Alcalde podía “afectar la investigación del 'carrusel' de la contratación y, por ser cuestionado por delitos de cuello blanco, es un peligro para la sociedad".
A pesar de que la investigación contra Moreno arrancó por los contratos de malla vial y la Fase III de Transmilenio, fue el último proceso que le abrió la Fiscalía en abril del 2014, el que logró avanzar y por el que hoy recibió la condena. Es el proceso que está relacionado con las irregularidades en el contrato de las ambulancias que el Distrito firmó en el 2009.
A pesar de que el año pasado quedó en evidencia la estrategia de dilación [10] de Moreno y de sus abogados, la Fiscalía logró avanzar en este proceso gracias a la política de priorización de casos y a una estrategia coordinada de negociación con otros involucrados de menor rango que Moreno que instauró el fiscal Eduardo Montealegre desde que llegó al cargo.
“Se establecieron unos criterios orientados en la conformación de un equipo interdisciplinario, la fijación de unos actos de investigación delimitados a la verificación de policía judicial, un grupo de testigos que llegaron a acuerdos con la Fiscalía y la solicitud de apoyo a fiscales que manejan el sistema penal acusatorio a quienes se les fijaron metas puntuales”, le dijo a La Silla uno de los cuatro fiscales que participó en la investigación de este caso.
Los testimonios claves para la condena que se dio hoy fueron los del contratista Emilio Tapia, el ex secretario de Salud de la Administración Moreno, Héctor Zambrano, el ex concejal de La U, Hipólito Moreno, y el empresario Juan Carlos Aldana. Los tres primeros ya están condenados y pagando penas por haber participado en el ‘carrusel de contratación’ y colaboraron con la justicia para obtener reducción en sus penas. Al último le imputaron cargos el 2 de agosto del año pasado.
El pasado 20 de enero, tres días después del aniversario de la muerte del General Rojas Pinilla, Tapias dijo que [11] “una vez elegido Samuel Moreno como Alcalde de Bogotá, se dieron muchas reuniones con el senador Iván Moreno para definir los roles de distintas personas que participamos en la "empresa criminal". Todos estos acuerdos tenían una finalidad y era la remuneración monetaria, existían unas exigencias o unas pretensiones que nosotros queríamos. Una vez se producían todas esas comisiones y todo lo que se solicitaba (…) eran realizadas por el entonces titular del Distrito Capital”.
Zambrano, condenado a 13 años por ese mismo contrato, había contado [12] cómo y a quién se entregaron las coimas.
“(Se hizo) en varias entregas, como al señor Emilio Tapia, a quien le entregué en su propio apartamento $2.790 millones (que tenían como destino la casa Moreno). Al concejal Hipólito Moreno le entregué $600 millones, igualmente al concejal Jorge Ernesto Salamanca, $ 600 millones; al concejal Ómar Mejía le entregue $120 millones y al hoy exconcejal Wilson Duarte, $80 millones, entre otros concejales. (…) al entonces subsecretario de Salud Juan Varela, $150 millones; al expersonero de Bogotá Francisco Rojas Birry, $350 millones; al excontralor Miguel Ángel Moralesrussi, $350 millones; así como $90 millones que le entregué personalmente en su casa al senador Iván Moreno Rojas”.
Hipólito Moreno agregó en otra audiencia [13] celebrada el 7 de diciembre del año pasado que “Samuel Moreno determinó que efectivamente el contrato de las ambulancias terminara en una persona que yo había sugerido desde el principio”.
Con ellos fue con quien los hermanos Moreno crearon “la empresa criminal”, como la llamó Tapia en una de las audiencias por las que ambos están condenados.
Iván Moreno quien fuera el gran cerebro del carrusel fue condenado a 14 años [14]de prisión en octubre del año pasado por la Corte Suprema que lo encontró culpable de los delitos de concusión, tráfico de influencias e interés indebido en la celebración de contratos.
Su mamá, ‘La Capitana”, está enferma y ‘no quiere saber nada de política’, según le dijo a La Silla un ex militante de la Anapo.
La pena contra Samuel por este proceso será leída en una próxima audiencia pero se especula que puede ser una de las más altas en este proceso. Él está recluído en la Escuela de Carabineros de Bogotá.
Así, esta condena significa la caída del telón en la historia política de los Moreno Rojas y la Anapo. Su debacle, además, se llevó al traste las aspiraciones políticas del Polo en Bogotá y sobre todo, el empuje y la esperanza que se respiraba en Bogotá hasta ese momento.