LA SILLA VACIA

Gracias a su alianza con Julio Miguel Guerra, senador del viejo PIN e hijo del gobernador de Sucre Julio Guerra Tulena, el polémico representante Yahir Acuña tiene el manejo de tres secretarías y amplia influencia en esa Gobernación. Pero ahora la quiere toda.

Por eso para las regionales de 2015 está planeando quedarse con la silla del Gobernador, con él como candidato o con un aspirante de su cuerda.

La Silla supo que Acuña no descarta renunciar en octubre a su curul en la Cámara para lanzarse a la Gobernación de Sucre por su partido de bolsillo 100% por Colombia, pero eso dependerá de los resultados de algunas encuestas que el congresista ha mandado a hacer en el departamento para medir su eventual postulación.

Un periodista político sucreño le dijo a La Silla que en una encuesta que él conoció, mandada a hacer supuestamente por Acuña, el nombre del Representante aparece con una alta aceptación.

Si Yahir no se lanza, su candidato a la Gobernación podría ser el exconcejal de origen conservador Carlos Vergara, quien peleó la Alcaldía de Sincelejo hace cuatro años con el alcalde Jairo Fernández y ahora se pasó al movimiento de Acuña.

Para su empresa, Yahir Acuña tendría el apoyo de la casa Guerra Tulena, sus grandes aliados de hoy, y del representante de La U Nicolás Guerrero, con quien tiene alianza para impulsar una revocatoria en contra del Alcalde de Sincelejo.

La movida ya prendió las alarmas de la clase política tradicional sucreña, que ve en Yahir una amenaza, especialmente después de que a punta de repartir whiskey y billete Acuña destronó al otrora mandamás de Sucre: el parapolítico Álvaro ‘el Gordo’ García.

La Silla supo que algunos políticos de la región coinciden en anticipar que terminarán haciendo una gran alianza “Toconya” (todos contra Yahir) para intentar detener al congresista que en marzo pasado logró una votación histórica en el departamento (134 mil votos). Todavía, sin embargo, no se ha hecho la primera reunión en ese sentido.

Entre los rivales políticos de Acuña en Sucre que algunos, por esas distancias, ven en esa coalición están el senador liberal Mario Fernández (sobrino del Alcalde de Sincelejo al que Yahir quiere revocar) y la senadora del viejo PIN Teresita García (hermana del ‘Gordo’ García, el enemigo político número uno de Acuña).

“El departamento se va a dividir en dos bloques: Yahir y su gente y el resto. Sabemos que solos no podemos derrotar el poder de la plata que reparte”, le dijo a La Silla un líder político de la región que prefirió que se omitiera su nombre.

Un tercer actor, no obstante, también se comenta en los corrillos como un posible jugador en 2015: se trata del parapolítico Pedro Pestana (hermano y patrocinador de la senadora conservadora Yamina Pestana), quien tendría de candidato al exgobernador Édgar Martínez, según le dijo a La Silla un congresista del departamento.

En su camino a la Gobernación, a la fuerza política que ha demostrado tener Acuña sólo podría afectarla algunas decisiones de las autoridades que podrían conocerse próximamente.

Por ejemplo, el Consejo Nacional Electoral tiene que decidir si, como lo explicó La Silla, le deja a Yahir la personería jurídica de su partido de bolsillo. Si se la quita, podría ser un golpe duro para el Congresista que ya no podría dar avales en 2015.

También, la Procuraduría deberá ratificar o no la suspensión por ocho meses con la que castigó al gobernador Julio Guerra Tulena por irregularidades en la entrega del chance. Si el Gobernador sale temporalmente de su cargo, Acuña y sus aliados perderían un fortín clave para las elecciones. Sobre todo teniendo en cuenta que el mandatario que quedaría encargado sería puesto por el Partido Liberal que avaló a Guerra, pero en el que es mejor visto el senador Mario Fernández, rival de Yahir.

De hecho, el Partido Liberal le negó el aval al Congreso al hijo del Gobernador Guerra, que terminó lanzándose por el viejo PIN (hoy Opción Ciudadana).

El organismo de control lleva cinco meses tomando esa decisión, por lo que no sorprendería que se pronunciara pronto.

Otros confidenciales recientes

Miércoles, Marzo 23, 2016 - 11:25
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La prestigiosa revista Harper´s, en su edición de abril -la cual acaba de salir- trae un artículo demoledor para Colombia. Porque, aunque muchos ya lo sospechaban, tener la prueba fehaciente duele más.

En un artículo sobre la futilidad de la guerra contra las drogas, el periodista Dan Baum le pregunta a John Ehrlichman, el asesor de política doméstica del ex presidente de Estados Unidos Richard Nixon, sobre la guerra contra las drogas iniciada por su jefe de entonces ¿Su respuesta?

“¿Quiere saber de que se trató realmente?”... “La campaña de Nixon en 1968, y la Casa Blanca de Nixon después de eso, tenía dos enemigos: la izquierda que estaba en contra de la guerra y la gente negra ¿Entiende lo que le estoy diciendo? Sabíamos que no podíamos prohibir estar en contra de la guerra o ser negro, pero si lográbamos que el público asociara a los hippies con la marihuana y a los negros con la heroína, y luego criminalizábamos ambos fuertemente, podíamos golpear ambas comunidades. Podíamos arrestar a sus líderes, allanar sus casas, intervenir sus reuniones y estigmatizarlos noche tras noche en los noticieros de la tarde ¿Sabíamos que estabamos mintiendo acerca de las drogas? Claro que sí”.

La guerra contra las drogas - cuyas motivaciones reales conocemos ahora- le ha costado a Colombia miles de vidas, cientos de miles de millones de pesos destinados a pelearla y ha financiado a paramilitares, guerrillas y delincuentes comunes.

Solo entre entre 1994 y 2008, según el estudio realizado por el experto en drogas Daniel Mejía, la guerra contra las drogas era responsable del 25 por ciento de la tasa de homicidios.

Eso traducido en personas, significa que solo en ese período -que no incluye los finales de los ochenta y principios de los noventa, cuando más intensa fue la guerra contra las drogas- fueron asesinadas 53.200 personas. Esto sin contar las que murieron por cuenta de la guerrilla o los paramilitares. O las que pasaron su vida en la cárcel.

Ese fue el precio del cinismo de Nixon y sus asesores y de la forma como Colombia lo interiorizó.

Martes, Marzo 22, 2016 - 16:10
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El senador barranquillero de La U José David Name lanzó en las últimas horas una convocatoria para marchar este 2 de abril en contra de Electricaribe, la criticada prestadora del servicio de energía en siete de ocho departamentos caribe. Lo increíble es que ese mismo día es la marcha del uribismo en contra del Gobierno Santos, por lo que la movida de Name va a terminar ayudando a los opositores del Gobierno que dice defender.

Por los continuos cortes y problemas de voltaje, Electricaribe es una de las empresas menos queridas en la Costa, en donde sienten que Santos no ha sido capaz de meterla en cintura. Como el uribismo convocó su marcha con el lema “Yo tengo razones para decir no más ¿Cuál es tu razón?”, el llamado de Name parece ser una respuesta a los uribistas.

Evidencia de esa concidencia se puede ver ya en Twitter.

La coincidencia sorprende porque Name no es un senador cualquiera, sino de uno que acaba de ser presidente del Congreso por la coalición de Gobierno.

Por ello, ya se empiezan a despertar suspicacias, como la de un congresista importante de la Unidad Nacional que nos dijo: “No sé a qué juega Name, a lo mejor no está contento con algo en el Gobierno y esta es su forma de expresarlo”.

Consultado al respecto, Name nos dijo que no le pusiéramos “misterio” a su convocatoria, que él tiene las mejores relaciones con el Presidente y que “si no es el 2, que sea otro día, pero tenemos que protestar. Uribistas o no uribistas, estamos sufriendo con el tema eléctrico”.

No es la primera vez que Name termina de alguna manera relacionado con el uribismo. Al igual que casi toda la Unidad Nacional santista (incluyendo al Presidente) fue uribista en el pasado y en 2014, siendo presidente del Congreso, tuvo que salir a aclarar que no lo seguía siendo sino que estaba del lado del Gobierno, luego de que se hundiera un debate de control sobre parapolítica en contra del expresidente Álvaro Uribe.

Domingo, Marzo 20, 2016 - 19:23
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Aunque para la designación de los gerentes de los hospitales en el país tiene que mediar un concurso de méritos que en el papel asegure que los más idóneos son los que van a llegar a dirigirlos, varios intereses políticos ya se están moviendo detrás de esas vacantes en Santander.

Así como la familia Aguilar, con la llegada de Richard Aguilar al ‘Palacio Amarillo’ en 2012 se quedó con esos cargos en el departamento, y en el periodo de Serpa los dirigentes de los hospitales fueron cercanos al Partido Liberal, en esta ocasión la administración de Didier Tavera también estaría moviéndose para poner fichas propias en los hospitales y devolverlos a su partido.

Si bien el concurso está siendo adelantado por la Universidad de Pamplona, cinco fuentes políticas, una de las cuales ha tenido injerencia en el sector de la salud, señalaron que esa no es una prenda de transparencia para la escogencia.

“Hay maneras de influenciar ese tipo de concursos. Solo basta mirar lo que está pasando con las elecciones de contralores y personeros en muchas partes del país para darse cuenta de lo que pasa con los concursos de méritos en muchas ocasiones”, le dijo a La Silla una de esas fuentes.

Aunque la crisis de la red hospitalaria de Santander en diciembre tocó fondo en todo el departamento y hay 19 centros en riesgo financiero, así como cuatro que entraron en un plan de recuperación fiscal que busca evitar que se cierren, los intereses detrás de los hospitales siguen siendo muchos.

Por una parte, manejan multimillonarios presupuestos que pueden invertir bajo un régimen de contratación mucho más laxo y por otra tienen bajo su mando un abultado personal (que se vuelve muy útil en temporada de campaña).

Pese a que la Secretaría de Salud del departamento llegó Claudia Amaya como ficha del senador de Cambio Radical, Bernabé Celis, cuatro fuentes que se mueven en círculos políticos de Santander le dijeron a La Silla que la funcionaria se quedó sin la intervención directa en la coordinación del concurso para seleccionar a los gerentes.

El rol protagónico lo habría tomado Wilson Peña, asesor del despacho de Tavera, quien además de haber sido secretario de salud de Santander en el periodo de Horacio Serpa, está enfrentando cuestionamientos por la contratación de estudios que no sirvieron para la construcción de hospitales en el departamento cuando estaba a cargo de ese despacho.

La Silla conoció que la puja de intereses por los cargos en los hospitales ya pasó por un primer filtro.

Tres fuentes de adentro de Opción Ciudadana, le dijeron a este medio que aunque inicialmente se había planteado la posibilidad de que al grupo de Luis Alberto ‘el Tuerto’ Gil le dieran la gerencia del Hospital Universitario de Santander, ese escenario ya fue completamente descartado.

“Los liberales y específicamente Serpa cerraron todos esos espacios y los tienen completamente acaparados”, señaló una de las fuentes. Las otras dos dieron la misma versión.

Al ser consultado por La Silla, Peña negó que existieran intereses políticos en el proceso, explicó que su función para el caso del concurso es la coordinación de “algunos aspectos” (pero no precisó cuáles), y dijo que el “proceso de selección está blindado”.

Sobre su designación como asesor de Tavera y su cercanía con Serpa indicó que llegó por mérito propio al cargo y que el Senador “no tiene ningún tipo de influencia en el concurso”.

El 31 de marzo se vence el plazo para la salida de los gerentes actuales de los hospitales en todo el país; sin embargo, el concurso para esa fecha no estará completamente listo, por lo que deberán haber nombramientos provisionales

Mientras la crisis hospitalaria sigue latente y trabajadores del sector de la salud, así como estudiantes piden que se prioricen criterios técnicos para los nombramientos, los intereses políticos están llamados a tener peso decisivo en la selección de los gerentes.

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