Este domingo Pacho Santos le dijo en una entrevista a María Isabel Rueda que lo primero que haría si es elegido alcalde es organizar un referendo para preguntarles a los bogotanos si quieren prohibir la dosis personal de droga y hacer una campaña por el sí porque “la droga está acabando con esta ciudad”. Esa es una postura bastante distinta a la que Pacho tenía hace 18 años cuando, incluso, se fumó un cigarrillo de marihuana en plena entrevista con una de las revistas más prestigiosas de los Países Bajos.
En junio de 1997 Santos, quien por esa época era periodista y director de la ONG contra el secuestro País Libre y no había entrado aún en política, fue entrevistado por Vrij Nederland en uno de los conocidos 'cafés' de marihuana de la capital holandesa. El tema de la nota era el secuestro: sobre su experiencia cuando fue plagiado por Pablo Escobar y cómo Gabriel García Márquez usó su historia para escribir 'Noticia de un secuestro', hasta su trabajo con País Libre, que lo llevó a Holanda a reunirse con otras ONG de derechos humanos.
"En un café Francisco Santos y su esposa Maria Victoria, quien lo acompaña de viaje en Amsterdam, compran marihuana de cultivo holandés ('Nunca pensé que ustedes también la cultivaran'). Arman un porro. Así también celebraron la liberación de Santos hace años: con pocos amigos y muchos porros", dice en un pasaje el reportaje, que fue rescatado por Colombia Reports, un portal especializado en noticias sobre Colombia en inglés, que dirige el periodista holandés Adriaan Alsema.
En la campaña de Pacho defienden que ese reportaje no refleja ningún cambio en su postura sobre las drogas ya que -según su estratega Camilo Rojas- “eso era un ejercicio periodístico, sobre algo que existía allá pero que en esa época era muy exótico acá. Era un reportaje como los que hace Soho [de inmersión]”.
Este dato de la inmersión no es obvio en la historia (y La Silla no encontró un reportaje sobre ese tema escrito por Santos y publicado en Colombia).
De todos modos en la campaña de Pacho argumentan que la 'resurrección' de la nota busca quitarle peso a sus propuestas y que eso no lo impide de tomar decisiones claves para la ciudad. “Es como si alguien que se ha emborrachado no pueda hacer una ley contra el abuso de alcohol. A Pacho lo que le preocupa no son los 'coffeeshops' en Holanda sino el microtráfico en frente de los colegios en Bogotá”, dice su estratega.