The Lancet, la revista médica más prestigiosa en el mundo y una de las publicaciones científicas más influyentes, acaba de crear su propia comisión para evaluar los efectos que ha tenido la política de drogas internacional en la salud pública. Y para evaluar el impacto de la aspersión de coca invitó a un colombiano, el economista Daniel Mejía.
Con esta comisión, el Lancet decide entrar a jugar por primera vez en el debate sobre hacia dónde debe ir la guerra contra las drogas. De hecho, sus conclusiones saldrán en marzo, seis meses antes de que la Asamblea General de la ONU aborde por primera vez el tema de política de drogas y se pueda ver si hay un consenso internacional para un cambio de estrategia.
Mejía, que dirige el Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas (Cesed) de la Universidad de los Andes, ha hecho varias investigaciones sobre los efectos sociales y económicos de la 'guerra contra las drogas', incluyendo una que concluyó que sí aumenta la probabilidad de tener enfermedades de piel o abortos en zonas fuertemente fumigadas.
Además, estuvo en las dos comisiones asesoras que creó el gobierno Santos sobre política criminal y de drogas, que recomendaron replantear la fumigación por ser una estrategia de baja eficacia y muy alto costo.
Y también participó en el estudio del London School of Economics que -con la firma de cinco premios Nobel de economía- le pidió hace un año a las Naciones Unidas que le dé prioridad a una política antidrogas basada en evidencia científica.
Con Mejía estarán algunos de los mayores expertos mundiales en temas de salud y drogas: Carl Hart, el profesor de la Universidad de Columbia que es uno de los mayores expertos en adicciones; el francés Michel Kazatchkine, que dirigió el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y Malaria; Chris Beyrer, el presidente de la Sociedad Internacional sobre Sida que reúne a 16 mil investigadores de la enfermedad y Joao Goulão, quien estuvo al frente del modelo pionero de descriminalización en Portugal. El único otro latinoamericano es el abogado mexicano Alejandro Madrazo, investigador del Cide, una especie de Dejusticia.