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Desde 2006 las mujeres en el Congreso acordaron que iban a sacar adelante proyectos en su beneficio, sin importar si eran de izquierda o derecha, querían combatir el machismo. Empezaron con muchas ganas pero nunca llegaron a la meta. |
Faltan seis meses para que termine este Congreso, donde las mujeres parlamentarias tuvieron una oportunidad histórica de ser más poderosas, pero el cetro volvió a quedar en manos de los hombres.
Nunca antes el sexo femenino había logrado tener tanto protagonismo en el Capitolio: dos presidentas mujeres en el Senado, entre ellas Dilian Francisca Toro, quien fue la encargada de ponerle la banda de posesión al Presidente Uribe y una bancada de mujeres que aumentó 50 por ciento gracias a la entrada de los reemplazos de los parapolíticos.
Fuera de eso, por primera vez en la historia, las 35 congresistas acordaron trabajar como bancada en los temas que afectaban directamente a las mujeres y crear una comisión especial para discutir todos los miércoles temas de género.
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Mientras Dilian FranciscaToro y Nancy Patricia Gutiérrez fueron presidentas del Senado el protagonismo de las mujeres estuvo vivo. Pero cuando entró Hernán Andrade, los proyectos de género se fueron a la cola de la agenda. |
La idea era trabajar en equipo para pasar esos proyectos que siempre habían sido bloqueados por el machismo o por la falta de interés, como el establecimiento de una cuota obligatoria del 30 por ciento de los puestos en las listas de los partidos, mejores condiciones salariales y pensionales para las mujeres y una legislación más fuerte para castigar la violencia intrafamiliar. Y convertir la comisión especial en una comisión permanente de mujeres. Así como la comisión primera trata temas constitucionales y la sexta, temas de transporte, querían promover la creación de una octava especializada sólo en temas de mujer.
Pero el impulso les duró poco. Las mujeres se mantuvieron enfiladas, redactando los proyectos y asistiendo a las reuniones sólo por dos años. Cuando se acabó la racha de dos presidentas mujeres del Senado – primero Toro y después, Nancy Patricia Gutiérrez-y entró Hernán Andrade, la comisión de mujeres perdió dolientes y fuerza. Ya no tuvieron quién hiciera fuerza para que sus proyectos entraran de primeros en el orden del día de la Plenaria. Y se desanimaron.
"Mi proyecto de la economía del cuidado, que intenta que el valor del trabajo no remunerado de las mujeres amas de casa, se incluya en las cuentas nacionales, está de 51 en el orden del día. Y no he logrado que lo suban", dijo la senadora liberal Cecilia López, a La Silla Vacía.
De los tres proyectos que la bancada de mujeres tenía planeado aprobar, sólo pasó uno: el de la violencia contra las mujeres [1]. La iniciativa además de exigirle al Ministerio de Protección que diseñe unos protocolos especiales en los hospitales para tratar a las mujeres maltratadas, que demanda, por ejemplo, la confidencialidad de todos los datos de la víctima y de sus hijos para que el hombre abusador no pueda vengarse, tipifica otro tipo de agresiones como el control abusivo de las finanzas. Así, los esposos que controlan a la mujeres no dándoles plata, pueden ser sancionados. Además, las juntas directivas de las empresas ahora son responsables de los actos de discriminación laboral o salarial cometidos en las empresas.
Sin embargo, las mujeres ni siquiera presentaron el proyecto para volver la comisión de mujeres algo permanente. Y fracasaron en sus tres intentos de lograr que las mujeres tuvieran una cuota reservada de puestos en las listas al Congreso, a los concejos y las asambleas. “Le metimos la ficha, pero en el Congreso la gente es machista, no quisieron aceptar que haya más mujeres en los partidos”, le dijo a La Silla Vacía Dilian Francisca Toro.
Dos conocidas feministas, Isabel Londoño, directora de Mujeres por Colombia, y Olga Amparo Sánchez asesoraron la comisión de mujeres los dos primeros años, pero terminaron renunciando, porque se aburrieron de trabajar ad honorem.
“La comisión de mujeres fue un avance importante, pero le faltó impulso. Cuando 26 congresistas se ponen de acuerdo en algo en el Congreso, esto se aprueba. Pero la bancada de mujeres no fue capaz de que la comisión accidental de mujeres se convirtiera en algo permanente", dijo Londoño.
Otra meta de la comisión era hacerle control político al Gobierno para que respondiera sobre las políticas diseñadas a favor de las mujeres, pero las citaciones a los debates nunca se hicieron. El único debate de ese tipo fue citado por la senadora Piedad Córdoba. Llamó a la Consejera para la Mujer Martha Lucía Vásquez, pero este no fue televisado.
Las dificultades
Y aunque la comisión logró llegar a acuerdos frente a temas importantes en los que se buscaba resarcir el papel de las mujeres como víctimas, en otros temas, las diferencias ideológicas de las congresistas salieron a flote y dejaron de ser abordadas por evitar el conflicto.
Por ejemplo, los temas relacionados con el aborto y los derechos reproductivos de las mujeres, incluyendo los debates sobre la píldora del día despues, generaron fuertes encontrones entre las senadoras cristianas, como Claudia Rodríguez de Castellanos, y congresistas liberales como Piedad Córdoba. Por eso se suspendieron.
Fuera de eso algunas de las mujeres que se esperaba que fueran claves en el proceso, como la senadora Elsa Gladys Cifuentes, quien fue Consejera Presidencial para la Mujer en el gobierno Pastrana, no defendieron la causa con tanta fuerza. Aunque Cifuentes era la única mujer en la Comisión Primera de Senado, cuando en esta comisión se intentó meter el tema de ley de cuotas en la reforma política, ella no salió en su defensa.
El problema de fondo es que algunas políticas prefieren ganar puntos al interior de su partido, y no con la electoras mujeres, pues el voto de éstas no está asegurado. Como las mujeres todavía no están suficientemente organizadas y politizadas para ir a la urna pensando en depositar un voto de género, es decir a favor de una congresista que defienda a las mujeres, las congresistas no encuentran suficientes incentivos políticos para darse la pelea por ellas. Termina siendo más seguro trabajar por otros electorados, como los sindicatos, los uribistas o los votos amarrados, que específicamente por las mujeres.
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Pese a las diferencias ideológicas, como las de la senadora evangélica Claudia Rodríguez de Castellanos y la liberal Piedad Córdoba, las mujeres sacaron adelante el proyecto en contra de la violencia contra la mujer. Sin embargo, para no entrar en conflictos en las reuniones de mujeres se evitó tratar el tema del aborto o de la planificación familiar. |